Mariana Ossa: «La luna desconoce que tengo cráteres en los dedos»

Mariana Ossa es una joven poeta colombiana en cuyos poemas se refleja la angustia existencial frente a la fragilidad de la vida, las pasiones, los sueños, y el destino del poeta. La escritora acude a metáforas donde el sentido de la vida está en la imperfección. No existe un círculo perfecto. Precisamente porque la belleza de las cosas está donde el equilibrio se rompe y desvía la mirada hacia un horizonte insospechado. La poeta lo sabe, e incluso en uno de los poemas de esta selección, hace un homenaje a la gran escritora estadounidense Emily Dickinson, en cuyos poemas existen constantes alusiones a las matemáticas. En particular, al concepto de la circunferencia, el cual aparece en muchos de sus versos; casi siempre acudiendo al término para reflejar la incompletud que experimenta el ser humano frente al paso del tiempo, como en el siguiente verso: «Da sensación de ser vasto el Tiempo/ que si no fuera por una eternidad/Temo que esta Circunferencia/Mi Finitud absorba».

Selección de poemas del poemario inédito La oscuridad tiene un rostro

Infinito

Le hace falta al árbol un pájaro que haga su nido y no se vaya,
al río un cuerpo que resista y no quiera regresar a la tierra,
a la luna una nube que no se disipe y le de sombra,
al silencio alguien que parezca dormido y escuche las estrellas,
al mar un barco que naufrague y no se haga pedazos,
a cada hombre otras vidas que le dejen ser lo que no pudo.

Nada está completo
los círculos del destino vienen dentro de otros
y ni el más pequeño alcanza a cerrarse
si se cerrara por fin todo tendría un sentido
y el misterio nunca más se volvería a escribir.

*

Ahora que el tiempo me ha dejado sola
sacaré un mundo de cualquier caja abandonada,
en el que soy una niña rodeada de mariposas
ellas me hablan y me llevan a otros lugares.

Después de aprender su lenguaje
invitaré más niñas tristes
para que se sientan libres y olviden
el agua que dejaron sobre la tierra.

Ahora puedo poblar el tiempo
e iré por más y más flores, las escucharé
para florecer dentro de mí
y marchitarme
sólo cuando se me antoje.

Me detendré en mis colores
así como en los suyos
y me acercaré al jardín
que busqué en la infancia.

Ahora que ya no importa el tiempo
saldré a dar luz como el mismo sol
aunque nadie sienta mis rayos
me sentaré a sonreírle
a quien pase y desee sentarse
a sonreír conmigo
porque ya bastó
tanto dolor
tanta sangre.

*

La luna
desconoce que tengo cráteres
en los dedos
y se me sale el alma
a través de ellos

que hace tanto frío
adentro
y que aquí (como allá)
nada nos alcanza.

El tacto de los ángeles

                              Para Emily Dickinson

Algo tocan los ángeles,
incomprensible
por quienes desconocen la vida
que suena en el silencio de las cosas.

Ellos cantan tras las sombras
y encienden las paredes, las puertas
las ventanas como si los objetos fueran luz.

Esa luz no es para seres de este mundo.
Alumbra en las almas
que jamás tocaron la cruz clavada
para todos en la tierra.

*

¿Cómo salvarse a sí mismo sin la sonrisa y el sudor de otro?
¿Cómo querer respirar un aire que no se siente en compañía?
Que no venga nadie a decirme que nos bastamos para vivir.
Sólo el alma nace cuando otro entra en ella,
sólo el cuerpo despierta cuando otro se desnuda junto a él.

Mariana Ossa Zapata (1992 Pereira-Colombia). Ha participado en festivales de poesía y en ferias del libro a nivel nacional. Internacionalmente fue invitada al Festival José María Heredia de Toluca México. Ha dirigido talleres de poesía para niños y jóvenes en diferentes ciudades colombianas. Sus poemas hacen parte de antologías, periódicos, revistas y blogs a nivel nacional e internacional y han sido traducidos al inglés, vietnamita, búlgaro, portugués, árabe e italiano. Su primer poemario, aún inédito se titul La oscuridad tiene un rostro.

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