El cuerpo del silencio

Los poemas arden en mi boca
acumulados en la oscuridad
de mi garganta
secos, acartonados de soledad
con olor a encierro

si te asomaras, escucharías
el bullicio de su despertar furioso
tomando, pedazo por pedazo
el cuerpo del silencio
para avivar el fuego y aullar.

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