Reflexiones a solas
Las televisiones que permanecen encendidas mientras quien llora no mira
deberían ser patrimonio intangible de la depresión auto infringida
Así como las cobijas que ahogan los llantos
las comidas a deshora y sin gusto
el hidratarse para no morir
el no morir porque de amor nadie se muere
el dolor de angustia y las anginas de ansiedad
los pomos de puertas que se quedan mudos
las ventanas que se quedan ciegas
los mensajes que se quedan en visto
los recuerdos que se quedan
se quedan
Pero disculpa, no te sientas mal
tengo que sacarte de la mente aunque sea en silencio
pero si dedicar un poema es casi tan suicida como tatuarse un nombre
algunos tatuadores ya no reciben parejas para sus trabajos
por miedo a desvirtuar su arte
por terror a que su obra sea tapada posteriormente
con la tinta de otros intereses más reales o menos mortales
Pero disculpa, tal vez estoy desvariando
hace tanto frío
desde la última vez
que me abrigué en tus promesas
O tal vez solo estoy aburrido y fastidiado
la espera es un silencio tan ensordecedor
Casino
Odio las apuestas pero siempre estoy en ellas
he botado en un tarro sucio mis últimas fichas y las cuido del exterior
Cuando las cartas están boca abajo son letales e inservibles a la vez
potencialmente, son armas del destino y sus alrededores
acosadoras del tiempo y del dolor de la espera ansiosa
He aquí mi última apuesta por vos
Las cartas están echadas
no tienes más que recogerlas
voltearlas
y ver en ellas el futuro
por las fichas no te preocupes
hace rato que no valen nada
Al fin
“Una ventana acuna los sueños de una novia enajenada
Tus palabras pierden tiempo en el desierto
Botellas blancas almacenan desengaños
El amor espera en otro balcón”
‘De los viajantes’ – Ana Gandini
Por fin sucedió
las lágrimas secas han dejado de deformar mi rostro
lo han vuelto algo inexistente
aunque aún puedes distinguir mi pobre orgullo
escapándose por entre los dientes
Sabes, ser un indicio no es tan malo
cuando te miras desde acá abajo
sobre todo porque al fin sucedió
y eso es lo importante
Finalmente pasé de la autocompasión
a comprender el desprecio
a aceptar que el que sabe perder
se retira aunque sea con la dignidad en harapos
a sentir coraje y no miedo
Aprendí que no se puede invocar a la memoria
y pretender que es un caballo
(o una cebra)
que galopa
que aún vive
Cómo dolió encontrarte en los recuerdos
mas no en las acciones
Pero es crédito tuyo
lo que por fin sucedió
Al fin:
Me cansé
Habla mal de mí
Habla mal de mí si eso te ayuda
a callar los llantos de tus miedos azotándose en tu cabeza
Habla pestes de mí si eso te ayuda
a malinterpretar la verdad, a reinventarla
para que yo calce mejor en mi papel de antagonista
Habla estupideces de mí si eso te ayuda
a sosegar a la culpa que crece entre tu yerba
asesinar esa maleza que trepa por tus arterias
y florece en tu cara, tiesa y arrepentida
Habla mierda de mí si eso te ayuda
a que el odio que refleja tu culpa se vuelva un mejor compañero de cama
que el recuerdo de alguna de las noches en que bajo las sábanas
prometimos enfrentar y solventar nuestras soledades
Tírame toda la mierda que puedas
porque mierda somos y mierda nos volveremos
según la «versión oficial»
Destrúyeme si eso te ayuda a olvidarme
y te hace bien
Me quedo con el silencio entrecortado
pero al menos totalmente convencido
que cuando mi boca te nombra
dice la verdad
Epifanía del poeta
Cuando te vi pasar
con ese tipo,
de la mantuve la más bella Epifanía:
Siempre te mereciste
todos los poemas que te escribí
sobre todo los malos