Recientemente en la prensa de las Islas Canarias, concretamente en la isla de Tenerife, aparece en los periódicos El Diario de Avisos y La Opinión, titulares que afirman que la policía ha encontrado al autor de «las cafeteras». Un graffiti con forma de cafetera reconocida por cualquiera a quien le guste el café y que se encuentra pintada por diferentes islas, ha sido atribuida al artista Feoflip. Estas acusaciones vienen acompañadas de la afirmación de que el artista ya ha sido sancionado y que las siete actas levantadas por la policía «supondrían una cuantía económica total por la realización de las mismas que alcanzaría los 5.250 euros». Sin embargo, el artista niega ser el autor de la misma y explica en La Opinión que no se le ha informado de ninguna sanción ni ha sido sentenciado en un veredicto.
Pero, ¿quién es Feoflip y cuál es su obra?
El artista canario, comienza su camino a finales de los 90, siendo en el año 2001 cuando realiza su primera pieza en la calle. Desde este momento el spray y el material reciclado se convierten en su principal herramienta de comunicación y expresión artística. Si curioseamos en su página Basura Visual encontramos que la mayoría de su obra tiene lugar en las calles. Estas obras tanto en pequeño como en gran formato están cargadas de surrealismo, simbología, robótica y naturaleza, con un estilo propio y singular reconocible en sus líneas y trazos. La mayoría de sus creaciones insinúan un mensaje crítico y político que combina con la estética de lo que quiere transmitir.
Pintar en la calle es exponerse a establecer una conversación con quien mira, ¿qué quieres generar con lo que expresas en las paredes?
En principio no intento nada, solamente me expreso, disfruto practicando el arte sin ninguna pretensión previa. Sin embargo la influencia que puede tener una obra pintada en el espacio público me ha hecho replantearme el tipo de obra que quiero exponer y la repercusión que esta pueda suponer en el público, lo que considero una responsabilidad. Me gusta que se genere una comunicación, un diálogo que haga reflexionar a quien se para mirar. Para mi es importante que la gente use la imaginación y saquen sus propias interpretaciones. Muchas veces es el público el que descifra y da sentido a la obra.
Muchos de tus muros, especialmente en La Laguna, se sitúan en lugares transitados, visibles, llenando de color lugares que antes pasaban desapercibidos ¿cómo es tu modus operandi? ¿Cuentas con la opinión de vecinxs/propietarixs para realizar tus obras?
Muchas veces veo lugares olvidados en la calle. Lugares completamente descuidados y abandonados en los que creo que puedo intervenir y transformarlos en algo mejor. Fotografío las paredes pero no las intervengo impulsivamente. Evito pintar lugares privados. Normalmente son solares abandonados, paredes de casas en ruinas, contadores de la luz, etc. Algunas veces dibujo pensando en la pared y en la zona en la que se encuentra. Me gusta que las piezas tengan sentido en un contexto, que se integren en la arquitectura y que los colores armonicen con el espacio. Otras veces hago un boceto o compruebo en mi libreta algún dibujo que pueda encajar en el lugar o en las emociones.
Durante mucho tiempo estuve involucrado en luchas sociales, en éstas aprendí lo importante que es tener en cuenta el apoyo vecinal. Comunicarse con lxs vecinxs. A veces tocar en las puertas cercanas y hacer sugerencias son algunas de las cosas que pueden determinar el desarrollo de la obra. Cuando encuentro a lxs propietarixs les pregunto que les parecería si hiciera un mural en las paredes de sus calles. Muchas veces me he quedado sin pintar porque no les gusta la idea. En otras ocasiones nadie responde y otras veces, es bienvenido, sobre todo fuera de las Islas Canarias.
Entonces, ¿muchos de estos muros a pie de calle no son remunerados?
Para nada. Muchos de ellos no son remunerados. Luego, por otro lado están los proyectos en los que participio, festivales de arte urbano y los trabajos o murales por encargo. Normalmente aprovecho las sobras de materiales del trabajo para hacer mi propia obra en la calle.
Desde el año pasado, aparece en La Laguna un festival de arte urbano llamado Calle Malpei, del cual eres fundador y organizador ¿Cuál fue la necesidad que te motivó a la creación de este festival?
El hecho de que La Laguna se considere una de las capitales culturales de las Islas Canarias y no tuviese ningún tipo de mural como obra pública me parecía de vergüenza.
Por lo general, en el pueblo canario, se vive siempre pensando que lo quiera que venga de fuera, lxs artistas, los productos y la música son mejor que lo de Las Islas. En ese aspecto creo que le falta autoestima a este pueblo porque se la han arrebatado, sin embargo coincido viajando y participando en festivales de arte urbano con muchas personas de Canarias …
Esto me hacia replantearme lo necesario que es generar propuestas artísticas que reactiven la escena local. En concreto, en el arte urbano, es un campo muy codiciado y que está en auge. Se están armando muchos festivales por personas que sin vergüenza ninguna montan festivales de arte urbano sin haber tenido relación con el tema, pretenden hacerse con el negocio y acaparar la atención… Entonces antes de enfadarme y esperar a que esto sucediera, decidí tomar responsabilidades.
Hay mucho potencial en las islas pero se va todo fuera. Vivimos con la idea de que para destacar en algo hay que marcharse fuera porque aquí no nos darán nunca el suficiente valor.
Por eso veía necesario poner fuerzas en abrir una puerta para la escena local.
¿Que fortalezas y debilidades has encontrado al realizar el mismo?
