Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.
Federico García Lorca
Antonio Machado, Federico García Lorca, Gustavo Adolfo Bécquer, Miguel Hernández, Lope de Vega, Rosalía de Castro, Miguel de Unamuno y la lista podría seguir. La poesía española, y su literatura en general, es un barco donde varios rasgos de la humanidad navegan por el mar de la historia. Los escritores, los artesanos de la palabra, han logrado dejar huella y transformar la lírica española, sujetándose a las vanguardias y aferrándose a su tradición. ¿Cómo explicar este fenómeno? No habría una respuesta sólida, considerando que la lírica española se mueve entre las composiciones que transforman el lenguaje, empleando herramientas clásicas, y las disposiciones transgresoras de las redes sociales (que sería un apartado a tratar en otro artículo). Pero sin duda, la poesía de España es uno de los tantos aportes a la humanidad. Ciertamente cada país ha instalado y construido su tradición poética (y literaria), pero las fuentes de la península ibérica han proseguido hasta nuestros tiempos.
La fuerza de las letras españolas no es solo un contemplar y transformar la realidad, ni un vulgo tratado romántico de la función social del poeta, sino que logran involucrar al lenguaje en un juego de transformación, contenido y composición. Un vaivén de sonidos que se articulan como engranajes de un motor, pero que sobrevuelan los sentidos humanos con el silencio de un halcón detrás de su presa.
Posiblemente la lírica española sea una de las que más transformaciones ha pasado, ocupando un espacio en las corrientes literarias, religiosas y filosóficas que han aparecido a lo largo de la historia. Sin embargo, su presencia sigue vigente y renovándose a medida que pasan los años y siglos. Por eso, a continuación presentamos una serie de escritores españoles que son demostración de esta transformación.
Pablo García Casado ( Córdoba, 1972)Ha publicado los libros Las afueras (DVD Ediciones, Barcelona, 1997) por el que fue I Premio Ojo Crítico de RNE 1997 y finalista del Premio Nacional de Poesía de ese año; El mapa de América (DVD Ediciones, Barcelona, 2001) Premio El Público de RTVA en 2001; Dinero (DVD Ediciones, Barcelona, 2007); García (Visor, Madrid, 2015); y La cámara te quiere(Visor, 2019). En 2013 publicó su poesía reunida hasta el momento en Fuera de Campo (Visor, Madrid, 2013). Su obra aparece recogida en diversas antologías de poesía en español y ha sido traducida a varios idiomas. Licenciado en Derecho y Doctor en Cinematografía, actualmente desarrolla su actividad profesional en la Filmoteca de Andalucía.
Sweet Jane
lou reed
yo he vivido mucho tiempo pendiente de un hilo
telefónico de un buzón sin cerradura de las manos
de unos hombres que no quisieron encontrarme
acumulando toda clase de pastillas esquivando
como pude los domingos por la tarde yo he vivido
demasiado tiempo al otro lado de la pantalla
mirando el amor por los anuncios
De «Las afueras»
DVD Ediciones, 1997
Dixán
por qué se secará tan lenta la ropa por qué persisten
las manchas de grasa de fruta y de tus labios
si dixán borra las manchas de una vez por todas
por qué la aspereza de las prendas la sequedad de su tacto
si pienso en tus manos en tu modo de mirarme de decirme
que por culpa del amor habrá que lavar las sábanas de nuevo
preguntas tristes tristes como todos los anuncios de detergente
y es que no encuentro mejor suavizante que tus manos
en esos bares supermercados desnudos de la noche
De «Las afueras»
DVD Ediciones, 1997
Juan Domingo Aguilar (Jaén, 1993)Ha sido director del grupo Viridiana Teatro. Sus poemas han sido traducidos al árabe y han aparecido en revistas como El Cultural, Vallejo & Co., Círculo de Poesía, Anáfora, Nayagua y programas como Tres en la carretera, Radio3. Colabora con medios como Zenda y Oculta Lit. Fue finalista del V Premio UCOpoética y ha sido incluido en antologías como La Grieta, (Bandaàparte Editores, 2017) y Caballo del alba: Voces de Granada para Federico (Diputación de Granada, 2018). Además ha antologado Algo se ha movido, 25 jóvenes poetas andaluces (Esdrújula Ediciones) y Piel Fina: poesía joven española (Ediciones Maremágnum). Ha publicado La chica de amarillo (Finalista del I Premio de Poesía Esdrújula) y Nosotros, tierra de nadie (XXXIII Premio Andaluz de Poesía Villa de Peligros). En 2019 obtuvo una beca de la UNESCO como creador residente en Óbidos (Portugal). En la actualidad reside en la Fundación Antonio Gala con una beca para jóvenes creadores.
