Entrevista a Karina Macció* (Buenos Aires, Argentina)
– ¿Cómo, cuándo y dónde llegaste a la poesía?
Llegué a la poesía sin saber que llegaba, pensaba que escribía sin forma, que mis textos eran raros, inadecuados, que me gustaban las palabras pero ¿y qué? Cuando tenía 20, encontré a Delfina Muschietti, profesora de la UBA, me enteré que escribía poemas, y reinicié la lectura poética, vapuleada, muy recortada, por la carrera de Letras. Escribí siempre, escribo por necesidad, porque me guarece del mundo.
– ¿Qué te parece que le sobra o que le falta a la poesía actual, pensándola en comparación con el lugar que ha ocupado en los primeros años del siglo XX?
Tengo una visión optimista. En este momento, se escribe mucho y se publica mucho. A veces me pregunto o me inquieta cuánto se lee. Esto puede constituir una diferencia con el comienzo del siglo XX. Si bien ya se hacía sentir la aceleración, es incomparable con el vértigo actual, la ilusión de estar en varios lugares a la vez, la presión y también el deseo multitasking, los instantes altamente concentrados, y encima registrados, todo va hacia una acumulación, un exceso que no tiene límite porque la tecnología permite más y más rapidez, más y más memoria. En el arranque del siglo XX el escritor adquiría una brutal conciencia de su falta de ubicación en la sociedad; hoy eso está como punto de partida, la desubicación es constante y reubicable, movible, también. Autores como Rubén Darío y José Martí son los últimos representantes de un modelo que aún encontraba un posicionamiento social, conjugando en la escritura un papel institucional, político, y un accionar en lo real. Paradigmático es el caso de Martí. En el transcurso del siglo XX se da una profesionalización que también separa y constituye desde una óptica de mercado los géneros. La novela reina y tiene su boom latinoamericano. La poesía, ¿dónde está? Con el estallido de las redes sociales, la poesía encuentra espacio: rápida, contundente, provocadora. Publicar es fácil, mostrarse es fácil, hay una enorme circulación de escritos tanto de forma virtual como a partir de la labor de las pequeñas editoriales. Porque también es más fácil imprimir. Tenemos la tecnología, es accesible. Tenemos los canales. Ahora hay que intentar no perderse en la maraña, buscar lo interesante, elegir las lecturas y las escrituras. Y por sobre todo, no creer en el mercado.
– Teniendo en cuenta tu propia experiencia, ¿es el discurso del poema realmente un discurso involuntario?
No creo que haya nada involuntario en la escritura. Al menos no en su fase final, cuando llegamos a esa etapa en la que un texto está próximo a quedar publicado. Hay mucha reescritura, revisión, corrección, armado, en fin, trabajo. Ahora bien, cuando empezás a escribir, eso que enciende el acto, ¿de dónde viene? Puede también haber una voluntad, por ejemplo, no sé qué escribir y voy a buscar una cita que me interpele. Me someto a ese ejercicio voluntariamente para encenderme. O no. Reina el misterio. Algo, una palabra, viene de la oscuridad y me habla. Es momento de escribir. No puedo dejarla pasar, que me atraviese sí, y que pase de esa manera al papel.
– ¿Creés en la poesía (en la escritura en sí misma) como medio de insurrección?
No hay otra posibilidad para mí. La escritura existe como insurrección frente al discurso estereotipado, standarizado, hegemónico, mercantil, cosificado, rígido, plano y aplastante. La escritura, siempre poética, es móvil, paradójica, incierta, ambigua, incómoda. Te indaga, te corre, te sorprende, te refleja en una forma que quizásno habías visto, no sabías.Muestra lo extraño del mundo, de la vida, de la humanidad, su horror y su belleza inconmensurables.
– Contános todo lo que hay que saber sobre Viajera Editorial y Siempre de Viaje…
Primero nació Siempre de Viaje. Era el 2005, y una etapa nueva irrumpía en mi vida, había ya coordinado talleres y ciclos de lectura, pero ahora me zambullía por mi cuenta. Viajar y escribir, viajar y leer, siempre fueron acciones parecidas en mí. Cuando viajo escribo y al revés. Cuando leo puedo ir a cualquier parte, no hay restricciones de ningún tipo. Entonces el taller surge a partir de estas ideas-caminos. Nos encontramos, los viajeros nos vamos encontrando, la Guarida Literaria (sede de Siempre de Viaje) ofrece un espacio para reflexionar, jugar, mostrar, ponerse en marcha, y sobre todo, compartir.
En el 2008 Viajera surge por necesidad: había libros muy frescos, muy lúcidos, que estaban listos para la edición. Mi deseo era y es hacer libros hermosos, coloridos, libros para dejarse sorprender, para arriesgarse a entrar en mundos de escritores cuyos nombres aún no resuenan, pero muy actuales y con voces únicas. Así surge la colección Descubrir para Primeros Libros. Claro que estaban esos escritores en plena y brillante construcción de su obra que también había que leer, y aparece Explorar. Por último, una colección para que no se escape el deseo del viaje en otra lengua, la traducción, el cruce, lo multilingüe, eso es Bífida.
– ¿Qué libro de poesía nadie debería dejar de leer y por qué?
Eso cambia en mí a cada momento. Hoy y ahora te voy a decir Ova Completa de Susana Thénon. El ritmo, la ironía, la conciencia del tono, la puesta en escena, las palabras que se llaman y cambian, que se reconocen en su historia, la Historia y los discursos, la invención, las preguntas, el cuerpo, un cuerpo y una voz de mujer, de poeta, de intelectual, de artista. Es una aventura imperdible leer a Thénon, es descubrir cada vez la potencia de la poesía.
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Algunos poemas de Karina ▶ todo lo que no se ve / va a caer
*Karina Macció (Buenos Aires, Argentina). Escritora, editora, traductora, docente y gestora cultural. Licenciada y profesora en Letras por la Universidad de Buenos Aires. Dicta semiología en el Instituto Carlos Pellegrini. Dirige Siempre de Viaje – Literatura en Progreso, espacio de talleres de lectura, escritura y traducción. En 2008 crea Viajera Editorial, dedicada a la literatura contemporánea, con especial énfasis en la poesía y la escritura poética. Sus traducciones de S.T.Coleridge, Tennyson, Poe, Baudelaire, Rimbaud, Verlaine, Plath, Hughes y Sexton han sido publicadas en diversas revistas especializadas. Publicó Pupilas estrelladas (Siesta, 1998), Ferina (La bohemia, 2001), Lestrygonia (Aurelia Rivera, 2003), Impresos en rojo (Gog y Magog, 2006), La pérdida o La perdida (Viajera, 2008), Diario de la transformación (Viajera, 2011), Mis Peores Poemas de Amor primero en español (Siempre de Viaje Ediciones, 2012), Amarillo (Amar y yo) Ocre (Textos Intrusos, 2015), AmorAtada (Viajera Editorial, 2018), entre otros.
Foto portada: Laura Cófreces
Foto cuerpo de nota: gentileza de la autora