Extraños es un proyecto artístico multidisciplinar creado por la poeta madrileña Julia Laberinto basado en el lenguaje poético y que nos habla sobre las enfermedades mentales.
Julia Laberinto estudia medicina y explora el mundo de la psiquiatría a través de la literatura. De su mano emprendemos un viaje hacia lo más profundo de la locura en un proyecto que se construye en torno a la poesía, acompañada de la música y los recursos audiovisuales.
Entropía Ediciones acaba de publicar el poemario, que recoge la parte literaria de este proyecto y que ya se puede adquirir a través de la web de la editorial:
https://entropiaediciones.com/index.php/producto/extranos/
Con motivo de esta publicación conversamos con la autora para que nos cuente más acerca de su trabajo en general y sobre este proyecto en concreto.

1 – ¿Por qué la poesía? ¿Por qué las enfermedades mentales?
La poesía es un campo muy versátil. Puede convertirse en la máxima expresión del orden y el equilibrio o en un vórtice de caos y oscuridades. Yo creo que soy una persona bastante creativa y muchas veces siento una gran necesidad de expresar y canalizar mis ideas. Sin embargo, me ha costado mucho encontrar el medio adecuado para ello. Siempre he tenido intereses muy diversos y desde pequeña he ido probando muchas cosas diferentes.
Estudio medicina en la universidad y eso me deja muy poco tiempo para dedicárselo a otras actividades. Sin embargo, la poesía permite una expresión intensa y concentrar toda la potencia de una idea en un texto muy breve. Además, los poemas son capaces de transportarnos a un estado emocional muy concreto de manera instantánea, por lo que creo que es una disciplina ideal para desarrollar la empatía y otras cualidades comunicativas básicas en un médico.
Por otro lado, la psiquiatría es una de las áreas de la medicina más humanísticas y, muchas veces, el único método diagnóstico y terapéutico del que se dispone es la entrevista clínica y la propia expresión del paciente. Me parece fundamental profundizar en esa expresión y analizarla. Creo que puede tener un gran valor tanto desde el punto de vista literario como médico.
2 – ¿Cómo se te ocurrió llevar a acabo este proyecto?
La primera vez que pensé en que la psiquiatría y la literatura compartían un terreno importante fue leyendo a Sylvia Plath. Me di cuenta de que su literatura evidenciaba los principales síntomas del trastorno bipolar que padecía. Pero no solo eso; a través de sus palabras, el lector puede hacerse una idea del contexto en el que vivió, de sus motivaciones y prioridades, de los aspectos de la vida diaria en los que la enfermedad le causaba más problemas, de sus relaciones y de sus esperanzas.
A partir de entonces comencé a leer a otros escritores que padecieron trastornos mentales como Alejandra Pizarnik, William Styron, Artaud, Hölderlin…
La narración de la vivencia de la enfermedad me parecía un tema interesante e importante, que me inspiró para desarrollar mi propia poesía. Poco tiempo después, empecé a tener contacto con pacientes psiquiátricos reales que conocí durante mis prácticas hospitalarias. Sus historias y su lenguaje también han sido una enorme fuente de emociones e inspiración.
3 – En tus BIOs de Twitter e Instagram lo primero que leemos es: «Escribo en el lenguaje de la locura». ¿Cuál es para ti ese lenguaje? ¿Qué es para ti la locura? ¿Crees que ha evolucionado algo el significado de este término en los últimos tiempos?
Creo que la locura no tiene un solo lenguaje; tiene muchos. En este momento me dedico a estudiar la expresión escrita de las personas con enfermedades mentales. Es un tema muy cercano a la disciplina llamada medicina narrativa, que considera que cada paciente tiene una historia única que contar, que debe ser escuchada por el profesional con una actitud de humildad y empatía, como si leyera un libro.
Evidentemente, llevar un campo como el de la psiquiatría a la expresión artística conlleva algunos riesgos. Uno de los que más me asusta es el de romantizar estos trastornos. Las enfermedades de las que hablo son entidades graves, complejas, que implican un gran sufrimiento para los pacientes y sus familias y es posible que un intento externo por representarlas sea insuficiente.
Ocurre algo similar con la palabra locura. Yo la utilizo para referirme al conjunto de la patología psiquiátrica pero, soy consciente de que me apropio de ella y de que es un término que tradicionalmente ha simbolizado la segregación y -en ocasiones- el encierro de los pacientes. Es lo bueno y lo terrible del lenguaje.
4- Extraños pretende ir más allá de la mera descripción de la locura. ¿Cuál es el objetivo de este proyecto más allá del arte por el arte?
Extraños es un proyecto multidisciplinar. Hemos empleado recursos audiovisuales, la música y la palabra para elaborar un formato algo inusual para la poesía. La idea del proyecto es la creación de una narrativa transmedia, una historia que la gente pueda disfrutar a través de las redes sociales de manera asequible y cercana.
Yo creo que el esfuerzo por divulgar, por hacer accesible el trabajo de uno, siempre es positivo. Especialmente cuando hablamos de poesía, un género que mucha gente considera difícil y hermético.
No tengo miedo a perder la verdadera esencia del proyecto en el proceso de adaptarlo a las nuevas formas de comunicación. Creo que es algo necesario, pues el principal objetivo es dar a conocer la naturaleza de las enfermedades mentales y luchar contra el estigma social que existe en torno a estos trastornos.
5 – El poemario se divide en tres partes. Para hacernos una idea de lo que vamos a encontrar, cuéntanos cuáles son esas partes y en qué se centra cada una de ellas.
