En un mundo «prepandémico», cuando el ser humano buscaba entretenimiento y literalidad, María Velasco, dramaturga española, llenó las salas de teatro de metáforas, ambigüedad e incertezas.
La apertura de los teatros públicos a los nuevos lenguajes teatrales, como los de Velasco y su admirada Angélica Liddell -entre muchos otros nombres- hacían presagiar una época de visibilidad y expresividad artística. El coma profundo que vive el sector de las artes escénicas a consecuencia del Covid-19, ha truncado temporalmente ese cierto esplendor. Pero la buena noticia, es que durante el confinamiento podemos disfrutar de María Velasco, leyendo sus obras que navegan entre la escritura dramática y la poesía.
Nombre
María Velasco.
Profesión
Escritora y creadora escénica.
¿En qué ciudad vives?
Madrid.
¿Qué ves desde tu ventana?
Un patio cegado en parte por un ascensor. Oigo más que veo. Conozco las preferencias musicales de los vecinos: a los del 4º les gusta la ópera y a los del 3º C. Tangana. También tengo claraboyas, de modo que la lluvia de estos días es un acontecimiento. Mis visiones son a través del oído.
¿Cuál es tu rutina diaria durante el confinamiento?
Me levanto pronto y escribo con el primer café, luego trabajo (autónomos para la empresa de teatro o clases telemáticas para la escuela). Cuando me canso, hago rutinas de ejercicio sin responder de la corrección postural y respiraciones. Le pongo entusiasmo a la cocina. También me dejo agasajar por mi pareja. La comida y la cena es cuando salimos del confinamiento dentro del confinamiento. Después de comer veo las noticias y me vengo abajo. Por la tarde resucito de mis cenizas con lecturas (Alejandra Pizarnik, Mark Strand, Mahmud Darwish, entre otras). Cuando está anocheciendo, descorcho una botella. Llamo a mi familia o a mis amigos. Al final del día descubro o redescubro películas (Una chica vuelve a casa sola de noche, Sacrificio, So long, my son…). Si hay suerte, hago el amor. Voy a intentar también mejorar mi nivel de inglés.
¿De qué manera ha cambiado el COVID-19 tu vida?
Me considero un persona muy dinámica, a veces, al borde de eso que llaman la autoexplotación. Esto ha supuesto el cese de una especie de esquizofrenia que había normalizado como forma de vida. Por ahora no sé si es un punto y seguido o un punto y aparte.
Normalmente alterno el recogimiento con una sociabilidad opípara. Eso también cambió: estamos conectados pero desconectados al mismo tiempo y, a mí, me falta la piel. Quizás por eso sufro constantes ataques de melancolía y pienso mucho en aquellas personas que están lejos.
¿Cómo ha perjudicado la pandemia a tu sector profesional?
La precariedad de la cultura y del arte es endémica en España, son “las mamandurrias”. En la crisis solo se hace ostensible (o se agrava) la desidia habitual. Hasta que el arte no se incluya en el currículo escolar, seguirá siendo para “el tiempo libre”, en lugar de para “hacernos libres”. Es un peligro, no solo para la economía del sector (editoriales, compañías, teatros, cines…), sino para el conjunto de la sociedad. Necesitamos Arte y Humanismo para estar a la altura de las circunstancias, hacerle frente a la sociedad de control que pueda sobrevenir a esta pandemia. Como animales escénicos estamos en una coyuntura muy especial. Nuestro arte exige la reunión. Cuando la pandemia esté controlada, tendremos que hacer presión, legal y pública, pero también clandestina, para volver a la asamblea y al rito colectivo.
¿Has encontrado algún punto de vista positivo en el confinamiento? ¿Y negativos?
Como puntos positivos, la idea de ruptura… la sensación compartida de que el sistema no es inquebrantable… la responsabilidad de algunos ciudadanos ejemplares… la llamada de atención de la enfermedad para apreciar las cosas que importan.
Como puntos negativos, no poder besar, abrazar…. el oportunismo político de la derecha que tantos recortes ha hecho en la sanidad y en la educación pública… pensar que en las pandemias también hay clases (y casas)… la enfermedad y la muerte…
¿Qué va a ser lo primero que hagas cuando levanten el estado de alarma en España?
Quizá no sea el primer día. Seguro que el primer día muchos vamos a sufrir una especie de Síndrome de Estocolmo. Luego, pasear, pasear, pasear.
¿Hacemos una porra? Fecha en la que se normalizará la situación.
Podría arriesgar una fecha para el fin de la cuarentena, ¿pero una fecha para la normalidad?, ¿a qué normalidad volveremos?
Gracias por compartir en forma de cuestionario tus pensamientos pandémicos.
María Velasco nos cuenta en primera persona que proyectos tenía activos cuando empezó la cuarentena:
Antes de la cuarentena habíamos finalizado con las funciones de mi obra La Espuma de los días en el Teatre Lliure y tenía un texto, Taxi Girl, en cartel en la Sala Princesa del Centro Dramático Nacional, con dirección de Javi Giner. La última semana de exhibición se vio interrumpida por las medidas de emergencia.
Estaba en un proceso creativo en Madrid y otro en Barcelona que se han quedado en stand by. También he dejado de impartir clases presenciales en la ESADCYL y en el Máster en Pensamiento y Creación Escénica Contemporánea.
Sigo escribiendo algunas colaboraciones editoriales y, sobre todo, un nuevo texto para el VIII Laboratorio de Escritura Teatral de la Fundación SGAE, que será el próximo que ponga en pie, si después de todo esto queda aliento para producir. Es una propuesta relacionada con el trabajo sexual y el ecofeminismo.