La autora de Luz en Berlín, novela que publica Grupo Planeta Chile (2019), es Patricia Cerda (Concepción, Chile, 1961). Doctora en Historia en la Universidad Libre de Berlín, acumula éxitos con sus recientes publicaciones literarias, como Mestiza (Ediciones B, Chile, 2016) y Violeta & Nicanor (Grupo Planeta Chile, 2018). Con esta última viaja por el mundo para realizar su presentación.
La conocí en Madrid y fue muy grato el encuentro, en el que sobre todo se habló de literatura. Patricia actualmente se halla en Bogotá promocionando Violeta & Nicanor, y desde allí contesta a estas preguntas sobre Luz en Berlín, su más reciente novela.
1. Luz en Berlín se escribe en primera persona. Debo confesar que al principio pensé que era su voz la que hablaba, y su propia experiencia, y no la voz del personaje principal, Luz. Supongo que hay cierta autobiografía y en la novela habla un poco su experiencia, ya que vivió en Alemania muchos años.
Patricia Cerda: El personaje principal de la novela se llama Luz Vidal y que llega a Berlín un año antes de la caída del Muro. Ella tiene algunas cosas en común conmigo. Yo llegué en 1986 a doctorarme en Historia en la Universidad Libre de Berlín y ella va a doctorarse en Filosofía. Saqué de mis propias experiencias en la ciudad amurallada para expresar sus vivencias, pero inventé mucho también. Estrictamente hablando, no es autoficción. Su visión de los alemanes es la mía y su entusiasmo cuando se vienen los cambios repentinos que llevaron al fin de la Guerra Fría y a la caída del Muro, son también los míos. Pero ella tiene otra biografía, otra familia, etc. Somos parecidas, pero no somos la misma persona.
2. El arranque de la novela se realiza con una mención al explorador español Lope de Aguirre y la idea de que Luz abandone Chile y se instale en Berlín para elaborar su doctorado. Inevitablemente, aquellos que abandonan su ciudad natal para trasladarse al extranjero dejan su huella en el nuevo país. ¿Podría entenderse como una idea modernizada de conquista?
PC: La mención a Lope de Aguirre evoca más bien un recuerdo del impacto que causó la película de Werner Herzog Aguirre o la ira de Dios en mi generación. El llamado nuevo cine alemán y la solidaridad de los alemanes con los exiliados no solo chilenos fueron dos elementos decisivos que cambiaron la visión que teníamos en Chile y América Latina de los alemanes. Nos dimos cuenta de que la sociedad alemana había cambiado y entonces ese país se tornó interesante y atractivo para los jóvenes latinoamericanos. Lope de Aguirre era un vasco que se rebeló contra la corona y declaró nulas las jerarquías de su tiempo. Luz es más convencional, aunque también valiente, porque se va sola a un país y un idioma que no conoce. Por ahí va la cosa.
3. En un principio, los personajes masculinos de origen chileno de la novela aparecen pobremente calificados. Pinochet se jactaba de no leer poesía, como indica, y en el terreno de la ficción, del novio de la madre de Luz se dice que «sus comentarios y opiniones irradiaban ignorancia y altanería insoportable». Al contrario que otros personajes de origen alemán que, aunque más fríos, se presentan eruditos, incluyendo a Javier, chileno que lleva veinte años habitando en Alemania. ¿Es esto casualidad o quizá una crítica velada a las circunstancias de su país de origen?
PC: Esto apunta al ambiente cultural en Chile durante de la dictadura, que era muy pobre. Casi no se publicaban libros de ficción. La censura funcionaba bastante bien. Y las obras de sociología o filosofía contemporáneas eran difíciles de conseguir en el país. En Alemania la cosa era diferente. Luz lo nota de inmediato. Al principio se siente una analfabeta total y quiere ponerse al día. En eso hay paralelos entre ella y yo. Recuerdo que pasaba horas leyendo en la biblioteca estatal. Lo que más me impresionó de Berlín fueron sus bibliotecas. Ella y yo tenemos en común que llegamos a Berlín desde el Chile de Pinochet. El contraste no podía ser más grande.
4. Se puede percibir en la novela su gusto por la historia, por la investigación. Algo que también se observa en Mestiza y en Violeta & Nicanor. Las frases y las obras de grandes filósofos de la Historia se intercalan con las situaciones de los personajes de su novela. Imagino que ha habido una amplia lectura e investigación tras estas páginas.
PC: En el caso de Luz en Berlín, la investigación fue más fácil que con Mestiza porque se trata de la historia reciente y de acontecimientos que yo misma viví de cerca. Al igual que yo, Luz y su amiga Helena pasan por la puerta de Brandenburgo la noche en que se abrió, el 22 de diciembre de 1989. El momento es el mismo, solo cambian las circunstancias. A modo de anécdota, ese día estaba de visita en mi casa el filósofo chileno Humberto Maturana. Pasamos bajo la cuadriga junto a nuestras respectivas parejas de entonces, sintiendo que tocábamos la historia con la mano. Recuerdo que lo comentamos. Momentos así se quedan grabados en la memoria para siempre. No me costó nada recrearlo en la novela.
5. Dice la protagonista que «el siglo XX pudo haber sido el peor siglo en la historia de la humanidad». Si a esto unimos la cita con la que abre su libro y que retoma Luz en la novela («Al griego volvemos cuando estamos cansados de la vaguedad, de la confusión y de nuestra época»), ¿podría decirse que su novela es también un canto nostálgico a una época que nosotros nunca viviremos?
PC: Luz tiene conciencia de que está viviendo el fin de una era y el comienzo de algo nuevo que todavía no se consolida. Algo que tomará tiempo. El triunfo del capitalismo, eso que Fukuyama llamó el fin de la historia, no la convence. Ve la historia de la Humanidad como una sucesión de renacimientos en las ideas de los clásicos siempre están volviendo. De allí la cita de Virginia Woolf: «Al griego volvemos cuando estamos cansados de la vaguedad, de la confusión y de nuestra época». De allí también su interés por estudiar la influencia del Humanismo en la formación de las repúblicas latinoamericanas. Para ella quedó algo trunco en el siglo XIX que podría retomarse en generaciones venideras.
6. Usted menciona también el choque cultural que sucede en Berlín con la llegada de inmigrantes de origen latinoamericano. Según se lee en la novela, los alemanes son percibidos como enfermos controladores pero desinhibidos, por otra parte. Y los latinoamericanos observan a aquellos como personas que aterrizan en Alemania para pasarlo bien, además de ser poco disciplinados. Supongo que esta brecha cultural se basa en una experiencia propia. En la novela se aprecia levemente cierta crítica a la cultura alemana, incluso en la frialdad del profesor que dirige la tesis de Luz.
PC: Luz en una observadora crítica tanto de la cultura alemana como de los inmigrantes latinoamericanos. Su mirada hacia los alemanes es la de una antropóloga cultural. Practica lo que los etnólogos llaman “observación participante”. Como una antropóloga, ella no tiene juicios valóricos hacia los alemanes, se limita a observarlos y a describirlos y anota lo que le llama la atención. La cultura alemana es más reglamentada y hay más control social que en América Latina. Eso no es bueno ni malo para ella. Aquí me sirvieron mucho mis conocimientos de las teorías de la Comunicación Intercultural que aprendí siendo docente en el Instituto de Comunicación Intercultural de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich. Allí leíamos al antropólogo Clifford Geertz, quien en su libro La interpretación de las culturas (1973) creó el concepto de “descripción densa”. Luz hace una suerte de descripción densa de la cultura alemana, sin dar juicios de valor.
