Un instante de claridad antes de la noche eterna

«Para mi mente esto es traición y el tema de estos fragmentos confusos es mi mente. Nada podrá nunca aplacar mi rabia y nada podrá restituir mi fe» Sarah Kane.

I

Incapaz,
No terminarás con la poesía,
La poesía me hará acabar contigo.

II

 Sonidos,
imágenes sobre la vida que soñé tener,
y no tuve porque te perdí,
como todas las partidas de ajedrez
que nunca inicié
por andar corriendo
tras tus piernas cruzadas
en un sofá que no te pertenecía
más que a mí
pero que hiciste tuyo.

III

 Olores,
quedaron impregnados
en un colchón que pagaste con cada orgasmo
desparramado sobre toda esta casa
que también te pertenece,
como este cuerpo acuático
que habita sumergido en el fondo
del océano que se formó con las lágrimas
que derramé durante las últimas noventa noches,
el eterno funeral sin cajón sobre el cual arrepentirse,

te quiero, es lo que va quedando,
te quiero, porque no puedo pronunciar
otra palabra bajo el agua,
que me está arrancando la piel.

IV

Pirañas,
seres violentos
como yo,
pero también me dejan,
ya no comen de mi carne,
arrancan de la luz que sale de mi boca
mientras intento encontrarte.

V

Agujas,
dientes afilados
se introducen en mi pecho
desde tu partida
Uñas de tus manos
me masturban por las noches.

Sangre que me repugna
y corre por mis piernas.

Tan grande es el daño
que causas con tus manos.

Destructiva e indolente,
no dejes de romperme,
no me seguiré quejando.

VI

Río,
hoy te vi flotando
sobre el caudal de excremento
que cruza por esta ciudad,
pensé en lanzarme y salvarte,
estuve a punto
de formar una cuerda con mis ropas
cuando asomaste una de tus manos
y mi cuerpo se inmovilizó,
mismas extremidades
que quebraron las mías,
me dejaste sangrar
hasta desvanecerme,
ni siquiera bebiste
de mi sangre que tanto amabas
y se perdió como caudal de barro
sobre estas calles que no me querían
un parche habría sido suficiente,
un pedazo de tela rota
me habría salvado la vida,
pero eso
era mucho para ti
y ahora mojarme,
es mucho para mí.

VII

Tragedia,
las playas de Chile
no te quieren en ellas,
Las aguas de este país
son mis amigas
y te han olvidado.

VIII

Muerta,
he decidido llamarte la muerta
simplemente porque lo estás.

A %d blogueros les gusta esto: