I
Es de madrugada y pienso
en sus ojos brillantes
mirada azul de felino
a través de la noche
y quiero correr hasta su boca
colgar de sus colmillos,
desnudarme a la sombra
del fuego,
mientras digo su nombre
II
No se puede desoír
la voz que enciende
el deseo de habitar
con mi boca los sitios
de tu cuerpo
Si en el amanecer
después del fuego
te encontrara
sucio de cenizas
mirando mis roturas
sin espanto
me quedaría para siempre
III
Lo que hilo mientras te pienso
es la intención de romper
con todo lo que alimenta
la distancia, los muros invisibles
Que profundizan el delirio
De sentir que estás
Siempre y nunca
En el principio de un poema
IV
Al alcance de mi mano
está la posibilidad
de llamarte
de encontrarnos
pero el vaivén
de mis temores
la intermitencia del valor
deja pasar los días
mientras me paraliza
frente al teléfono y tu nombre
se va apagando
de a poco hasta desaparecer
¿Será que otra vez te dejé ir?
V
Siempre toco el borde
de mi propio deseo
sin atreverme a beberlo
el miedo es un muro
que no puedo atropellar
con las palabras
Yo podría disolver
mis pensamientos
para llegar hasta él
siguiendo el camino
del instinto
Pero sé que cuando me toque
mi cuerpo enteró se abrirá
para mostrar sus universos
y sentirá en mi piel
el sabor de la amargura
el olor asentado de las lágrimas
mi deseo es que el sepa
recorrer con su lengua
todos mis pedazos, que sepa unir
las partes dispersas
levantarme del silencio
borrarme este dolor de sombra
en un abrazo
VI
En el momento en que pose
sus ojos en mí
seré descubierta
Sabrá que estoy rota
y quedaré desnuda
de todo secreto
en su mirada
Él no va a entender
este desastre
que no puedo explicar
que no puedo esconder
en la sonrisa
Si se alejara
de todo eso que soy
desastre, tormenta
partición
lo entendería
porque yo también
me alejaría de mí
si pudiera.
VII
Estoy al otro lado del fuego
que encendiste
húmeda en la vigilia
de esperar sobre el filo de la noche
la oportunidad propicia
para imaginar tu cuerpo
y revelarte mi naturaleza
de bestia contenida
para poder mirarte
para poder sentir tu voz
hundirse en mí
y aullar sobre tu boca