Desahucio
Camino solo pienso en otra época cuando nos conocimos
¿por qué no has aparecido antes? el metro hasta la oficina
los paseos con el perro cuando vivía contigo aquel pisito del centro
copas con los vecinos navidades juntos el hijo que nunca tendremos
ahora el invierno me acompaña por otra ciudad camino solo
otro barrio otros vecinos bares perros que no conocen mi nombre
ojalá siguiéramos en ese metro
pienso en el hijo que nunca llevará tu apellido
que nunca vendrá a nuestra cama llorando
esa cama donde otro pregunta quién es el de la foto:
no es nadie
De Nosotros, tierra de nadie
Diputación de Granada, 2018
Nosotros, tierra de nadie
Yo no quiero ser ese hombre
que ve parejas por la calle
y siente ganas de apretar el gatillo
no quiero no puedo
ser ese hombre herido
por la metralla maldita
la metralla que salta
cada vez que nos encontramos
en un bar el silencio
en el ascensor las miradas
por la calle a lo lejos
sé que piensas en mí
cada vez que nos cruzamos
un dolor me nace en el estómago
como si me hubiera impactado
una bala perdida
no quiero pensar en nuestros hijos
en los hijos que nunca tendremos
no quiero que mis hijos
sean mis fantasmas
corretean por mi casa cada noche
duermen en mi cama preguntan
¿de quién es esta tierra?
nuestra les digo
de nadie
De Nosotros, tierra de nadie
Diputación de Granada, 2018
Erika Martínez (Jaén, 1979)Es Doctora en Filología Hispánica y Licenciada en Teoría de la Literatura por la Universidad de Granada. Ha publicado Color carne (2009), I Premio de Poesía Joven Radio Nacional de España. El falso techo (2013), nominado al Premio de la Crítica. Su último libro de poemas se titula Chocar con algo (2018). Ha sido incluida en diversas antologías, entre las que destacan Centros de gravedad. Poesía española en el siglo XXI (Pre-Textos 2018) o El canon abierto. Última poesía en español (Visor, 2015). Como aforista, ha publicado Lenguaraz (2011) y ha sido incluida en las antologías Pensar por lo breve (Trea, 2013), Bajo el signo de Atenea (Renacimiento, 2017) o Fuegos de palabras (Vandalia, 2018). Actualmente es profesora de literatura latinoamericana en la Universidad de Granada.
La casa encima
Tantos siglos removiendo esta tierra
que atravesó el ganado
y alimentó al ganado y a los hombres
que regaron esta tierra
con el curso negro de su sangre
−la sangre cambia de color
cuando sale del cuerpo−.
Tantos siglos alineando ladrillos,
aquí hubo un establo
sobre el que se construyó una iglesia
sobre la que se construyó una fábrica
sobre la que se construyó un cementerio
sobre el que se construyó un edificio
de protección oficial.
Tantas mujeres fregando sus baldosas,
pariendo en sus baldosas,
escondiendo la mierda debajo de las baldosas
que pisaron sus hijos ebrios
y sus sobrios maridos
que trabajaron y fornicaron
por el bien de un país en el que no creían.
Tantos siglos para que yo,
miembro de una generación prescindible,
pierda la fe en la emancipación,
mire el techo de mi dormitorio
y se me venga la casa
encima.
De El falso techo
Pre-Textos, 2013
Lugares que se inventan de camino
Nos gustaba impulsarnos de la mano
y salpicarnos todo el eros de política.
Como en aquella foto movida y entusiasta
que nos hicieron saltando en multitud.
Solo después supimos adónde:
cada salto inventaba su lugar.
