Nicolás García Sáez es un artista argentino, heterogéneo y polifacético. Escribe diversos géneros literarios, es músico, fotógrafo, pintor y tiene planes de experimentar con el cine. Esta conversación abarca su visión peculiar de la poesía, su exploración por distintos caminos del arte y los proyectos por venir.
Para Roberto Juarroz la poesía es búsqueda y creación de realidad. ¿Qué es la poesía para Nicolás García Sáez?
Roberto Juarroz es uno de los Grandes Referentes argentinos. También lo son para mí Alfonsina, Girondo, Juanele, Calveyra (recomiendo con fervor a Calveyra), Ascasubi (me encanta Ascasubi, un gran valiente) Pizarnik, Carrera y tantos otros y otras. La poesía es un lugar -todavía- sagrado, casi ajeno al mercado, al que se puede acudir cuando uno siente que ya está todo perdido, o, lo que es lo mismo, o algo parecido, cuando uno se siente extrañamente satisfecho y pletórico y necesita descomprimir un poco, boyando en el aire de ese terreno vasto en horizontes llenos de posibilidades, probabilidades. Juarroz lo dice mejor: “el peso inexorable de lo que no existe”.
La poesía ¿Es algo tangible, anclado en lo cotidiano? ¿Pertenece a un mundo inasible? ¿Es una forma de evadir la realidad?
A veces me resulta extraño definirme como poeta. Y es curioso porque hasta ahora casi todos mis libros publicados son poemarios. No tengo mucha noción de donde viene el impulso (supongo que del descanso o de los sueños que trajo la noche) pero suele suceder que a eso de las seis de la mañana, que es el momento en el que me despierto casi todos los días, me pase una o dos horas bajando a tierra, o a un cuaderno, algo que, luego, cincelado o no, puede denominarse, o al menos parecerse, a un poema. Un poema que, al existir, o al tener la intención de existir desde esa lateralidad latente —la inspiración, la musa, un duende susurrante— o como queramos llamarla, forma parte de su propia realidad, o irrealidad, si me pongo puntilloso con los enunciados.
Su obra abarca múltiples géneros literarios como novela, cuento, teatro y poesía. ¿Qué diferencias existen entre escribir un género u otro? ¿Existe un lugar común entre estos géneros?
Yo comienzo publicando crónicas de viajes en diarios y revistas. Pasé muchos años dentro de hoteles, cabañas, hospedajes, taperas, carpas, cuevas, aviones, helicópteros, trenes, barcos, ferrys, camiones, combis, autos y, sobre todo, sentado y con insomnio dentro de ómnibus incomodísimos que tardaban una eternidad en llegar al destino que fuere. El lugar común allí siempre era la palabra, claro, y la carga o descarga que luego podía darle a la misma. La diferencia, supongo, también se puede encontrar dentro del mismo género. Un día, en alguna isla caribeña o formoseña rodeada de tiburones o pirañas hambrientas, pude haber estado con un humor excelente, y allí mismo, o más tarde, escribir, muy feliz, acorde a ese estado de ánimo. Otro día pude haber estado en alguna ciudad estadounidense o europea, fría y hostil, y haber traducido en el texto —con un humor más bien sombrío— lo que sentí en aquel entonces. Luego de andar de aquí para allá, en el 2001, sin papeles, sin dinero, tomo uno de esos aviones (sin pasaje de vuelta) para quedarme durante casi seis años en Europa. Allí escribí, desde el 2002 al 2005, en horas libres y muy disciplinadas, un ladrillo de 750 páginas, mi primera novela, que luego, con paciencia de hormiga, pude reducir hasta casi la mitad (¿algún editor interesado por allí?). En el inevitable proceso de reducción y corrección pasé por toda la gama anímica, y también debo haber experimentado algún estado de ánimo que ni siquiera sabía que existía, digo esto porque luego lo vi traducido en mi ladrillo, perdón, en mi primera novela.
«Luna llena que huye entre los pinos». Foto: Nicolás García Sáez.
Además de escritor también es pintor, fotógrafo, dibujante, músico… ¿Qué relación existe entre arte y literatura?