7. Asimismo, llama la atención una frase que rescato de la novela, que puede conectarse con el contexto del Muro: «la masa tiende a la maldad». Sin embargo, de nuevo acude a los clásicos para hablar de la idea de compasión, pues comenta que esta «está diferentemente repartida entre los seres humanos, al igual que la maldad». Por supuesto, se conecta esta idea con la construcción del Muro y su posterior caída. Empleando estas ideas, ¿cómo describiría usted la sociedad actual? ¿Nos inclinamos más a la compasión o a la maldad?
PC: Esa pregunta me trae a la mente un comentario de John Steinbeck en su Bitácora de una novela. Dice que los humanos somos demasiado débiles, feos y peleadores, pero si eso fuera todo lo que alguna vez hemos sido, ya hubiéramos desaparecido desde tiempos inmemoriales de la superficie terrestre y no quedaría de nosotros más que unas mandíbulas y dientes en las capas sedimentarias que darían cuenta de la especie homo sapiens. Pienso que la masa tiende a la maldad, pero en cada generación hay personas que nos salvan. El talento ético existe y es algo que pocos tienen. Son los justos quienes, según el Zoar, son el sustento del mundo. Son los que nos enseñan a mirarnos sin hipocresía y a buscar lo mejor para el género humano. Las personas con talento ético tienen una mirada universal y nunca se dejan contaminar con las verdades de su tiempo. Mi novela Violeta & Nicanor (Planeta 2018) trata sobre dos de ellos; los hermanos Violeta y Nicanor Parra.
8. La novela trata también el amor. En este terreno surge una duda. Aunque decide abandonar sola su país natal, la protagonista, Luz, decide abandonar su relación con un huraño e insoportable Uwe cuando comienza una segunda relación con Javier, a pesar de que la ruptura con el primero se adivinaba desde hacía tiempo. ¿Diría que es un personaje dependiente, que demuestra cierta necesidad de tener cerca una figura masculina?
PC: La corta relación entre Luz y Uwe es un experimento del cual Luz saca una conclusión importante: él no es el tipo de hombres que le queda bien. Uwe es un estudiante convencional de ingeniería, cuyo camino de vida en Alemania se adivina. Alemania es un país de ingenieros. A Luz no le interesa la técnica y el bienestar material. Ella quiere ser humanista, leer y entender a los clásicos y llevar esos conocimientos a su regreso a Chile. Ella piensa que el Humanismo es una idea que regreserá. Hacia el final de la novela dice que la responsabilidad de formar a las nuevas generaciones le da la sensación de estar haciendo algo con sentido, de estar aplicando sus energías en beneficio de la comunidad humana. Uwe es un momento en el camino en que ella descubre lo que no quiere.
9. Además de la labor de paralelismos de obras de clásicos con las acciones que suceden en la novela, usted rescata la figura del poeta cubano José Martí y se apoya de su poesía para argumentar ciertas ideas. Por ejemplo, Luz define la dictadura como «el ambiente ideal para los sádicos», y cita a Martí cuando este dice que «la vida tiene sus bestias y sus fieras, sus pavos reales y sus águilas». ¿Por qué este poeta?
PC: José Martí es el poeta nacional de Cuba, país del que procede Regla, uno de los personajes en torno al cual se teje una parte importante de la trama de Luz en Berlín. Regla se escapa a Berlín Occidental el 10 de noviembre de 1989 y Luz le da asilo en su departamento. Por otra parte, Martí fue un estudioso de los clásicos griegos y su poesía está muy influenciada por ellos, especialmente por Platón. Así leo yo sus Versos sencillos. Me interesa la influencia del humanismo clásico en los intelectuales latinoamericanos. Martí, además de poeta, fue un artífice de la independencia de Cuba. El tema de disertación de Luz en la Universidad Libre de Berlín es precisamente la influencia del Humanismo en la formación de las repúblicas latinoamericanas.
10. Debido a los autores que cita en su novela y que acompañan la acción, ¿podría decirse que su obra es un ejercicio de metaliteratura? Especialmente fundamento esta afirmación en un pasaje concreto: cuando se compara la tragedia de Regla con la tragedia estudiada por Sófocles y Eurípides. Luz le pregunta a Regla si conoce a este último, puesto que la protagonista observa en la vida de Regla reminiscencias a las obras de los clásicos.
