Bitácora desde la otra cuarentena – Argentina y España

Con 128 infectados confirmados y 3 víctimas mortales, el presidente Alberto Fernández decretó el confinamento obligatorio. Lecciones a aprender de la experiencia española.

En Málaga cumplimos hoy una semana de encierro obligatorio y, aunque las divergencias culturales y en infraestructura hacen inviable homologar todos los escenarios, hay varios puntos (entre desventajas y ventajas) que recomiendo tengan en cuenta en Argentina.

El índice de infectados continuará incrementándose, lo que no implica que la cuarentena no funcione, sino que se estará transparentando la cifra real de contagios presentes en la sociedad.

Durante los primeros días cundirán las dudas y la ansiedad sobre el alcance del confinamiento. No se preocupen, gradualmente el gobierno afinará las irremediables zonas grises.

No le teman al desabastecimiento: en ambos países las cadenas de producción continúan funcionando con regularidad. Las primeras jornadas se vaciarán góndolas por la psicosis colectiva, pero también eso pasará y paulatinamente todos comprenderán que el abastecimiento no está en riesgo. El papel higiénico, como sabemos, es el elemento constitutivo del egoísmo en épocas de crisis: cada uno cuida su culo. No tomes más de lo necesario, evitá el pánico y, por cierto, también la inflación.

Sistema sanitario: al margen de las prepagas, tanto en Argentina como en España contamos con sistemas de salud públicos y universales, lo que garantiza el acceso gratuito al test de diagnóstico, recurso clave para alcanzar una dimensión real de la pandemia en el territorio. Es fundamental no hacinar guardias ni salas barriales y en su lugar emplear los teléfonos asignados para consultas. En ciudades como Madrid y Barcelona el colapso ha sido tal que ya se han “medicalizado” hoteles para alojar a infectados.

Desventaja diferencial para Argentina: los índices de trabajo irregular (supera los 4 millones) y monotributo (5 millones) sumados a la indefensión de las clases populares desnuda un vasto sector que no resiste la suspensión laboral. Será esencial que el gobierno formalice decretos para paliar su situación y les garantice un colchón que amortice las perdidas.

Ventaja diferencial para Argentina: cuando se estableció el estado de alarma (confinamiento obligatorio) en España, ya se registraban 5.753 enfermos y 136 muertes; mientras que Alberto Fernández lo declaró con 128 infectados y 3 víctimas mortales. La única forma de capitalizar esa ventaja y aplanar la curva de contagios es respetando el distanciamiento social y la cuarentena.

Ahora que, provisoriamente, el miedo a una amenaza emergente ha igualado a países de uno y otro continente, prestemos atención al espejo que nos ofrecen. En Argentina nos hemos orgullosamente acostumbrado a que el sistema sanitario es totalmente público. Agradezcámoslo, pero advirtamos su fragilidad. Es hora de comprender que la salud del otro no es una utopía estatal: depende directamente de nosotros.

Crédito: Santiago Filipuzzi – Diario La Nación.
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