Sabré
que después del llanto
jamás estuve tan lejos
como para volver si alguien grita
Ruego por que las vírgenes
sigan intactas.
No habrá quien mire
florecer las niñas
que no llegaron al jardín
por temor a no saber correr
con las botas llenas de tierra
Faltará un manto
para cubrir los rostros fracturados
en mi ausencia
nadie excepto yo
para sostener las manos tibias.
Hasta aquí llegan los cerros
para decirme que todo ya viví
pero me he quedado sorda
Sólo entre sueños
identifico el sonido
del agua al caer
y los autos
cuando chocan
Abro la puerta
busco las calles de la infancia
y no hay gente
me aferro a las faldas largas
saliendo de la iglesia
para que nunca cambien su textura
Recorro con la lengua
lo que resta de memoria
para que no digan que no intenté
salvar a Martina del precipicio
(sin que lo pidiera)
lastimando mis rodillas
que esperé hasta que llegaran
para mantenerme con la vida suficiente
hacer de todo
Evitar fallar
que olviden que alguna vez estuve aquí.