Para poner los pies afuera de la cama

Escribes para llenar estas paredes.

Te veo en el baile tranquilo,

en espacios, de dos mujeres en tiempos desiguales.

Te veo en una secuencia de fotografías

mientras alguien maneja con prisa

pasos a desnivel.

 

¿Despiertas?

Aún falta una hora para poner los pies afuera de la cama.

Tengo un pez en la boca, mi sueño de anoche, materia repulsiva.

Sé que dormirías otro poco

si te lo llego a contar.

 

No te levantes. No ha salido el sol, nada nos pasa.

Para hablarte, tendría que hilar una historia, jalar un trozo de cortina, uno de noche.

No te levantes, no pagues el boleto.

 

Ayer te arreglaste el pelo ante el espejo y sus heridas.

Viste de reojo mis plantas

en su lucha por mantenerse a flote,

y una torre de platos nunca limpios

que algo te dijo en el idioma de un rompecabezas

que nunca se resuelve.

 

Yo también puedo mirarte de reojo,

hacer de cuenta

que por nosotros nunca pasa el tiempo.

 

Yo también pudiera ser la planta buscándote a pedazos.

Yo también pudiera ser un pez dormido

que guardes en la boca.

A %d blogueros les gusta esto: