Al compás de lo atroz: reseña de «El vals de los monstruos»

El vals de los monstruos
Lola Ancira
México, Fondo Editorial Tierra Adentro/Fondo Editorial de Querétaro, 2018, 92 pp.

Lola Ancira es una escritora y editora mexicana que nació en Querétaro en 1987. El vals de los monstruos, su segundo libro publicado, alberga once cuentos que danzan entre lo fantástico, el horror y el terror psicológico. Con estas herramientas, la autora recibe a sus personajes en el diván para da inicio con la sesión. Así, al adentrarnos en sus mentes, nuestras convenciones sociales y éticas son interpeladas por las acciones de estos seres que son tan monstruosos como humanos.

A medida que nos introducimos en la lectura, podemos comprender por qué la autora decidió contar estas historias. En sus cuentos encontramos registros de una visión literaria y lenguaje punzante. Lola Ancira maneja de tal manera la tensión narrativa que empuja al lector a empeñarse a descubrir lo que ocultan los personajes. A su vez, ella construye espacios y atmósferas como reflejos de su psique: la violencia, la venganza y el delirio son elementos que funcionan como advertencias de un inminente desastre.

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El vals de los monstruos también es un libro que propone diversas conversaciones. Por un lado, cada uno de los once cuentos porta un epígrafe que dialoga tanto con la historia individual como con el universo contado. Cabe mencionar, que a través de esta selección, la misma autora logra conversar con el lector de manera más personal, al permitirnos conocer algunas de sus referencias literarias. Por otro lado, los cuentos construyen otro tipo de intertextualidad cuando descubrimos que los personajes cohabitan las historias, dejando así, un rastro de sus relaciones monstruosas.

El título del primer cuento “En el Oriente se encendió esta guerra”, es una línea que aparece en el poema “Ajedrez” de Jorge Luis Borges. Lola Ancira une esta idea con la del síndrome gemelo-gemelo, teniendo como resultado una historia que representa el vínculo entre hermanos, como un juego estratégico y competitivo.

“El nombre del miedo”, muestra las relaciones familiares cuando el olvido y la degradación mental son inevitables. El cuento aborda el paso del tiempo, la pérdida de la memoria y la identidad, desde un lugar doloroso donde no parecer haber salida: ¿puede una hija traer de vuelta a la realidad a su madre?

Lola Ancira demuestra una gran capacidad literaria con la manera en que construye las voces de sus personajes. “Vindicta” es un ejemplo de esto, ya que a través del monologo nos inserta en la paranoia del protagonista hasta el grado en que encontramos sospechosos en todos lados.

“Te lo has ganado” es la historia de una estirpe agonizante. Habla sobre la marca de la herencia, la desgracia y de cómo la muerte de la familia vaticina la propia. ¿Es posible romper ciclos?

“La esencia de la melancolía”, fue uno de mis cuentos favoritos. Desarrolla el sentido de pérdida entre dos hermanas. Nos muestra que hay distintas maneras de vivir el duelo y afrontar a la muerte. Pero sobre todo nos sitúa en ese estado de delirio donde lo único que se busca es el reencuentro con el otro.

Este libro, tiene la capacidad de que empaticemos con algunos de sus personajes; que al conocer sus acciones y decisiones, les demos el beneficio de la duda. Pero también, nos permite juzgarlos y rechazarlos. “El don del engaño”, expone a las relaciones que de lejos, gracias a la distancia de los medios electrónicos, parecen claras, pero es cuando nos acercamos que descubrimos la toxicidad que acarrean.

“Satélites” fue también uno de mis cuentos preferidos. Este texto es prueba de cómo una idea puede desencadenar toda una historia. El viaje espacial que realizó la perrita soviética Laika es el punto de partida; desde este acontecimiento, un hombre crea un ritual con su familia: criar un perro por año para que, en el aniversario en que Laika orbitó la Tierra, puedan abandonarlo en el mar para que vaya en su búsqueda.

“La edad de oro” y “Tres lunares” son, a mi parecer, los más estremecedores. En el primero hay un hombre y una jovencita, en el segundo hay una mujer y una niña. Estos cuentos son capaces de retratar el horror de la pedofilia y del abuso de menores. “Tres lunares” revela la oscuridad de la Deep Web; “La edad de oro” revela la oscuridad que habita a puerta cerrada.

“Hacia el abismo” retrata el vacío de quien ha vivido varias vidas terribles en una. Habla de los ciclos, de vivir al límite, de las recaídas… de querer buscar en los demás todos los pedazos fracturados.

“Mónos” es el desglose detallado de un acosador que sigue a su presa. Hay una joven que lee en el metro y un hombre que consigue los mismos títulos para leerlos con ella. La sigue al grado de darse cuenta que ella tiene una vida más allá de la estación, al grado de querer exterminarla y exterminarse a sí mismo cruzando la franja amarilla en el andén.

Escribir sobre el horror no es fácil y Lola Ancira lo logra con creces. Desde un lenguaje seleccionado e ideas complejas, nos sugiere observar una realidad que muchas veces evitamos. Sin caer en lugar comunes, la autora captura la monstruosidad de las relaciones humanas que disfrutan de bailar el vals.

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