¿Y si rompemos esto –nos decíamos–
y luego lo volvemos dulcemente a construir?
Estábamos desnudos, estábamos furiosos
y queríamos llevarnos las sobras a casa.
Con el paso del tiempo
nuestros cuerpos detenidos
transparentaron el paisaje,
o nos caímos de la fotografía
por un agujero que nadie esperaba.
De lo que hicimos
queda el lugar, un aire eufórico
y algo hecho añicos que aún respira.
La historia cruje. Y la hostigamos.
Amor es una escala de violencia.
De Chocar con algo
Pre-Textos, 2018
Rosa Berbel (Estepa, Sevilla, 1997) Graduada en Literaturas Comparadas por la Universidad de Granada. En 2016, resultó ganadora de la IV Edición del Certamen Ucopoética. Ha aparecido en antologías como La pirotecnia peligrosa. 11 poetas sevillanos para el siglo XXI (Ediciones en Huida, 2015), Supernova (Bandaàparte Ediciones, 2016) o Algo se ha movido (Esdrújula Ediciones, 2018). Ha antologado junto con Juan Domingo Aguilar la muestra de poesía joven Piel fina(Maremágnum, 2019). Su primer libro, Las niñas siempre dicen la verdad (Hiperión, 2018), fue ganador del XXI Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal, y ha sido asimismo galardonado con el Premio de la Crítica de Andalucía a la mejor Ópera Prima.
Planes de futuro
Tenemos cuarenta años y un trabajo que odiamos
que nos hace pagar las facturas,
llegar a fin de mes,
tener eso que llaman dignidad
y que se siente igual que la tristeza.
Tenemos un trabajo y un piso en la playa,
pero ante el mar soñamos
un milagro:
nuestra ropa en la arena como entonces
y quedarnos así a la intemperie, uno
enfrente del otro,
con toda la extrañeza de los cuerpos desnudos,
con esta luz precaria,
con un amor que existe y no nos basta.
Tenemos cuarenta años y dos hijos que corren,
que gritan y que lloran
porque la arena está demasiado caliente,
porque nosotros discutimos,
porque no hay nada aquí que nos divierta.
Tenemos casa, hijos y demasiado miedo
a la muerte, a los contratos temporales,
como la gente normal, miedos
de gente feliz, miedos felices,
como este insomnio dulce de los días
antiguos o esta nostalgia común
y rutinaria.
Tenemos cuarenta años y un país que no nos nombra,
no cogemos aviones
porque hemos olvidado
cómo decir te quiero en otras lenguas,
la violencia del viaje,
cómo dormir tranquilos en hoteles lejanos
donde nadie nos llama por las noches.
Tenemos cuarenta años y una vida feliz
feliz sin contratiempos,
una vida segura,
equilibrada.
Pero después del amor, de la rutina,
la propiedad privada y el verano,
la realidad regresa
inconformista.
De Las niñas siempre dicen la verdad
Hiperión, 2018
Crecer es
Andar más, con más miedo,
por calles más vacías,
no creer en otros mundos
posibles o imposibles,
hacer daño a los otros sin palabras,
comprar cosas usadas por el placer
extraño de su tacto,
vender cosas,
romper cosas que nunca hemos tenido,
arrojarlas al fuego como quien cambia
la hora
de todos los relojes de la casa
para poder perder un poco el tiempo.
De Las niñas siempre dicen la verdad
Hiperión, 2018
Unai Velasco (Barcelona, 1986) Es poeta, crítico cultural y responsable de la editorial de poesía Ultramarinos. Ha publicado los poemarios En este lugar (Papel de fumar, 2012; Premio Nacional de Poesía Joven “Miguel Hernández” 2013) y El silencio de las bestias (La Bella Varsovia, 2014). Prepara su próximo libro de poesía, que se titulará El reino y publicará esta editorial en próximas fechas. Sus textos han aparecido en medios como CTXT, Quimera o Qué Leer, entre otros. Ha participado en antologías como Tenían veinte años y estaban locos (La Bella Varsovia, 2011), Serial (El Gaviero, 2014) o Tribu versus Trilce (Karima Editora, 2017) y sus poemas han sido traducidos al griego y al rumano.
