La enfermedad es una condición en doble sentido. Si bien, los síntomas requieren de un espacio para su desarrollo, la evolución o el decrecimiento de los mismos nos llevan a una posible recuperación. La muerte, en este caso, no juega como una posibilidad; si presenciamos el deceso de quienes amamos, la volvemos una despedida lenta que ya habíamos iniciado cuando el otro se encontraba en el grado cero de lo vital: respirar y después quedarse quieto.
No cabe duda que dentro de la poética de María Auxiliadora Álvarez, el cuerpo se ha consolidado como un objeto clínico que incita al reconocimiento y al cuidado del cuerpo de un otro, aunque a veces dicho cuidado implique el abandono mismo como parte del ritual de despedida.
“tu peso es/ mi más grande perdida” sentencia la voz lírica en la primera parte que conforma El amor de los enfermos (2017), titulada Ca(z)a (1990) en la cual, Auxiliadora aprovecha los espacios entre versos para la creación de atmósferas relacionadas con la disforia:
dime si te duele
y aquí
y aquí
y aquí
La pérdida de un otro, en la mayor de las ocasiones nos es familiar, en la segunda parte, titulada Páramo solo (1999) puede identificarse un motivo existencial (tratado por Émile Cioran): nuestros vacíos, al carecer de alguna narrativa que no sea la del sentir, nos vuelven incomunicables. La enfermedad del otro, como el amor, se vuelve parte de nosotros. Finalmente, en la tercera parte, nombrada Las regiones del frío, siguen subsistiendo las atmósferas de ruinas propias de las partes anteriores, para el planteamiento de la supervivencia. Después de la enfermedad, estamos ante y dentro de un cuerpo que no volverá a ser.
y no sabemos qué hacer con el regreso Después de la
[idea de morir y de la idea de matar
ya no somos los mismos El polvo se levanta dos veces
[en nuestros ojos
Referencias:
María Auxiliadora Álvarez . (2017). El amor de los enfermos. México: Mantis Editores
Algirdas J. Greimas; Jacques Fontanille. (2012). Semiótica de las pasiones. De los estados de las cosas a los estados de ánimo. Ciudad de México: Siglo XXI