El poemario, en el que se basa el proyecto audiovisual, cuenta con tres capítulos diferentes que desarrollan -de manera metafórica- el curso de tres trastornos relacionados con la psiquiatría: la depresión clínica (Agujero), la esquizofrenia paranoide (Voces) y el suicidio asociado a la enfermedad mental (Vacío).
Para escribir cada parte del libro me he basado tanto en las descripciones clínicas de las enfermedades como en libros escritos por autores que las padecieron, películas, canciones y también en las experiencias de los pacientes que he conocido en mis prácticas hospitalarias.
6- A raíz de esto surgió Voces un videoclip poético que relata el curso de la esquizofrenia paranoide a través de la palabra, la imagen y el sonido. Para mí visualizarlo ha sido una auténtica catarsis. ¿Cómo fue tu experiencia íntima a la hora de crear este vídeo?
Muchas gracias, para mí significa mucho que la gente aprecie todo el trabajo que hay detrás.
Voces es, probablemente, la parte más compleja y oscura del proyecto. La esquizofrenia es una enfermedad grave y difícil de manejar. Básicamente, se caracteriza por una ruptura con la realidad motivada por la escucha de voces, los delirios y el aislamiento social, que conducen al paciente a trastornos afectivos como la depresión o los intentos de suicidio.
Tras estudiar la enfermedad y su expresión en los pacientes que he conocido, se nos planteaba el reto de llevar un concepto clínico y literario al medio audiovisual.
El vídeo está lleno de metáforas que aluden a diferentes aspectos de la enfermedad. El agua del río simboliza la interfase entre la realidad y el mundo creado por la mente del paciente -el mundo de las voces-; los espejos aluden a la desorganización del pensamiento y a la pérdida del yo, reflejan una parte de la persona que no se aprecia a simple vista. Por otro lado, las manos representan las voces. En ocasiones acarician al paciente, otras veces le agarran, le ahogan, intentan hacerle daño.
He contado con la ayuda de personas maravillosas que han comprendido y compartido mi sensibilidad y mi manera de entender la poesía. No puedo dejar de mencionar a mi hermana, la actriz Claudia Maga, a la directora Noelia Pellejero y a Dllavegaz, el productor con el que trabajo para componer la música.
7 – Pero nos hemos enterado de que aún hay más ¿Qué incluye el proyecto además del poemario y los videoclips?
Como he comentado, una parte fundamental del proyecto es comunicar, conectar. El objetivo es hacerlo no solo en las redes sociales sino también en la vida real, delante de un público. Para ello, Claudia Maga y yo hemos diseñado una performance en la que estamos trabajando y que tenemos intención de estrenar el día de la presentación del libro -probablemente en el mes de octubre-.
Creo que el trabajo duro, la dedicación y la imaginación son fundamentales a la hora de preparar cualquier recital de poesía.
8- Hablando acerca de otros proyectos de los que formas parte, sabemos que coordinas junto a otros artistas la Plataforma Infragen17 cuyo objetivo tiene mucho que ver con el de Liberoamérica: dar voz a las nuevas generaciones poéticas. ¿Hasta qué punto crees que estamos consiguiendo nuestro objetivo? ¿Lo ves necesario?
Creo que la poesía escrita por personas jóvenes atraviesa un momento interesante. También creo que las redes sociales están jugando un papel decisivo a la hora de conocer nuevos autores, compartir libros, recomendar y leer. Mucha gente de mi edad que no solía leer poesía, ha empezado a interesarse por ella últimamente.
Aunque no me siento identificada con todo lo que hay ahí fuera, creo que en la actualidad disponemos de muchas herramientas interesantes para plasmar nuestras ideas y compartirlas. Yo creo profundamente en la poesía de calidad, fruto del trabajo y la lectura pero que, a la vez, busca establecer una conexión con los otros.
Las plataformas de escritores como las nuestras juegan un papel importante en este sentido. La posibilidad de tener una comunidad -virtual o no- en la que te sientas cómoda y en la que puedas aprender de otros es un auténtico privilegio.
9 – ¿Cuál es actualmente la red social con la que más cómoda te sientes para compartir tu obra?
Instagram, sin duda. Creo que me moriría si me lo quitan jaja.
10 – ¿Nos recomiendas algunas cuentas de Instagram de jóvenes creado@s que te inspiren?
¡Claro! Me siento tremendamente identificada con la poesía de Iosune de Goñi (@mitxoletak.urrian), ella habla de algunos rincones de la mente y del cuerpo que me resultan aterradores, inexplorados y necesarios. Violeta Font (@violetafont) es una de las personas que más me ha inspirado y de las que más he aprendido estos últimos años. En 2019 ha ganado el premio Valparaíso de poesía y su poemario Suave como el peligro es una auténtica maravilla.

Julia Laberinto nació en Madrid en 1996. Es estudiante de medicina en la Universidad de Alcalá y resultó finalista de la Lanzadera de artistas jóvenes de poesía en 2017. Coordina, junto con el resto del grupo, el colectivo Infrageneración del 17, encargado de la promoción y difusión de poesía emergente y escrita por jóvenes.
Algunos de sus poemas se pueden encontrar en la plataforma literaria Liberoamérica, en la antología 52 semanas de Entropía Ediciones y en la revista Guacamayo de la editorial Ojos de Sol. También ha colaborado con el proyecto Poesía o Barbarie del colectivo Másquepalabras.