El susurro de la musa: La mágica fotografía de Julia Margaret Cameron

«La fotografía comienza cuando la cámara revela aquello que de otro modo no podría ser visto.«

Jonathon Keats

Logró capturar la esencia humana de una forma magistral a través de la fotografía. La fotógrafa Julia Margaret Cameron fue conocida por sus hermosas imágenes de angelitos, retratos de misteriosas mujeres y algunas escenas religiosas.

Todo comenzó con un regalo de una de sus hijas para alegrar los momentos de soledad que sufría cuando su marido se iba de viaje. A sus cuarenta y ocho años le regalaron una cámara de fotos, bastante primitiva en comparación con las actuales. Una sencilla caja de madera con una lente adherida, de la marca Jamin. Empezó experimentando con la realización de retratos de personas que se encontraban en su entorno. Algunas de ellas fueron Alfred Tennyson, Charles Darwin, William Michael Rossetti o Julia Jackson (la madre de Virginia Woolf, fue sobrina nieta de Julia)… Su primer modelo fue un granjero, con el que obtuvo su primera fotografía. Pero desgraciadamente arruinó el negativo al tocarlo y no pudo conservarlo. Tiempo después fotografió a Annie Philot, la hija del poeta William Benjamin Philot, un amigo suyo. Fue la modelo de su primera fotografía buena, según sus palabras, y la que después desataría sus obras más célebres.

Cámara de placas, mediados del s.XIX

«Quizá te divierta, madre. Intenta hacer fotografías durante tu soledad en Freshwater»

Nota de su hija junto a la cámara fotográfica.
«Annie Philot» 29 de Enero de 1864, Victoria & Albert Museum

Julia nació en Calcuta en el año 1815. Allí conoció a Charles Hay Cameron, un excelente jurista y dueño de una plantación de té, café y caucho, con quien contrajo matrimonio. Era veinte años mayor que ella, lo que le proporcionó una situación económica estable. Esta situación favoreció a que años más tarde pudiera volcarse de lleno en su pasión por la fotografía. Como disponía de los medios necesarios, pudo adaptar zonas de su casa como estudios para realizar sus retratos y otros experimentos. Transformó la carbonera de su casa en un laboratorio y un cuarto de niños y un gallinero en estudios para trabajar.

“Más de un tercio de las fotografías de Cameron son retratos de mujeres.”

The Astronomer top image
John Frederick William Herschel «El Astrónomo», 1867,
Victoria & Albert Museum

Estuvo rodeada de grandes artistas de la época, algunos de ellos fotógrafos quienes la tutelaron y guiaron en su trayectoria artística. Uno de ellos, y quizá el más destacable, fue Sir John Herschel. Fue un matemático y astrónomo inglés que acuñó los términos “positivo, negativo y fotografía”. Además descubrió las propiedades del tiosulfato de sodio como fijador de las sales de plata. Fundamental para la durabilidad de las imágenes fotográficas. Interesante el dato de que se puso en contacto con Henry Fox Talbot para informarle de su descubrimiento, así este otro genio de la fotografía podía fijar y multiplicar sus imágenes.

Julia trabajaba con la técnica del colodión húmedo, muy utilizada en el siglo XIX que además otorgaba una estética pictorialista que estuvo en boga. Consiste en verter el colodión, una solución de nitrocelulosa en una mezcla de éter y alcohol, descubierta por Louis Menard en 1846, sobre una placa de metal o de cristal. A continuación, la placa se sumerge en una solución de nitrato de plata; con ello se convierten las sales en halógenos sensibles a la luz. Una vez sensibilizada la placa, se coloca en la cámara y se expone. Finalmente, se realiza el revelado y fijado.

Es una técnica analógica bastante artesanal, que permite intervenir la imagen resultante de diferentes maneras. Al fotosensibilizar manualmente un soporte, se tiene mayor posibilidad de manipulación, a la vez que hay mayor rango de sorpresa. Es la gracia de estos métodos fotográficos antiguos, que ofrecen resultados únicos e irrepetibles. ¡Incluso extravagantes!

Proceso de revelado de placas de colodión húmedo

A su vez, es una técnica bastante compleja, ya que requiere que los químicos se preparen in situ junto a un manejo rápido de los mismos, para después aplicarlos en la placa que irá en la cámara fotográfica, antes de su secado (por eso se le denomina colodión húmedo). Aún faltarían varios años para que apareciera la gran innovación de la placa seca, negocio con el que se inicia George Eastman. 

