Le recuerdo feliz.
Siempre ha tenido
cabellos tan blancos,
que parece un monte nevado
su cabeza sin fronteras.
En la bolsa carga,
escondida y casi misteriosa,
una armónica chiquita
para tocar cada vez que
encuentra la oportunidad
y es ahí,
en un momento
de intimidad con su querida,
que sus ojos cobran nueva vida,
como si todo
se resumiera a él y su instrumento amado.
Así le recuerdo muy feliz.