Mi alma pusilánime gime
perdida en el silencio atroz de las calles,
bajo las hipnóticas gotas de lluvia
atravesadas por la incandescencia de las luces.
Recuerdos latentes
de caricias y promesas inicuas,
maltrato inexcusable.
miradas hirientes,
e ilusiones cercenadas.
Noches enteras
dudando sobre la razón de mi existencia,
buscando culpables
junto a la soledad etérea.
anhelaría poder admirarle
pero…
mi alma llena de aflicción no para de gemir
y aversión es lo único que puedo darle.
En una agónica danza
las gotas de lluvia y mis lágrimas se abrazan
para recorrer mis gélidas mejillas
en una gran hazaña
Se deslizan triunfantes
por mis microscópicos pechos
hasta llegar a mis botas.
De forma galante
se quiebran en el asfalto
y todo continúa como antes.
Sigo sin rumbo, saturnina,
mojada, muerta en vida.
perdida entre la multitud mezquina,
recordando que
mi única pasión verdadera
es el odio y la ira.