Peligrosa es la noche en la página 167
«Dieron las nueve, y Hans
aún no había llegado a casa.»
Hesse, Bajo las ruedas, Alianza, p. 167
Peligrosa es la noche en la página 167
si resulta
que es de día, y eso
tal vez no pase hasta el capítulo siguiente.
Si resulta que interrumpes con besos envasados
al vacío para el trabajo pero
resulta que, deja, aguanta, que se me está muriendo Hans
Giebenrath en estas últimas líneas.
Peligrosa es la noche para Hans
Giebenrath si decido
cerrar el volumen verde
porque es de noche y te dejaste la luz
del pasillo
encendida la muerte del joven Giebenrath
entre interruptores blancos y no quieres
llorar con grasa en los dedos tú buscas
lo lírico
en una lata de aceitunas.
Y resulta que a mi se me está muriendo Hans,
que Hans Giebenrath se muere ya
en la 166
y, oh, cuánta muerte manoseada y blancoamarilla
rugosa
y negra sin la dignidad
siquiera
de morir en cursiva, sin que yo le deje morir
en las páginas que Hermann planeó
figuras de plomo en aquel
todo a cien, su muerte
en ciento y pico páginas
interrumpida y peligrosa porque
llegas tarde a tus cosas y tengo la comida
enfriándose
en la mesa
como se está enfriando
en la alberca
el cuerpo frío de Hans Giebenrath
en la peligrosa página 167.
De En este lugar
Esto no es Berlín, 2012
Introito
Para Gema, que giró conmigo
omnes in…
Lo que se lleva esa casa de ahí por delante es un viento muy fuerte.
Por eso queríamos crecer a salvo buscar
un lugar mejor nos llamaban los cazatornados
era la mayor serie de tormentas en doce años mejor
permanecer juntos vivíamos
para esto nos decíamos
que vivíamos para esto comiendo hamburguesas en casa
de la tía Meg y todo el rato pensando en el área de succión
cuál
pensábamos y no sabíamos hacia dónde crecer qué viento
volteaba los postes sin desperdigarlos no teníamos
ni idea teníamos a Dorothy I y a
Dorothy II y a cuatro Dorothys más y las hamburguesas sabían
tan bien y el cielo se estaba poniendo verdaderamente verde
por donde crecía crecíamos juntos en la canción o el
torbellino buscar el eje cuál comer la carne
de Oklahoma besar la mejilla de la tía Meg siempre
siempre siempre juntos Rabbit Joey Heinze y
Dusty y Joe y Bill también hacia el centro hacia el eje de succión
cuál
crecer como un perro que corretea junto al porche
y no se aleja demasiado era
la mayor tormenta de los últimos doce años y nos parecíamos
tanto a las mazorcas ni te imaginas uno y luego otro y otro como
postes de pino en hilera poderosa
al viento
al viento distinto que nos reúne
que no nos tumba y nos mantiene aquí porque
gira sobre sí mismo.
Hacia ese lugar crecíamos.
De El silencio de las bestias
La Bella Varsovia, 2014
Carlos Catena Cózar (Jaén, 1995) Trabaja como traductor e intérprete de conferencias. Resultó ganador del III Premio UCOpoética o el Premio Málaga Crea 2017. Aparece en antologías como Donde veas (La Bella Varsovia, 2015) o Algo se ha movido (Esdrújula ediciones, 2017) y ha publicado en blogs como Tenían veinte años y estaban locos (selección de Luna Miguel), Digo palabra.txt (selección de Oriette D’Angelo) y revistas como Oculta Lit y Playground. Coordinó y tradujo la antología de poesía joven alemana Las bestias del corazón, publicada por La Tribu en 2015.