Sobre todo el apoyo vecinal, la gran acogida de la gente del barrio, de la gente joven e incluso lxs mayores, además de una parte de la institución. La acogida ha sido muy positiva por parte de lxs artistas. Se han generado vínculos más allá de las paredes. Personalmente para mi ha sido ver materializada un idea, que es posible hacer las cosas con mucha dedicación e insistencia. En cuanto a debilidades he visto que es muy difícil sacar un proyecto de estos adelante. Tienes que dejar tu vida a un lado para impulsar un proyecto de esta envergadura y que todo salga bien. Además te enfrentas a estar sometido a la crítica constantemente.
A lo largo de tu trayectoria cerca de las paredes ¿ha existido persecución policial?
Inevitablemente. Algo que esta visible en la calle todo el mundo se lo cuestiona, ¿cómo lo hizo?, ¿qué es? No se plantean si es bonito o interesante. La crítica suele ser lo que mas rápido se expande y los primeros en preocuparse suelen ser las autoridades. Me han quitado la pintura, me han hecho detener un mural en mitad del proceso, me han amenazado, etc. La imagen que tienen es la de un delincuente y no la de un artista que hace una contribución a la sociedad, aportando tiempo, materiales, dedicación, etc. En general un trabajo digno al alcance de todo el mundo que como mínimo rehabilita los espacios, aporta valores estéticos y culturales, hace que la gente se detenga en la calle, genera encuentros…

Actualmente después de la segunda edición de Calle Malpei, a través de los medios de comunicación y un Twitter de la Policía Local, me acusan de ser el autor de un graffiti vandálico, ensuciando mi imagen y sin haber sido detenido, sin haberse realizado un juicio ni ser valorado en un veredicto.
Consta en estos mismos periódicos que estas noticias (como en la que se te incrimina de ser el autor de «las cafeteras») no son las primeras que hacen referencia a las penalizaciones y persecución que sufren graffiterxs y artistas urbanos en Tenerife desde hace aproximadamente cuatro años por parte de Proteur (Protección del entorno urbano). ¿Cuál crees que es la situación actual de la persecución hacia el arte en la calle en Canarias?
Esto va contra la libertad de expresión. La institución pretende tenerlo todo bajo control. Las iniciativas de los pequeños colectivos y de los grupos minoritarios no cuentan. Es una cuestión capitalista, si no genera ingresos no les interesa. La publicidad que nos bombardea cada día no se cuestiona en la calle, no se cuestiona si los mensajes son sexistas, si son agresivos, racistas, consumistas, etc. Simplemente es asimilada con naturalidad mientras silencian el pensamiento critico y las protestas. La actividad en las calles quiere ser controlada, y artistas, desde pintorxs hasta músicxs, son vetadxs. En Canarias existe una sociedad que no esta acostumbrada a este tipo de propuestas a pesar de la existencia de muchxs artistas activxs. Así mismo muchas luchas son ninguneadas como si no existieran.
La represión es cada vez mas visible. En este último año se llevaron a un joven detenido, Roberto Mesa, por publicar en los muros de su Facebook. Además, imagínate, durante el festival Calle Malpei se hace un evento a la par, que sale en todos lo medios eclipsando o mas bien pisando nuestra iniciativa local con todo un elenco de artistas internacionales. Un evento salido desde el mismo ayuntamiento, el cual no creó un punto de encuentro ni generó un espacio de intercambio entre artistas. ¡Alfombra roja pa’ los de fuera y pa’ los de casa los migajas que sobran!
Esto son los lastres de un estado colonial. Canarias es la última colonia, una extensión, un campo de prueba para el estado español, al que se le niega su identidad, sus costumbres, sus valores y su pasado. Si no tenemos derecho a historia propia ¿qué derecho vamos a tener una historia de arte urbano propia? Somos la sombra o nos hacen ser la sombra, como si nunca hubiésemos existido, por eso creo que es necesario reavivar y dar fuerza y coraje a lxs artistas locales.
En esta ocasión tras el encuentro Calle Malpei acusaron mediáticamente a Feoflip de ser el autor de siete graffitis con forma de cafetera. Se le atribuye la autoría de ese acto vandálico para criminalizar iniciativas de arte urbano en el espacio público. Se le acusa sin haberle levantado una acta, sin haber sido citado a un juicio para realizar un veredicto. Violando sus derechos, la ley de protección de datos y usando el miedo y la represión como método de control. ¿Quién no sabe lo que es una cafetera? Un objeto popularmente conocido y repetido en varias partes del mundo como puede serlo también un diamante, una estrella, un cartucho de dinamita, o como puede ser el caso de el símbolo de la paz, la A de anarquía, etc.
La represión que sufren a día de hoy artistas en las Islas Canarias y en España no se reduce a casos como este. Poetas, escritores/as, cantantes y raperos, como son el caso de Valtonyc, Pablo Hasel, Casandra, Nacho Carretero, etc, son algunos otros. Artistas que son sancionadxs cuando sus letras o mensajes no coinciden con la norma establecida, cuando rompen con crítica la hegemonía de los poderes capitalistas y cuando desvelan la oscuridad de este sistema.
La censura va mas allá de los muros, se vierte y oprime la libertad de expresión de todxs, desde los niveles más personales a los más generales. ¿Vamos a dejar que la represión, el abuso y la censura continúen así? ¿o necesitamos un poco de café para despertar?
#Todxsomoslacafetera.
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