Entre el 7 y 8 de marzo del 2017 las llamas consumieron a unas niñas que debían ser protegidas por el estado de Guatemala. Desde entonces un grupo de mujeres se reúne para honrar sus memorias y exigir justicia.
Fotografías: Danilo Castañeda, Solange Saballos y Zayda Noriega
El cielo estaba rojizo esa noche del 31 de octubre del 2018. Las mujeres se reunían alrededor de un círculo hecho con cruces de metal. Cada cruz tiene el nombre de una niña, víctima de negligencias y abusos.
Frente al improvisado altar se erige el Palacio Nacional de la Cultura de Guatemala, el cual solía ser la sede del gobierno guatemalteco antes de los noventa: hoy es un edificio que aloja exposiciones y actividades culturales en el corazón del centro histórico de la capital.
El grupo, compuesto casi en su totalidad por mujeres, enciende una pequeña fogata en el centro del círculo. Muchas flores están puestas alrededor del fuego mientras una de las mujeres improvisa un apresurado ritual maya.
Han pasado dos años desde que 41 niñas y adolescentes –algunos aseguran que el número fue mayor, llegando a contabilizar 56 víctimas– fueron dejadas dentro de un cuarto en llamas por las autoridades del Hogar Seguro Virgen de la Asunción en San José Pinula, municipio de la ciudad de Guatemala.
- El Hogar Seguro Virgen de la Asunción en Guatemala y las llamas que las mataron el Día Internacional de la Mujer
El Hogar Seguro Virgen de la Asunción era un centro estatal, regulado por la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia de Guatemala, que apuntaba a garantizar la protección de niños y adolescentes víctimas de violencia, abandono o maltrato infantil. También recibía a jóvenes menores de edad que habían tenido roces con la ley y se encontraban solos, sin amparo familiar.
Sin embargo, estos jóvenes abandonados por sus familias y olvidados por el estado, estaban lejos de recibir el apoyo que necesitaban, pues vivían en condiciones de hacinamiento y recibían maltratos entre los cuales sobresalía el abuso sexual, razón por la cual decidían escaparse del centro.
Es el 7 de marzo de 2017 cuando las niñas son encerradas en una de las habitaciones del hogar. Comienzan a protestar desesperadamente, y deciden encender un fuego que se descontrola. Las autoridades, indiferentes, las dejan encerradas mientras las llamas las consumen el 8 de marzo, día internacional de la mujer.
Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Guatemala (OACNUDH) “es deber del Estado respetar y garantizar los derechos humanos de la niñez y adolescencia en Guatemala, asegurando un acceso efectivo a un entorno libre de violencia. Es también su deber asegurar las oportunidades necesarias para que la niñez y adolescencia pueda desarrollar sus proyectos de vida”.

Los rumores de trata sexual en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción eran un secreto a gritos, ignorado por el estado de Guatemala y su presidente Jimmy Morales, quien se ha destacado por verse envuelto en innumerables casos de corrupción.
Después del terrible incidente la OACNUDH denunció, en su informe Las víctimas del Hogar Seguro Virgen de la Asunción Un camino hacia la dignidad que “las 15 niñas sobrevivientes, así como las familias de las 56 víctimas, continúan teniendo importantes necesidades, incluyendo en términos médicos, psicológicos y de protección aún no cubiertas, y siguen esperando una reparación integral así como los resultados de la investigación criminal. En los días posteriores a la tragedia, el resto de las niñas, niños y personas adultas que estaban albergados en el HSVA fue trasladado a diferentes hogares, tanto públicos como privados, otros reintegrados con sus familias, mediante un proceso que adoleció de irregularidades, y en muchos casos donde siguieron expuestos a malas condiciones de vida e incluso violencia”.
Rosa Gallardo, coordinadora de la Colectiva de Mujeres Fuego y Resistencia, activista por los derechos de la mujer, detalla el origen y significado de la Plaza Niñas 8 de marzo en este audio:
Como conmemoración del segundo año de la tragedia del Hogar Seguro Virgen de la Asunción y para documentar el proceso de resistencia de las mujeres que se niegan a olvidar, desafiando la corrupción y misoginia que el gobierno guatemalteco pretende apañar a través de la impunidad, dos fotógrafas y un fotógrafo decidimos apoyar nuestras miradas en este pequeño altar donde muchos y muchas han alzado sus voces para continuar denunciando la atrocidad cometida contra estas niñas y adolescentes vulnerables.









































Esta memoria fotográfica fue realizada con el apoyo de las mujeres de la Plaza de Niñas 8 de Marzo, la Colectiva de Mujeres Fuego y Resistencia, la Asociación Estudios y Proyectos de Esfuerzo Popular y cada una de las activistas presentes en las fotos. Los derechos de autor corresponden respectivamente a cada fotógrafo/a.
1 comentario