Aquellos
que quieren a la muerte persuadir
vengan.
Quien habla no soy yo
se agitan estos cuerpos
junto al olvido de quienes
no cantan.
Vengan.
Oigan lo que no digo.
Venguen
su muerte en la batalla
somos nadie
somos miles
quien habla no está muerto.
El desierto
el alma encarcelada
en el espanto del vacío
final solitario
sin aplausos
sin un rostro
y sin amor.
Y cerca del mar
nos acaricia la espuma
débil y dormida.
Vengan.
Muévanse en el viento
quien se agita
no está perdido.
Ph: Mere Echagüe