Necrorrelatos

 Novela policiaca

Un disparo entre ceja y ceja fue suficiente para terminar con el único testigo. Días después, debido a la pestilencia, los vecinos reportaron a la policía. Todo era sangre seca en la escena del crimen: encima del hombre, del sofá verde donde estaba sentado y de un libro que yacía en las piernas de la víctima. Sin embargo, por falta de evidencia, que sostuviera la hipótesis más razonable: asesinato, los agentes dieron por cerrado el caso argumentado que había sido una bala perdida.

Reencuentro

De su boca salió un pequeño enjambre de moscas; sea evidente o no, fue suicidio: un mes máximo, por el estado de descomposición. Y pese a lo que se pueda creer, fue difícil identificarlo, aunque ese cuerpo haya sido mío.

 

Velorio

Lo recuerdo bien, sus piernas estaban tiesas , endurecidas, como dos piedras largas. Me alejé para mirar fijamente: era fascinante. !Vengan a despedirse! Gritó mi madre sin ningún respeto. Me limpié la boca y bajamos corriendo en medio de tanto llanto.

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