PC: Cierto, y Regla le contesta que no lo ha leído, pero le suena. Regla tiene una vida difícil, ha sufrido grandes decepciones, pero es una mujer de carácter estoico que sabe sobrellevar su destino con dignidad. La tragedia era vista por los griegos como la interpretación más acertada de la condición humana. El poeta épico imitaba el destino y, por lo tanto, debía ser despiadado como este. Shakespeare continúa esa tradición. Pero en Luz en Berlín Regla se salva gracias a la solidaridad de sus amigos. La solidaridad y la sororidad son dos elementos claves en la novela Luz en Berlín. Como el capitalismo depredador del siglo XXI potencia el egoísmo, la solidaridad y sororidad de Luz y sus amigas es irreverente y antisistémica. En este sentido, las relaciones humanas desarrolladas en la novela son políticas y no se identifican con ninguna de las ideologías del siglo XX.
11. «Cuando lo ético y lo estético coinciden y la masa se vuelve a entusiasmar con aquello que la engrandece y perfecciona, entonces hablamos de Renacimiento», dice Luz. ¿Cuándo fue el último Renacimiento que la humanidad ha vivido?
PC: Hace 500 años, y su representante más importante, sabemos, fue Leonardo de Vinci, quien murió en 1519. Otro momento importante del Renacimiento fue la primera circunavegación del Planeta. Hernando de Magallanes partió de Sevilla en agosto de 1519. También hubo un Renacimiento en el siglo VIII, durante el reinado de Carlomagno. Ha habido muchos renacimientos en la historia de la humanidad. Luz no descarta que estemos en los albores de uno nuevo que salvará a la especie humana.
12. Una frase que me ha llamado poderosamente la atención es la siguiente: «la vida se entiende en sentido retroactivo. La única forma certera de reflexionar sobre ella es desde el final». Usted se especializó en Historia, y en sus novelas siempre deja huellas que denotan investigación histórica y arduo trabajo. ¿Podría desarrollar más esa cita?
PC: Kierkegaard dice que la vida solo puede ser entendida mirando hacia atrás, aunque debe ser vivida mirando hacia adelante y, según Schopenhauer, la primera mitad de la vida da el texto y la segunda la interpretación. Luz cuenta lo que vivió en Berlín los cuatro años que pasó allí entre 1988 y 1992 y lo hace desde el presente, treinta años después. Por sus propias vivencias y por el momento histórico, son años intensos en que aprende mucho sobre el mundo y sobre sí misma. Fue testigo presencial, respiró la atmósfera del fin de la Guerra Fría. Eso lo tenemos en común ella y yo. La novela Luz en Berlín es mi interpretación personal de lo que fue el fin de la Guerra Fría tres décadas después, cuando se empieza a consolidar algo nuevo. Luz intuye los conflictos centrales y los retos que enfrentaremos en el siglo XXI. Ellos tendrán que ver con la supervivencia de la especie humana.
13. Ha sido profesora de Universidad y relacionado con esto, rescato esta cita de Sócrates que aparece en Luz en Berlín: «Al alma se le trata con ciertos ensalmos, y estos ensalmos son los buenos discursos». Y Luz comenta, sobre su plaza como profesora en la Universidad en Chile, que con ese oficio estás aplicando «energías en beneficio de la comunidad humana». ¿Usted siente así la profesión, como una especie de mago encantador que puede cambiar (o ayudar a ello) los destinos?
PC: Definitivamente. Veo eso en la literatura. La Humanidad es para mí un grupo de autoayuda que se vive equivocando y los especialistas que le dedican la mayor parte del tiempo a la reflexión sobre el porqué de estas equivocaciones son precisamente los escritores. Si yo pensara, como algunos de mis colegas, que la literatura no sirve para nada, me dedicaría a otra cosa.