Ser consciente de los bordes y acercarse a ellos (Reseña: «Por mano propia»)

Una persona que quiere venganza guarda sus heridas abiertas.
Sir Francis Bacon

Los poemas de «Por mano propia» (Caleta Olivia, 2019) nacen del cuerpo, de las entrañas, esa parte donde dicen que está nuestro segundo cerebro, el que no esconde, no duda. El libro se divide en tres partes: «El derecho al desastre», «Por mano propia» y «Algunos barcos se construyen solos». A todas las une el hilo del reclamo social, los límites entre lo personal y lo político se funden.

En «El derecho al desastre» hay referencias a las manchas, las manos, la piel, la mueca rota. Son versos introspectivos en primera persona desde la sencillez, sin pretensiones como dice la poeta. Hay un juego con el borde, con la intensidad: “Aferrarse a la soga hasta deshilacharla y entonces la libertad/ Estar a solo unos pasos de la orilla y sentirla como océano”, vivimos con tanta fuerza que todo se agranda. «Por mano propia» tiene un estilo más narrativo. Es una sola historia contada en varios poemas con la voz de una mujer que busca ajusticiar su sufrimiento. Ya no piensa en el suicidio. Necesita callar el dolor de la violencia y deja de ser una observadora encapsulada para ser un agente. La basura no es la bolsa que el hombre que la violó tiene en sus manos sino él mismo. El tramo final, «Algunos barcos se construyen solos», toma su inspiración en Turner, Mona Lisa, Magritte, Giordano Bruno y María Sybila Merian. Parte de ellos para ir hacia una interioridad. El yo poético tiene fragmentos de Mona Lisa y Turner, podría decirse también que comparte la rebeldía del teólogo y poeta italiano Giordano Bruno y se inspira con los bocetos de la invisibilizada María Sybila Merian.

En este primer libro de Melina Alexia Varnavoglou se puede leer una crítica hacia el patriarcado en cada una de las tres secciones. Por mano propia, en este caso por la mano que escribe. Asimismo, se entrega el cuerpo a la oportunidad, se entrega la imperfección del cuerpo en estos versos, en carne viva, para exponerla como una pintura de fragilidad feroz.

fábula sobre mis manchas

Tengo manchas en la piel
muchas y diferentes
no sé a qué se deben
ni hace cuánto aparecieron
tampoco sé si me interesa saberlo
pero ellos preguntan
y yo por cortesía siento que debo dar
algún tipo de respuesta
entonces digo, por ejemplo
ésta me la hice andando en bicicleta
por una calle muy angosta
contra la rueda de un colectivo
ésta otra, dormida al sol
sin crema protectora
ésta grande como un sello
más oscura en los bordes
y amarilla en el centro
es una quemadura de cigarrillo
éstas en hilera, pequeñitas, picaduras de araña.

Algunas noches cuando intuyo
que sus vidas son más desgraciadas
y que su piel esconde un horror igual
digo -para no ser menos-
que me las provocaron otros
en un rapto de furia
antes de irse.

Miento, porque no sé, miento
y sigo inventando historias
como si esperara alguna noche
dar con la última, la verdadera
y que de pronto todas las manchas desaparezcan.

Biografía:

Melina Alexia Varnavoglou (Villa Ballester, 1992). Estudia filosofía, trabaja como librera y es militante feminista y socialista. Publicó la plaquette de poesía y fotografía «Los mundos posibles» (La fuerza suave, Nulú Bonsai) junto a Aldana Antoni. «Por mano propia» es su primer libro.

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