Marchaba el tiempo
Con ritmo de péndulo surrealista
Atascando cobre sobre engranajes de oro
Un vector nos perforó el iris
Y comenzó a (des)componerse en lo inhabitable
Desubicados y en destiempo
– Falsos cálculos de tres sobre cuatro –
Quisimos mitigar el golpe
Que retoñaba de la memoria genética
Se deshilaban los espacios
Y se filtraban los segundos
En forma de parálisis ventricular
Y entonces vi en mi reflejo un dolor heredado
De generaciones inmemorables
Que del otro lado del espejo gritaban silencios
Vos construías refugios
De los que yo prefería escapar
Con versiones heroicas de un “para nunca, jamás”
Sin preguntarte, prefería despedir
nuestras valentías frustradas
Y los rincones de ternura
Que ya no podríamos habitar