En mi visita a Nápoles el año pasado, la poeta Vanina Zaccaria presentó de manera magistral mi poemario Effetto Farfalla (2017). De inmediato me dejé atrapar por sus amplios conocimientos en distintos campos. No solo en la literatura, también en la filosofía y las ciencias como la física y la matemática. Me parecía estar frente a una académica de ochenta años de alguna de esas prestigiosas universidades de Estados Unidos que he visitado en los últimos años. Y, sin embargo, se trataba de una joven exactamente de mi edad.
Al final de la presentación tuvimos tiempo de hablar de su poesía. No había publicado para entonces su primer libro, pero me compartió algunos poemas inéditos. Mi gran sorpresa al leerlos fue hallar el eco de mi pasado en cada uno de sus versos. Zaccaria es como un pintor cuyos pigmentos son las palabras. Con ellas dibuja escenas que nos transportan a tiempos de guerra y de muerte. A la vida campestre y el valor de quienes trabajan la tierra con sudor. Retrata con delicadeza cada sentimiento, desde el más tierno hasta el más oscuro y amargo. Desnuda nuestros miedos y nos envuelve en un grito de esperanza.
Selección de poemas del libro Non si muore di notte (RPlibri, 2020) en la traducción de Marisol Bohórquez Godoy.
*
C’è un vento che soffia sulle case questa notte
la mia patria desolata si smarrisce in esso
lascia che passi sotto gli usci, che spenga i candelabri
che spaventi e tormenti gli insonni
La mia patria si accascia, anch’essa mortale
mortale più di tutti quanti noi
tenuti assieme dal sangue, da un vizio trasmesso
da padre a padre
e da fratello a fratello.
C’è un vento animoso stanotte sulle chiese
le icone tremano tra i cardini e il legno
si fanno piccole piccolissime, mortali
e domani quando ci sveglieremo, nella piazza
ci attenderà un vento nero, pronto a latrare
e quel che rimane dei marmi sulla rocca
oscillerà lieve lieve, alzando polveri gialle
Invecchieremo in una sola ora, tutti assieme
le madri coi figli, i figli con gli altri figli.
Hay un viento que sopla sobre las casas esta noche
mi patria desolada se pierde en ello
déja que pase bajo los salientes, que apage los candelabros
que asuste y atormente a los insomnes
Mi patria se derrumba, también es mortal
mortal más que todos nosotros
unidos por la sangre, por un vicio transmitido
de padre a padre
y de hermano a hermano.
Hay un viento vivo esta noche sobre las iglesias
los iconos tiemblan entre las bisagras y la madera
se vuelven pequeños pequeñisimos, mortales
y mañana cuando nos despertemos en la plaza
nos esperará un viento negro, listo para ladrar
y lo que queda de los mármoles sobre la roca
oscilará ligeramente, levantando polvos amarillos
Envejeceremos en una misma hora, todos juntos
madres con hijos, hijos con otros hijos.
*
Tutta genuflessa eri
Come l’albero che si assottiglia
Quando la terra si spalanca
Come il portone della chiesa che crolla
O come l’asciutto e muto calanco
Come tutte le cose
Eri
Nel momento in cui si fanno primitive
oppure prossime alla disfatta
Tutta piegata eri, come la casa di mattoni
Quando la terra si scuote
E il piccolo campanile si disorienta
Con le mani che non tengono
Hai sceso lenta la parete di roccia
Il piccolo piede gemeva
Ad ogni curva.
Toda postrada eras
Como el árbol que se astilla
Cuando la tierra se abre
Como la puerta de la iglesia derrumbada
O como el barranco seco y silencioso
Como todas las cosas
Eras
En el momento en que se hacen primitivas
o próximas a la derrota
Toda doblada eras, como la casa de ladrillo
Cuando la tierra tiembla
Y el pequeño campanario se confunde
Con las manos que no sostienen
Bajaste lentamente por la pared de roca
El pequeño pie gemía
En cada curva.
*
Ho nelle mani un tremore antico
è mio nonno nel giorno della mietitura
che mi passa la sua fatica
La campagna intera sulla mia fronte
si corruga
perfino il cane trova il suo posto nella storia
Sono una cellula che si corrompe
mentre intorno questa valle irpina
procede in un lavoro onesto
Io mi tengo al tuo castagno
per questa paura remota del vento
C’è sulla mia fronte un sudore straniero
è la febbre gialla
che dal padre di mio padre
è arrivata fino a me
Temo di non poterla contenere
io che scalpito come un cavallo zoppo
Mi brucia nelle narici
il fumo dei carbonari
non sono che un frammento d’ossa
dello scheletro che regge questi corpi campagnoli
Mi tormenta, di notte
la paura di scomparire.
Tengo en las manos un temor antiguo
es mi abuelo en el día de la cosecha
que me pasa su fatiga
La campiña entera sobre mi frente
se corruga
al fin el perro encuentra su lugar en la historia
Soy una célula que se corrompe
mientras alrededor de este valle de Irpinia
procede en trabajo honesto
Me aferro a tu castaño
por este remoto miedo al viento
Hay en mi frente un sudor extranjero
es la fiebre amarilla
que del padre de mi padre
ha llegado hasta mí
Temo que no podré contenerla
yo que galopo como un caballo cojo
Me arde en las narices
el humo de los carboneros
no soy más que un fragmento de huesos
del esqueleto que sostiene estos cuerpos campesinos
Me atormenta, en la noche
el miedo a desaparecer.
L’inverno di Jabalia
Con passo giovane ci avviammo verso le piogge
Non era il nibbio che resisteva al vento
sulle antenne delle case
non era il nibbio che annunciava l’inverno
ma l’ombra tarda del passero
minuto sulle alte ferraglie
Nell’istante che trascorre tra l’invocazione e il pianto
si interpose funesta la tormenta
che libera gli umori delle navi
ammainate nella triste sera
Sperammo invano in uomini senza macchia
che avrebbero liberato colombe bianche
nella rumorosa notte degli spari
L’eco della sirena, che invitava a riporre la vita
in ripostigli sotterranei
stipò innumerevoli corpi, ammassati gli uni sugli altri
coi fiati confusi nella duratura sera
coi vestiti mischiati e gli odori indistinguibili
di donne e di bambini, di uomini e di vecchi
nell’istante che passa tra la vita e la morte
La cordiale colomba, sghemba sui viali di casa
inabissò il becco nel collo di piume
e rimase a tremare
Solo la dolce Isabella alzò la veste
e scoprì le ginocchia ferite
inarcò la schiena verso un remoto punto ad Oriente
Si rimase a guardarla, nell’inverno lucido
cantare canzoni d’amore
oltre ogni possibile linea d’ombra.
El invierno de Jabalia
Con paso joven partimos hacia la lluvia
No era el milano que resistía al viento
sobre las antenas de las casas
no era el milano que anunciaba el invierno
más la sombra tardía del gorrión
diminuto sobre la chatarra apilada
En el instante que pasa entre la invocación y el llanto
se interpone funesta la tormenta
que libera los humores de los barcos
enrollados en la tarde triste
Confiamos en vano en hombres sin mancha
que habrían liberado blancas palomas
en la ruidosa noche de los disparos
El eco de la sirena, que invita a recobrar la vida
en armarios subterráneos
abarrotados innumerables cuerpos, apilados uno encima del otro
con las respiraciones confundidas en la tarde prolongada
con las ropas mezcladas y los olores indistinguibles
de mujeres y niños, de hombres y de viejos
en el instante que pasa entre la vida y la muerte
La afable paloma, doblada en el corredor de casa
hundió el pico en el cuello de plumas
y se quedó temblando
Solo la dulce Isabella levantó su vestido
y descubrió sus rodillas heridas
giró la espalda hacia un punto remoto en el Este
Se quedó mirándola, en el invierno brillante
cantar canciones de amor
sobrepasando cada línea posible de sombra.
