los veranos perdidos ’10: el ferry del potomac

nada se compara a la manera en la que el agua toma la forma del objeto que lo contiene. durante la mayoría de mi infancia, mi padre estuvo ausente de manera física, ya que se decidió por seguir el sueño americano. de cualquier manera, siempre nos comunicábamos por varios medios. algunos veranos viajaba a visitarlo. en unos de los viajes de estado a estado, terminamos en washington dc, maryland. por la falta de tiempo, no realizamos el turismo suficiente como para llegar a la reja de la casa blanca, los monumentos o a algún museo. aunque si logré ver todo lo mencionado a la distancia. para mí fue suficiente realmente. llegamos a unos comercios de pesqueros de la zona, en donde comimos camarones con algunas especias coloridas dentro de una bolsa plástica. hasta el día de hoy desconozco el sabor del lejano recuerdo. cerca de allí, tomamos un ferry, el cual únicamente circulaba una parte del potomac. aún conservo unas cuantas fotos de aquel viaje en ferry. el cielo daba la ilusión de estar nublado eternamente. mientras más construyo el recuerdo, más más presente me siento en el lugar. y aún más, recuerdo el poema que recitaba en mi mente mientras el bote navegaba: «parte de mi libertad se quedó en ti/ parte de mi eternidad, eternidad/ te veo/ a la distancia de la metáfora/ flotando/ te veo/ en la estática/ te veo… me veo. «. mi memoria no es lo suficientemente concreta para recordar qué ocurrió al bajar del ferry. solo sé que aquel fue un viaje que jamás podré olvidar.

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