***
mi padre me dice:
tardé cuarenta años en cobrar lo que tú cobras
yo pienso en 2008 las noticias y los titulares
mi primo Alberto exhausto de poner azulejos
trabajaba a destajo alicataba cien pisos al día
mi padre decía: no puede ser
tardé cuarenta años en cobrar lo que él cobra
nunca esperó nada de sus hijos (mi padre)
nos dio la impaciencia las letras una casa amplia
en el colegio los niños nos llamaban vagos
por no mancharnos nunca las manos con cemento
miro hoy mis manos aún limpias de camino al trabajo
mi padre repite: no puede ser
tardé cuarenta años en cobrar lo que tú cobras
con el mal augurio abro el ordenador accedo al sistema
lamento las ocho horas que me quedan y pienso
que el estallido de la burbuja inmobiliaria fue un alivio
para los que ponían azulejos a destajo
De Los días hábiles
Hiperión, 2019
Tinder makes me sad
hay 70 personas en 10 km a la redonda que querrían
tener una cita conmigo sentarse al otro lado de la mesa asomarse
a este vacío que me habita deslizo el dedo y repaso
estos 70 hombres con padres madres y aspiraciones
toda una vida detrás de una foto y siento que la tristeza
ya no es tan bella esta fragilidad esta palidez
esta vulnerabilidad que me cercan no son ya poesía
no sé qué contestar cuando preguntan mi rol en la cama
solo quiero que sus brazos contengan mi figura
que el vacío que me habita dentro devuelva el eco
a alguien si ninguno de estos setenta hombres
pensará en mí en la soledad del insomnio si ninguno
cogerá aviones de su país al mío ni asistiría
mañana a mi entierro si realmente a ninguno
le interesa mi rol en la cama por qué no ser sincero
contestar da igual no importa yo solo quiero tener a alguien
de la manera que tienen
los que tienen algo
De Tinder makes me sad
Premio Málaga Crea de Poesía, 2017
Estefanía Cabello (La Carlota. Córdoba, 1993). Ha residido a lo largo de estos últimos años en Nueva York, México, Reino Unido, Marruecos, Polonia y China. Aparece en antologías como Donde veas(La Bella Varsovia, 2015), La punta del iceberg(Ediciones en Huida, 2015), Algo se ha movido(Esdrújula ediciones, 2018) o Piel fina, poesía joven española(ed. Maremágnum, 2019). Sus poemas poemas también aparecen en las revistas Ocultalit, Estación Poesía (n.º 13) y Anáfora (n.º 15). Ha publicado 13 segundos para escapar( XVIII Premio internacional de poesía joven Gloria Fuertes, Torremozas, 2017) y La teoría de los autómatas(Premio València Nova de poesía en castellano Hiperión, 2018). Fue finalista del premio Adonáis de poesía 2018 con El cielo roto de Shanghái.
Turismo de exteriores
la tierra conoce tambores secos
que retumban como moscas.
Túmbate en la hierba,
observa cómo las mentiras
crecen bajo tus manos.
*
Ven a morir a algún rincón de la ciudad
donde aún florecen niños inocentes
y jazmines clavados por el centro.
*
Un niño tierno como un regazo de pan se abre ante ti
y quieres mostrarle que no hay redención
pero callas
porque quizá en eso consista la vida
De 13 segundos para escapar
Torremozas, 2017
Reciclaje natural
Multiplico mi persona,
me persigue el miedo.
Multiplico las posibilidades
de estar viva:
ensancho la palabra amar.
Busco el norte en el corazón de los árboles.
Hago el camino más fácil a la destrucción.
Multiplico las posibilidades,
me hago más débil,
como una réplica lejana
que se adentra y se pierde en el eco
del bosque, que es ya eco del bosque.
Amo, me multiplico,
abro un sendero para la destrucción.
De La teoría de los autómatas
Hiperión, 2018
Ángelo Néstore (Lecce, 1986 / Málaga)Es poeta, performer y profesor en el Departamento de Traducción e Interpretación de la Universidad de Málaga. Actualmente co-dirige el Festival Internacional de Poesía de Málaga Irreconciliables y es director de la editorial de poesía Letraversal. Ha publicado Hágase mi voluntad (XX Premio de Poesía Emilio Prados, Pre-Textos, 2020), Actos impuros (XXXII Premio de Poesía Hiperión, 2017), traducido al inglés con el título Impure Acts por Lawrence Schimel en la editorial neoyorquina Indolent Books y Adán o nada (Bandaàparte Editores, 2017).
Insepulto
Mi madre compró un nicho en Italia y me dijo:
aquí descansaremos los dos con tu padre.
