Al leer a Luciana Reif, vas imaginando su retrato a través de sus poemas donde nos abre las puertas de su casa. La intimidad se comparte al yuxtaponerla con elementos y sensaciones que apelan a la sensibilidad afín del lector.
En Un hogar fuera de mí, disfrutamos de la poesía cercana y el anhelo de trascendencia de la escritura. La casa, ese espacio que ha sido vinculado con exclusividad a la mujer hasta hace poco, parece presentarse en modo abierto al resto, como metáfora de la propia poesía. Se ahonda en la perspectiva de género tan necesaria aún hoy en día. De hecho así nos indican los estudios de género y las estadísticas que señalan por ejemplo una presencia desproporcionada de mujeres y hombres componentes de jurados. Nos presenta la experiencia autobiográfica desde un marco social. Comienza el libro con una cita esclarecedora y toda una declaración de intenciones: «El instante en que un sentimiento/ penetra al cuerpo es político» de Adrienne Rich, conocida por su interés en la lucha por la igualdad de género.
Su lírica se arma desde el ámbito más cotidiano y familiar de la poeta, donde fluyen las expresiones con frescura, recrea situaciones vitales con otras imaginadas que se complementan y comunican la emoción con fuerza. Encuentra su apogeo en la comunión de la belleza visual de sus metáforas y el choque con la realidad más descarnada. Se sostiene en escritoras conocidas por su carácter feminista como Sharon Olds o Adrienne Rich, con las que comparte ese componente crítico y ese uso del lenguaje habitual sin grandes artificios también para hablar de sexualidad sin tabúes.
La argentina Luciana Reif, que cuenta con un libro anterior: Entrada en calor, presenta en este libro que ha merecido el XXX Premio Loewe a la Creación Joven, una voz que quiere “brillar, / no ser la luna que resplandece / con luz ajena”. Ese debería ser el deseo de cualquier persona que escribe, escribir bien, con luz propia e inalienable. Recrear un hogar habitable, que nadie posee.