Las Obras no realizadas de Édouard Levé

El francés Édouard Levé (París, 1965-2007) firma Obras, un extraño trabajo que consiste en la compilación, numerada, de todas las obras con las que el autor ha fantaseado, pero que no ha llevado a la práctica. Eterna Cadencia publica en 2018 este raro ejercicio del escritor que, tras firmar Suicidio, decidió acabar con su vida.

La propia Obras es un juego donde Levé entra en contacto, desde el principio, con el extracto número 1: «Un libro describe obras que su autor imaginó, pero que no ha realizado». Así, de un total de 533, hay únicamente una, que sepamos, que sí se llegó a cumplir: la primera.

Las número 531, 532 y 533 también se refieren a la propia obra, continuando con el juego iniciado, pues Levé afirma:
531. Después de haber publicado un libro en el que describe proyectos de obras que no ha realizado, el autor lo reescribe en lápiz en un cuaderno, de memoria, con los ojos cerrados.
532. […] y publica un segundo libro, hecho de igual cantidad de dibujos.
533. […] el autor hace lecturas siguiendo las indicaciones del público, al que se invita a decir los números de los párrafos que quiere escuchar.

Levé también invita a experimentar con la memoria, no solo como sugiere en el 531, que le afectaría solo a él, sino también como en 171: «Se pinta un cuadro en la oscuridad. La memoria reemplaza a la vista».

Los ejercicios, de todo tipo, invitan también al lector a ser creador de los mismos, dejando abierta la posibilidad de que algún día alguien quiera realizarlos. Y abarcan todas las artes: cine, música, teatro, fotografía…Juega, asimismo, con parodiar el propio arte y crear gamberradas al estilo del dadaísmo. Por ejemplo, recortar un perro a partir de una imagen pornográfica.

La muerte también está presente en la obra, como en el ejercicio 26: «Se transforma un inmueble en cementerio. Las habitaciones hacen las veces de criptas». O bien la 73: «Se exhiben en una vitrina notas manuscritas encontradas en los bolsillos de gente muerta».
El lector, tras haber recorrido estas anotaciones de proyectos no realizados, exceptuando la propia Obras que tiene en sus manos, seleccionará con su memoria aquellas que más le hayan impactado, pues el recorrido es amplio. La número 209, por ejemplo, conserva tintes surrealistas y hasta terroríficos pues crea enfermedades imaginarias: crece pelo en el interior de las manos, en lugar de dientes crecen uñas, las uñas crecen hacia dentro…

En los proyectos de Levé, el arte inquieta, incomoda, como ese lienzo que invita a pintar con la mano derecha (la parte correspondiente a la derecha) y la mano izquierda (para la zona siniestra) del ejercicio 433; o bien el 125 con esas personas apretadas en un círculo de tiza y a las que nada les impide salir, que recuerdan a Buñuel y su El ángel exterminador.

Hay cabida para el humor en los ejercicios de Levé, como los diversos diálogos que incita a reproducir entre actores, extraídos de un manual básico para defenderse en conversaciones en otro idioma (217). Estas escenas están separadas en diversas temáticas y en los diálogos se plasman todas las intervenciones posibles de modo surrealista, tipo:
-¿Tiene fuego, por favor?
-¿Puedo ofrecerle un trago?
-¿Está libre esta noche?

Asimismo, Levé juega con el idioma en otras perfomances como el disparar un libro y copiar todas aquellas palabras desaparecidas con el disparo, buscándolas en otro ejemplar, y crear con ellas la obra titulada «El agujero».

Obras de Levé es un proyecto dentro de otros muchos proyectos, como las muñecas rusas. El primero, y único realizado, da pie a los siguientes. Cine, literatura, performances, fotografías y humor pueblan esta obra que puede ser una respuesta antiestética o una invitación a jugar.

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