Primeras meditaciones: Je sais [1-40]
- Sé que incluso los insectos son tímidos. Los de aquel comerciante callan cuando son descubiertos.
- Sé que en japonés, «plagio» se dice «segunda infusión» (niban senji), que «este gesto se me escapó» se dice «los contornos de mi mano están fuera de control» (te moto ga kurutta), que uno describe a un inoportuno como «un golpe en el ojo» (me no ue no tankobu), que estas imágenes son extrañamente evocadoras.
- Sé que, en Japón, se dice que hasta un amor de cien años es incapaz de soportar un aliento de coles picantes. No que eso te aleje —¡te despierta!
- Sé que la fascinación por samurái viene del hecho de ser un sonido hermoso.
- Sé que en los años 50, los paraguas eran tan caros en Japón, que sólo había uno por familia.
- Sé que Mishima dijo haberse ido a la cama con esa época.
- Sé que una vez olí la flor llamada mokusei, mientras, me preguntaba cómo iba a recordar su perfume.
- Sé que tú sabes que él sabe que nosotros sabemos que ustedes saben que ellos saben.
- Sé que, curiosamente, esto tiene sentido y que uno se divierte viendo hasta dónde es capaz de llegar, como en el borde de un desfiladero.
- Sé que esto no funciona con todos los verbos.
- Sé que algo similar ocurre con las potencias de base 10. ¿A partir de cuántos ceros ya no vemos nada? ¿100,000? ¿1,000,000? ¿10,000,000?
- Sé que odio ver a las palomas alejarse delante de mí en la calle, que esta manera que tiene el hombre de ocupar todo el espacio es desesperante.
- Sé que en un zoológico inglés, un tiburón murió aterrado tras la zambullida de un tipo en su estanque.
- Sé que el hombre es capaz de transformar el mar en prisión y destruir así hasta el último de los sueños.
- Sé que antes de ser el nombre de un país, «Vietnam» es el nombre de una guerra, que antes de ser el nombre de una ciudad, «Hiroshima» es un nombre para el infierno.
- Sé que el alga Caulerpa taxifolia invade el fondo del Mediterráneo y no deja espacio alguno para otras especies. El hombre no es el único que hace esto.
- Sé que esta frase de Pierre Hadot ronda en mi cabeza: «Rogaciano era parte del Senado. Era tan avanzado en su aversión por la vida en este mundo, que renunció a todos sus bienes.»
- Sé que la palabra «avanzado» da la impresión de un proceso de maduración natural, comparable al de un queso.
- Sé que, frente a la existencia, los niños tienen ataques de vértigo: «¿Preferirías ser ciego o cojo? ¿Morir de frío o de calor?…»
- Sé que debemos pensar dos veces antes de responder.
- Sé que no siempre he dado la misma respuesta.
- Sé que nuestra visión del mundo y de los otros depende de nuestra apariencia física.
- Sé que, por ello, el alma cambia con la forma del cuerpo.
- Sé que ese grupo de niñas reunidas alrededor de una banca evocan una bandada de gorriones.
- Sé que, a veces, uno se complace en imaginar que las cosas y los seres no existen más cuando se les ha dejado de ver.
- Sé que, en el bosque, ella deja un poco de su picnic para los animales, que la paz interior comienza por gestos así de simples.
- Sé que ella, también, se come las frutas estropeadas. Para no abandonarlas.
- Sé que ella explicó el paisaje de fondo de la Mona Lisa como una representación de su mundo interior y de los caminos del conocimiento.
- Sé que, en ese mundo, realmente hay picos, valles y cosas que crecen como plantas.
- Sé que, a veces, podemos sentir, fugazmente, lo que significa «ser luminoso», como lo decimos, por ejemplo, de Jesús o de Buda.
- Sé que para mantenerse erguido uno debe imaginar su cabeza halada hacia lo alto por un hilo.
- Sé que bajo el cielo azul y el sol, este campo esconde un mundo terrible.
- Sé que es tentador aferrarse a la suave piel de las apariencias.
- Sé que él envenenó a su esposa a fuego lento, poniendo raticida en su café, pero que ella no está muerta.
- Sé que, medio ciega y paralizada, ella vive sabiendo esto.
- Sé que no podemos ordenarle a alguien que recuerde algo.
- Sé que llega a ocurrir que no recordamos nada de alguna cosa, salvo que nos ha sorprendido.
- Sé que no he conservado en la memoria el nombre del tipo que escribió: «¡Los chinos se caen de la bicicleta sonriendo!»
- Sé, por adelantado, que él dirá «no» a lo que le proponga. Sin embargo, se lo propongo.
- Sé que estará feliz de poder decir «no» una vez más.
ITO NAGA. Astrofísico francés nacido en 1957. Ha publicado Je sais e Iro mo ka mo, la couleur et le parfume bajo el sello editorial Cheyne Éditeur. Ito Naga es su seudónimo.
Traducción del francés original por Daniela Camacho, del libro Je sais, Cheyne éditeur, séptima edición, 2013.
Imagen: Toyen
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