Ti ho estratta a mani nude dalla pietra
Ti ho estratta a mani nude dalla pietra
che gemevi nella sera composta, al verso di animale della laguna
l’abito scolpito, corrotto dall’acqua salmastra
insisteva lamentoso nel vento
senza che tu potessi muovere un solo passo
Contratta ti vidi, col collo torto
era l’ora barbara del mercato, l’uccello bianco attendeva
scarti d’interiora
Il cuore calmo declinava ogni invito
l’acqua scura cospargeva di bave le tue anche di marmo
fosti informata dei fatti, dell’epoca remota
corrispondemmo coi morti per brevi istanti
Ti ho estratta a mani vive dalla pietra
come la levatrice al grido nero
risposi segnando il lutto
il tuo sguardo cieco fece un cenno di biasimo
e fummo a un passo dalla disfatta
Venimmo a decisioni feroci
e prima che il lume rivelasse il volto
seppi dell’occhio di Ciclope
che assumeva i tratti immondi della tua memoria
Fu l’uomo bruno figlio degli achei
a mostrarti fremente la costa
il tuo corpo di fiera
barcollò sull’acqua, turgido di bruma.
Te saqué con mis manos desnudas de la piedra
Te saqué con mis manos desnudas de la piedra
donde gemías en la noche compuesta, al sonido de animales de la laguna
el vestido esculpido, descompuesto por agua salobre
insistía quejumbroso en el viento
sin que pudieras moverte un solo paso
Contraída te vi con el cuello torcido
era la hora bárbara del mercado, el pájaro blanco esperaba
desperdicios interiores
El corazón tranquilo rechazaba cada invitación
el agua oscura cubría de babas tus caderas de mármol
fuiste informada de los hechos, de la era remota
correspondimos con los muertos por breves instantes
Te saqué con mis manos desnudas de la piedra
como la partera al llanto negro
responde señalando el luto
tu mirada ciega hace una seña de culpa
y estábamos a un paso de la derrota
Llegamos a decisiones feroces
y antes de que la luz revelara el rostro
supe del ojo de Cíclope
que asumía los rasgos impuros de tu memoria
Fue el hombre moreno, hijo de los aqueos
a mostrarte ardiente la costa
tu cuerpo de fiera
tambaleó sobre el agua, recubierto de niebla.

Vanina Zaccaria (Nápoles, 1982). Su actividad se ha dividido constantemente entre el camino artístico-literario y el compromiso en el campo de la investigación histórico-social. Actualmente es presidente de la Fundación Lermontov, para la cual supervisa la preparación del Premio Internacional Lermontov y la difusión de los volúmenes de la Biblioteca Lermontov. Ha colaborado con el periódico italiano-ruso » Sussurri e Grida», ocupándose de la literatura y la geopolítica. Académica de la cultura helénica, colaboró con la Comunidad Helénica de Nápoles y Campania para la discusión y difusión de ensayos histórico-políticos. Actualmente junto a la corresponsal de Atenas Sofía Skleida, está encargada de la columna «La rivelazione greca» para la revista de cultura poética y literaria Menabò (Terra d’Ulivi edizioni). En el campo artístico, se dedicó al teatro, organizando espectáculos como actriz y colaborando como directora artística para asociaciones culturales y organizaciones activas en el área. En el campo literario, cabe destacar lo siguiente: la publicación de poemas para las antologías poéticas Ifigenia siamo noi (Scuderi Editrice, 2014) y Mare Nostro quotidiano (Scuderi Editrice, 2018; la participación como miembro del jurado de la sección especial «autori esteri» del Concurso Nacional de Poesía Ciudad de Santa Anastasia en 2013, 2018 y 2019 y la reciente publicación de su primer poemario bajo el título Non si muore di notte (RPlibri, 2020).