Mónica Licea: «Nuestro paso por este mundo es demasiado breve como para no buscar ser la mejor versión de nosotros mismos»

Entevisté a la escritora Mónica Licea por su poemario Visión de la ira. La plaquette Visión de la ira editada por Sombrario Ediciones (2017) es su primera publicación individual.

Les dejo algo de información:

Nacida en Guadalajara, México (1990). Editora y poeta licenciada en Cine Digital por el Centro de Artes Audiovisuales (CAAV). Gestora del proyecto Voces Encendidas: poesía en voz de sus autores (2016-vigente). Editora en la revista literaria Liberoamérica. Ha sido ponente y poeta invitada en la Feria Municipal del Libro de Guadalajara. Actualmente trabaja en su primer libro Se nos ha dado el fuego (2019) Editorial Liberoamérica.

 

1. En Visión de la ira, utilizás un epígrafe de Ted Hughes, ¿por qué pensás que dice que escribir es igual a cazar?

Creo que se refiere al ritual de la búsqueda primitiva de las palabras, el hambre por obtenerlas y la promesa de que podemos domarlas. A fin de cuentas, me parece que se trata de una especie de danza salvaje, una energía destructora y constructora.

2. En tus poemas está presente lo primitivo, el someter a la bestia. ¿Cómo hacemos esto en el día a día?

Pregunta difícil en una realidad tan convulsa como en la que vivimos. Creo que el arte es la respuesta a casi todo, especialmente por su capacidad de permitirnos traer a la superficie otra imagen sensible de la realidad y en el mejor de los casos, por incidir sobre el comportamiento de un individuo. Una de nuestras responsabilidades como seres pensantes, es hacer introspección para descubrir cuáles son las alternativas que más nos funcionan para canalizar nuestras emociones y pensamientos: ¿ir a terapia? ¿Cantar en voz alta? ¿Hacer meditación? ¿Bailar? Eso dependerá de cada uno.
Yo encuentro en la poesía ese desdoblamiento estético conmigo misma y con el mundo, que en palabras del poeta español Antonio Gamoneada “intensifica la conciencia”. También pienso en el teatro y en el famoso “sí mágico” al que los actores acceden al momento de realizar una dinámica de improvisación; creo que una estrategia para someter a la bestia es decir “sí” a cuestionarnos constantemente, a reestructurarnos. Nuestro paso por este mundo es tan breve como para no buscar ser la mejor versión de nosotros mismos.

3. También hay milagros, se resurge. ¿Cuáles son los mejores milagros?

Manifestar nuestra humanidad día con día, es decir, procurar vivir con empatía, sensibilidad y conciencia de que compartimos este mismo planeta llamado Tierra. Otro milagro es abrazar la oscuridad, saber transformar el dolor en algo positivo, en algo que no nos destruya ni destruya a los demás. Una difícil pero admirable tarea de por vida.

4. Explorás una feminidad fuerte, de armas tomar. ¿Cuál es tu visión acerca del feminismo?

Para hablar al respecto supongo que tendría que decir que crecí entre hombres, muchos hombres y esto repercutió mucho en el desarrollo de mi feminidad. Creo que elegí con libertad que aspectos me gustaban de ambos géneros e hice mi propia versión, ahora lo digo así, pero me ha llevado bastante tiempo no juzgarme por ello y hacer que no me afecten los comentarios de terceros.
Para mí el feminismo de trata de reivindicar y compartir la igualdad de la libertad individual y colectiva de las mujeres. Es claro que hay muchas voces distintas y propuestas de actuación variadas pero considero que todas deben ser escuchadas, discutidas y evaluadas. Es una responsabilidad política, social, artística y especialmente humana.

5. ¿Cómo se pasa del dolor a la ira? ¿Cuáles te parece que pueden ser los desencadenantes?

