Aire libre
Un asomo,
cómo no asomado,
para que el desembarco no realce
lo adecuado
Un asomo,
tal vez desenredando las cruces
hundidas
en el periodo de las manos
Sin descender la frente,
Sin marchitar la fascinación,
Hay quien improvisa una fe,
Luego se persigue,
Luego se profesa.
Hay pasamanos,
aunque nos hallemos
mutilados.
Muerte,
aun en el llanto de la vida.
Las sangres,
todavía calientes,
hacen el olvido.
En cambio no,
y no:
los cuerpos del cadáver
hacen el amor.
Los elencos del discurso
Sus torsos animales,
Permanecen, prevalecen
la moratoria.
Solo debe bastar un gemido
un crujido
el desastre de la carne,
Entre tanta tarde,
Al borde de lo copioso,
Duerme aquel que yace
yace aquel que duerme.