Bob Cotton, autor de «Julia Margaret Cameron & Photography« comenta: «Lo que aún sorprende es la rapidez con la que Julia aprendió el complejo proceso de colodión húmedo. Recordemos que ella misma preparaba los químicos en las placas de vidrio y la impresión en papel a la albúmina. Lavaba las placas después con fijador de hiposulfito para lo que requería unos ocho cubos de agua traídos de alguno de los pozos en Dimbola. Pero no solo eso: mientras tanto, Julia Margaret aprendía cómo hacer posar a sus modelos, perfeccionaba cómo acomodarlos a la luz del sol para iluminarlos,  escoger vestidos y utilería, arreglar el pelo, etc.”

«El susurro de la musa», 1865, Victoria &Albert Museum

Sus fuentes de inspiración fueron principalmente literarias, religiosas y como no podía faltar, la pintura romántica y prerrafaelita. Era anglicana practicante, es por ello que el simbolismo religioso está muy presente en su obra. En su búsqueda de referentes visitó las obras de Giotto, e incluso Rafael, recreando escenas bíblicas basadas en sus pinturas. Su modelos estaban dirigidos por ella para transmitir lo máximo posible, emociones religiosas, de gran fuerza psicológica y moral. 

También en esta línea, escenificó obras literarias de Henry Taylor, Shakespeare, George Eliot o Tennyson, quien ilustró con sus fotografías su libro «Los idilios del Rey y Otros poemas«.

«Vivian y Merlin», Septiembre de 1874, Victoria &Albert Museum

Su trabajo fue tanto alabado como criticado, ya que entre sus métodos técnicos de trabajo solía rayar las placas de los negativos, realizar baños de revelado irregulares (generando imperfecciones sobre las placas), desenfoques intencionales… Según algunos expertos esto era debido a su “poca experiencia y conocimiento en el campo fotográfico” y otros defienden que siempre fue intencionado, todo por la búsqueda de una estética romántica y pictorialista. Pero la verdad es que poco importa. El fruto de estas “casualidades” son imágenes de gran belleza, simbolismo y carga poética.

“¿Quién puede abrogarse el derecho para decir cuál enfoque es el legítimo?”

Carta de Julia Margaret Cameron a John Herschel, 31 Diciembre de 1864

Innovó algunas formas de trabajar fotográficas de su tiempo. La más destacable es el encuadre. Comenzó a utilizar primeros planos, incluso muy cerrados, lo que le permitían mayor expresividad. Los empleaba como recurso narrativo.

Durante gran parte del siglo XIX, el retrato se empleaba como una herramienta de descripción del oficio del retratado. Si, por ejemplo, se retrataba a un escritor, este debía de ir acompañado de elementos relacionados con su oficio, como un escritorio y útiles de escritura. Julia cambió ese enfoque del retrato, buscando la elocuencia y la poética.

«Alethea» ,1872, Victoria & Albert Museum

Utilizaba luz direccional, junto a tiempos de exposición de 3 a 7 minutos. Esto lo aprovechaba para lograr efectos poco definidos y generar barridos con los movimientos de los modelos. Parecía ser que la lente de su cámara estaba a caballo entre un gran angular y un normal (18-50mm). A veces este no llegaba a cubrir toda la superficie fotosensible, quedando algo descuidados los bordes del soporte fotográfico.

Interponía elementos como telas y otros objetos laminares entre el negativo y el papel sensible, para lograr efectos borrosos, que tan característica hace a su obra. Esto se denomina foco suave que tanto inspiró a los pictorialistas.

Julia contactó con Henry Cole un diseñador polifacético, director de la que fue la fundación del Museo de Artes Aplicadas en 1852, conocido a partir de 1899 como el Victorian and Albert Museum. Expusieron sus primeros trabajos y gracias a ello el museo ahora cuida de sus innumerables fotografías.

En poco más de una década realizó 1.600 fotografías, de las que se tenga conocimiento, dio una nueva perspectiva al arte del retrato, desarrolló sus propias teorías sobre la fotografía, expuso obra, publicó libros, incluyendo su autobiografía “Annals of my glass house” publicada en 1874 y artículos acerca de su arte. Cambió la percepción del retrato en el siglo XIX. Inició toda una corriente de pensamiento acerca de cómo plasmar el alma del modelo.

«Inspiro a ennoblecer la fotografía, a darle el tenor y los usos propios de las Bellas Artes, combinando lo real y lo ideal, sin que la devoción por la poesía y la belleza sacrifique en nada la verdad.«

Julia Margaret Cameron



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