La siguiente selección de poemas pertenece al poemario ‘A orillas de París’ (Ediciones En Huida, 2018). Paula Díaz Altozano. https://www.edicionesenhuida.es/producto/a-orillas-de-paris/
Imagen principal: Tapiz medieval de la serie ‘La dama y el unicornio’ La Dame à la licorne. Museo Cluny de París.
CERTEZA
Por la mañana, tuve
la certeza
de que un cuerno de narval
brotaba en mi frente.
Caminé por las calles, entre
familias y vecinos
que paseaban a sus perros
esperando
que me pescaran.
À MON SEUL DÉSIR
En este viaje de invierno
que recorro
una brújula señala
al norte en mi pecho.
He golpeado las cuerdas
en el bosque, he probado los frutos
y he ofrecido ¿o me he quedado?
la piedra evaporada que mis dedos
rozaron, cerca del león
que me tiende sus garras,
del unicornio que encontré
cuando buscaba en las calles.
A mi único deseo.
Todos los hilos
cosidos a mi cuerpo forman
un mapa de flores, aves, perros
parlantes. Suspendida en este
océano sonrío
a todas las doncellas
que me han superado, a las mujeres
que tejieron conjuros
en la rueca.
No cortéis el hilo.
A mi solo deseo.
YO, PÁJARO
En mi mano hay una llama
que dice y desdice,
empuja desde el vientre
la palabra,
se posa sobre mi cabeza; entonces
advierto que tengo
los brazos cubiertos de
plumas azules.
Mi carne se hace verbo
transformada en cadencias
y yo vuelo.
A la luz del faro
tiemblo un segundo
igual que un pájaro.
ALICIA Y FIESTA EN LA LIBRERÍA
A los diez años vi los dientes
del gato, la sombra que fumaba una pipa.
Me perdí en el humo,
en el agujero donde los metrónomos
y los insectos rigen el tiempo, y solo
deseaba beber té.
Un escalofrío
recorrió mis vértebras; mi rostro pálido
tornó a los paraguas, me topé con
un ejército
y sentí el bosque desolado. Un brazo arriba,
el otro abajo, así quedé
cuando las flechas
me atravesaron como a una res —nada tenía
San Sebastián que envidiarme— pero
debía estar soñando
porque abrí los ojos y vi a la muchacha
con cuello de jirafa, al rinoceronte
sin cuerno; escuché carcajadas rotas,
respiré medicamentos
en frascos, botes de cristal
en la farmacia, hojas de parra.
Por el puente acristalado
que salva el río en Oxford corría
una niña. Solo deseaba dormir
sobre agujas de pino, encontrar su árbol.
Esta tarde me esperan en la fiesta.
¿Quién está loco aquí?