Por muchos años estuve viajando de la ira al dolor y del dolor a la ira. Creo que tuvo mucho que ver con mi educación emocional y con no tomar responsabilidad –en su momento- de mis patrones de conducta.
El acumular pensamientos, emociones, sensaciones, palabras, y/o recuerdos negativos te transforma en algo que muchas veces termina distando mucho de quien realmente eres, es como que te desconfiguras y  sin darte cuenta estás a un paso de convertirte en la sombra de tu sombra, a mí entender eso sería el desencadenante. Se debe tener mucho cuidado con esto. Debemos estar alerta y siempre procurar dejar una luz encendida.

6. ¿Qué pensás acerca de la represión de la ira, que está muy presente en el poema del perro?

Perro bueno
muy bien
quieto
callado.

Perro con el hocico
que no termina de reventar.

No.
Abajo.

Perro sucio.

¡No!

Perro ciego
de nostalgia feroz.

¡Quieto!

Perro que se pudre.
Perro que come perro.

Muy bien.
Muerto.
Eso.
Así.

Queda claro –especialmente en el Siglo XXI- que los humanos somos animales extremadamente salvajes. Desde mi infancia he estado rodeada de mascotas, especialmente de perros, es algo que ha influido bastante en mí porque al ser una niña bastante tímida mi forma de conectarme con el mundo ha sido a través de la observación de los animales.
El poema del perro habla de la auto domesticación que ejercemos sobre nosotros; de ésa naturaleza violenta que muchas veces aceptamos con una naturalidad alarmante.

7. ¿Cómo surgió la inspiración para este poemario?

Los textos fueron hechos a lo largo de varios años, eran anotaciones sueltas, ideas, bocetos. Pienso en la imagen de una esfera de fuego. No había una inspiración o concepto, todo está relacionado con el tema de un duelo no elaborado por la muerte de mi hermano. Había una rabia permanente que me consumía, quizás aún lo hace, pero ahora estoy aprendiendo a canalizarla de forma que no me destruya.
El título es bastante acertado porque al hablar de una Visión remite a algo que está por llegar; pienso en la expresión de “tomar al toro por los cuernos”; y creo que esa Visión es un animal con el que debo confrontarme, y aunque sé que esto será un proceso de toda una vida me alivia la idea de verlo caminar lentamente hacia mí. Tal vez porque antes negaba su existencia. Nombrar el miedo es el primer paso para liberarse de él.

8. ¿Quién fue la primera persona que leyó Visión de la ira y qué dijo?

Hubo dos personas claves en el proceso de Visión de la ira: Enrique Carlos y Gustavo Iñiguez, amigos, maestros y poetas admirables. Con Enrique fue con quien cursé mi primer taller de poesía, fue él quien me dio un golpe de realidad y me hizo tomar este oficio con disciplina. Con Gustavo estuve durante un año en el taller “Dogville” (el cual recomiendo ampliamente para quienes vivan en Guadalajara, Jalisco) en donde bajo su supervisión y la retroalimentación de grandes compañeros poetas como Mariana Pérez Villoro y Héctor Limón; desarrollé los textos que conformarían Visión. Poco después, Enrique decidió inaugurar la propuesta de la editorial Sombrario Ediciones, quienes me invitaron a sumarme en su catálogo de plaquettes “Cuadernos de humo”. Tanto Enrique como Gustavo han sido y seguirán siendo mis guías en este andar poético, no tengo para ellos más que infinita gratitud, respeto y admiración.

9. ¿Estás trabajando en algún poemario nuevo?

¡Sí! de momento lo he titulado “Se nos ha dado el fuego” y afortunadamente ya cuenta con el respaldo para ser publicado por nuestra editorial Liberoamérica. A grandes rasgos aborda la pérdida de mi hermano mayor, así como las circunstancias de corrupción e impunidad relacionadas a su muerte, a su vez, este lamentable hecho me sirve de hilo conductor para tocar otros temas vigentes en mi país como la desaparición forzada. Si todo fluye como hasta ahora, espero presentarlo a fines del 2019 o a inicios del año entrante en Barcelona.

El dolor es el mamífero
más grande
del mundo

su peso
se encuentra al descubierto.

Animal
ad –herido
a la memoria.

Mónica Licea

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