Y, de repente, imagino su cráneo apoyado sobre mi cráneo,
refugiados en la madera del árbol que nos vio nacer, y le sonrío.
Su esperanza me roza como una caricia
para que un día deje España y vuelva,
la suya es una promesa de amor eterno.
Pienso en mi madre, en mi padre y en mí,
convertidos en polvo,
una familia sin descendencia, mediterránea,
unida en la muerte como nunca lo estuvo en vida.
Algún día el conserje barrerá las flores podridas,
nos dejará desabrigados frente al mundo,
mirará el nicho e intuirá nuestro amor en la foto familiar con fondo blanco
entre tanto hueso desnudo,
igual de seco, igual de blanco.
Si lo pienso un nicho es la utopía perfecta:
sin hombres o mujeres,
todos extranjeros.
Guardamos un mundo ideal dentro,
en nuestros huesos, pero tan lejano.
La tumba es el modelo de familia definitivo.
Deberíamos meter todos la cabeza en un nicho
hasta que deje de dolernos el mundo.
De Hágase mi voluntad
Pre-Textos, 2020
Los mestizos
Al hombre que me dijo en Facebook que podía hacer las maletas
tras la irrupción de la extrema derecha en el gobierno autonómico.
Los peces blancos viven lejos de la orilla.
Prefieren nadar mar adentro
donde, en la oscuridad, se juntan en bancos,
como muros,
y donde luego mueren agolpados en fosas,
el uno sobre el otro.
En ese abismo toda luz es enemiga.
Los peces mestizos, sin embargo, preferimos las orillas:
donde el mar acoge una lengua de tierra que no conoce
y con ternura la baña y la ablanda
para que alguien, tú o yo, pueda dejar caliente su huella.
Hermosas y terribles son las orillas.
Un día te acogen en el dorso de su mano,
otro, te dejan indefenso para que alguien te atraviese feroz el cuerpo,
te sostenga en la mano,
hinque su diente en un pez vivo.
De Hágase mi voluntad
Pre-Textos, 2020
Alba Flores Robla (Madrid, 1992) Es miembro del proyecto literario #PLATAFORMA (León, octubre de 2016). En marzo de 2017 autoeditó el poemario Tu hueco Supraesternal a través de Amazon CreateSpace, y en junio del mismo año publicó Autorregalo (Ediciones en Huida). En diciembre de 2017 fue galardonada con el 71 Premio Adonáis de Poesía por su libro Digan adiós a la muchacha. Ese mismo libro ha recibido el premio El Ojo Crítico de RNE de Poesía 2018. Sus poemas han aparecido varias revistas literarias como Piedra del Molino, Anáfora o El Fuego.
Perdón
perdón mamá
por no querer ser como quieres que sea
perdón papá
por no querer ser como quieres que sea
perdón amor
por no querer ser como quieres que sea
perdón yo
por no ser como quiero ser
perdón hermana
por la cicatriz que tienes en la pierna
Crecer es que tu madre te compre un nicho
Crecer es que tu madre te compre un nicho
por si te entran ganas de morirte demasiado pronto.
Un hueco estrecho con tres paredes blancas
y una abertura que da al norte,
por donde siempre entra la lluvia.
Crecer es pensar a dónde querrás que vayan tus hijos a llevarte flores.
Pero para mí,
crecer es sobre todo imaginar
dónde me gustaría verte llorar
cuando yo desaparezca.
De Digan adiós a la muchacha
Rialp, 2018
Xaime Martínez (Uviéu, 1993)Co-editor de la revista Oculta Lit, ha colaborado con medios como PlayGround, Rolling Stone o La Nueva España. Ha publicado en castellano Fuego cruzado (Hiperión, 2014; XVII Premio Poesía Joven Antonio Carvajal,) y Cuerpos perdidos en las morgues(Ultramarinos, 2018, Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández) y en asturiano Hibernia (Saltadera, 2017; Premiu de la Crítica d’Asturies). Además, ha publicado dos discos junto al grupo La Bande y en solitario el libro-disco Ósculos d’agua nel Imperiu Asturianu (Araz, 2018).
