Un poema sobre la entropía

Caos

Una onda expansiva,
hormigas antes de la lluvia,
gallinas que se arrebatan
la comida arrojada desde la ventana.

Un incendio de cartas,
pintura derramándose,
la cocaína hinchada,
mis ansias de estrujarte.

En mil novecientos ochenta y tantos,
la campana de Zapotlán derrumbó la casa de Dios,
cuando un hombre dijo que el caos es la nada
-a ese sujeto nunca lo partió un rayo –

¡Qué fácil reducir el caos a una nimia palabra de cuatro letras!
(a m o r) (d i o s) (o d i o) cuentan cuatro letras.

Dejé caer mi peso en el jardín
y un botón se burló de mí
con una flor púrpura.

Aunque permanezca aquí bocarriba
-oculta de su vista bajo una nube gris-
vendrá por mí la entropía.

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