Literatura es arte. Como sucede con todo niño, mi primer acercamiento fue desde el dibujo. Una actividad que casi nunca dejé de practicar. Mis padres, mis hermanos y hermanas dicen que los muñequitos que hacía a los cinco años ahora son los mismos, o muy parecidos, tal vez un poco más…maduros. A esos muñequitos los hacía hablar, inventaba diálogos sobre el papel. Hoy, de alguna manera u otra, sigo haciendo lo mismo, desviado a veces hacia las pinturas que me encargan los clientes y clientas que colaboran con mi subsistencia. Por lo tanto la relación que existe, en mi caso, es temporal. Con la música y las letras de las canciones que escribo (¿literatura?) me pasa algo parecido. Comencé tocando la flauta dulce reglamentaria de la escuela primaria, y de allí a mi primer y único saxofón (el que me acompaña desde la adolescencia) solo era cuestión de entusiasmo, constancia y, bueno, tiempo. Cuando no toco el saxo a veces canto, y si no canto, escribo. Es como un viaje en tren con diferentes estaciones, sin destino, y en el medio, el tiempo.
El término Gesamtkunstwerk, hace alusión al arte total, mezcla de varias disciplinas artísticas. Siendo un artista multidisciplinario ¿Cree que es posible alcanzar la cumbre del arte total, o más bien esto representa sólo un ideal?
Interesante la terminología teutona. Los alemanes… siempre tan prácticos. A veces digo que, de alguna manera, yo sigo transitando el envión del colegio primario, y secundario, y que incluso continúo cubriendo los propios agujeros que tuve durante mi período universitario, en donde me/nos obligaban a cursar materias de todos los humores y colores para poder ascender hacia el siguiente escalón. Creo que todos los que provenimos de esos nidos tenemos la capacidad y la posibilidad de confiar buena parte de nuestra energía en diversas actividades que, en mi caso, se ciñen más al universo creativo, artístico. Por otro lado tampoco creo que sea algo tan extraordinario, digo, ayer los renacentistas, hoy las fronteras que se diluyen entre una actividad y otra.
Además de escritor y artista también es editor. ¿Cuál es el rasgo más significativo que distingue a su proyecto editorial de otras editoriales latinoamericanas?
Me da un poco de pudor, aún, todo esto del…editor. Vivo ligeramente aislado, en las sierras de Córdoba, hace diez años, y constituimos este proyecto con presupuesto cero, sin conexión a Internet y con infinidad de dificultades que, si las escribo acá, me van a hacer llorar. Intuyo que cuando veamos el primer catálogo impreso, en breve, y si los dioses, o quienes sean, quieren, con Cecilia, mi socia y amiga, y con los autores, prologuistas y diseñadores —todos fórmula 1 súper power, muchos de ellos también amigos— decía, que cuando tengamos los libros en nuestras manos, allí, en alguna pizzería porteña, brindando con moscato, podré contestar un poco mejor esta pregunta.
Frente al auge del libro electrónico, el libro en papel sigue conservando su espacio. ¿Es importante que el libro sea un objeto palpable?
Tengo entendido que el auge no es tal. Hay cifras, datos, información pululando por doquier que anuncia el inminente colapso, o al menos un fuerte descenso en las ventas, del libro electrónico. Jamás he leído un libro en una pantalla, y no creo que lo haga en algún futuro cercano, mediano o lejano. Ya estamos todos, y en cualquier rincón del mundo, bastante híper conectados como para, encima, perder el inmenso placer de leer y viajar dentro de un libro de papel. Pocas cosas hay tan deliciosas como el tenue aroma a cartón dulce y nostálgico que tienen las hojas amarillentas de un libro centenario, o algún incunable. Por lo tanto pienso que no solo es importante que el libro sea palpable, de papel, sino que creo que es una insolencia reemplazarlo por una pantallita.
¿Qué otros proyectos creativos vienen en camino?
En breve publico mi primera obra de teatro. Un unipersonal unisex, con una carga psicoanalítica y paródica importante, que va a ser publicado por una editorial flamante que se las trae: Sátira y Musa. Abren esta obra dos prologuistas de lujo: Sandra Commisso e Isabel Steinberg. Invito a quien quiera, y donde y cuando quiera —dama o caballero— a interpretarla; las coordenadas actorales las iremos viendo en el camino. Además, con mi gran amigo de la infancia, Martín, actorazo protagónico de dos pelis que ya son de culto, y un grupo increíble de gente de cine, muy curtido y talentoso, estamos remando con mucha paciencia y alegría la etapa pre-inicial de nuestro primer largometraje. Ojalá algún día lo podamos concretar.
Nicolás García Sáez.
Ha publicado los poemarios Neptuno y las faunas, Los sueños ajenos, Los sueños ajenos, volumen 2, el libro de crónicas/ficción Cinco crónicas americanas y un viaje a la luna, un poemario en prosa y relatos cortos Breve cuaderno de las epifanías. Próximamente publicará su primera obra de teatro.