Cuerpos perdidos en las morgues
Solo el terror despierta a los amantes.
Eduardo Lizalde
¿Dónde están esos cuerpos perdidos en las morgues?
¿Y dónde el tibio amor que los compuso?
Me desperté y llorabas
Como una gasa húmeda la noche te envolvía
tal material quirúrgico recién hervido
las horas de la noche te envolvían con su gasa húmeda
y caliente perlada de rocío y tal vez yo
también pero no va de eso el poema
sino:
me desperté y llorabas
y te dije recuerda amor que nos dormimos viendo Penny Dreadful
lo más probable es que esto sea solo
un sueño de los míos
y una mierda
soy yo la que siempre sueña las cosas
Pero da igual el caso es que llorabas
qué nombre le pondremos a este bulto y evitabas mirar
qué te parece bulto Aureliano tumoración nódulo mamario
Te dormiste tú solo como siempre
Perdona no me creo que haya vuelto a pasar eres imbécil no me toques es posible
que no dijeras esto sino algo
más parecido a
Oh can you feel my heartbeat?
Yo te contestaría sí pues la verdad es que puedo
Oh can you feel my heartbeat?
Yo te contestaría alguien cambió los nombres en las fichas policiales
Oh can you feel my heartbeat?
Yo te contestaría entiendo su preocupación señora pero estamos atados de pies y manos
Y alguien quizás un productor quizás el guionista aunque lo dudo
montaría después aquella escena en que el maníaco revisa
las firmes ataduras de su víctima
y yo de pronto tomaría el punto
de vista del fanático y tú bueno ya imaginas
Me desperté y llorabas
pero en esta
ocasión tal vez no dijimos nada por un rato
Un abrazo tan solo (El plano se va abriendo / ¿eso es un pene?)
Desconocía que escucharas a Nick Cave te dije al fin
No sé quién es Nick Cave me contestaste
Y entonces me detuve
No sé quién es Nick Caaaaaave
Me desperté otra vez
Me incorporé muy rápido en la cama Sin prender
la luz logré bajar a la cocina Cogí un vaso
Me sacudí aquel sueño como pude
Despierta, dije.
Amor, amor me temo
que han robado nuestros cuerpos.
De Cuerpos perdidos en las morgues
Ultramarinos, 2018
Out on highway 61
Where do you want this killin’ done?
Bob Dylan
Estamos en mitad del desierto de Tabernas
escribiendo poemas
y creo que las drogas ya nunca harán efecto.
Una casa alquilada,
la exacta suciedad de las esquinas,
quizá tan solo el tiempo acumulándose.
Nuestra manera de vivir el sueño americano,
nuestra manera de arrastrarnos por el sueño americano:
ya tenemos las rodillas sangrando,
los ojos arden llenos de sombras y de polvo,
creemos ya que somos casi Jesucristo,
nos besamos y nadie sabe quién es el traidor,
como predicadores que el deseo abate
nos insultamos, vemos el terror en una olla plena de espaguetis,
sabemos con certeza que alguien grita en el subsuelo
de la casa alquilada en un desierto de Almería.
Es nuestra manera de atravesar el largo sueño americano.
Despertarán algunos y se hallarán cubiertos por un poncho viejo
y una costra de sangre.
Algunos otros no despertarán jamás,
y a esos los querremos más que a nadie.
Estamos solos,
estamos solos en mitad del desierto de Tabernas,
en las celdas acolchadas, en los suspiros químicos, en las autopistas perdidas,
estamos solos en la Ciudad Oscura
—el tiempo pasa más despacio si te encuentras aquí arriba,
bajo la luz del sol—
y hemos decidido, imbécil, contarte la verdad:
Tal vez Tabernas no exista.
Es posible que todo lo demás exista
(la pólvora, los muertos, los poblados antes falsos del Oeste)
todo salvo, tal vez,
nuestro justo desierto en mitad de la tierra.
Sueño con una habitación vacía en la casa de mis padres.
Aquí solo hay silencio y calma extraña.
Un hombre envejecido descansa en los arcenes
de la autopista perdida del sueño americano.
De Cuerpos perdidos en las morgues
Ultramarinos, 2018