Lara Losada: «Quería que la lectora se hiciera preguntas que el libro no responde»

Un poco de tu leche (Ediciones en el mar, 2ª Edición, febrero 2020) es la primera novela de la poeta Lara Losada (Toledo, 1993). Y merece esa catalogación de «poeta» (ha publicado con Ediciones en Huida tres poemarios: Una chica azul (2015), Alejandra (2016) y emocional (2018)) porque pesa su bagaje poético y todo en esta novela, aunque ella la defina como un «cuento infantil», es prosa poética que destellea sumergiéndonos en mil preguntas sin respuesta. Quizás por eso, tras su lectura, quise plantearle todas estas, porque estaba convencida de que había que rascar tras la superficie, que había más, que había ahondado en cosas como lectora y deducido muchas otras -algunas, incluso, me habían abierto heridas- pero me quedaba todo un bosque que recorrer para llegar a entender qué hay detrás de esta obra preciosa como libro-objeto, que invierte la portada/contraportada. Eso no se hace sin un porqué.

Y luego está la protagonista, Jul, obsesionada con apretar sus pechos para que den leche, porque es todo cuanto tiene importancia en el ambiente que la rodea: animales, una madre desaparecida, una oveja-mejor amiga muerta, un padre duro y maltratador… En esta obra son centrales la infancia y la pérdida de la inocencia y también la violencia subrepticia con la que convivimos sin darnos cuenta. Jul nos narra en primera persona sus vivencias pero hablando de sí en 3ª persona. Jamás dice «yo», siempre «Jul». Fantasía y realidad llegan a confundirse en medio de una educación recibida que vela la verdad, como hace la película Canino (Yorgos Lanthimos, 2009) o, de una manera mucho más bella, Mi vecino Totoro (Hayao Miyazaki, 1988). Digamos que se encuentra a medio camino: «Un poco de tu leche» es belleza inquietante y continuas dudas sobre qué está pasando en realidad.

¿Cómo llega Lara Losada a escribir un libro como este?

La idea surge en 2015 pero no conseguí escribir más de 11 páginas como quería, el resto lo terminaba borrando. No pretendía contar una historia como ésta. En realidad todo empezó con un sueño en el que una niña había vivido tan en relación con los animales, con un fuerte desapego familiar, que casi se había mimetizado. El primer borrador (y creo que también el principio de las páginas actuales de la novela) pretendía no dejar claro en las lectoras si se trataba de una niña o de una ternera. Esa idea no se me fue de la cabeza pero en su momento no me sentía capaz de terminarla. Fue en 2019 cuando la historia se estructuró en mi cabeza según la iba escribiendo, supongo que porque tenía claro lo que quería contar y cómo.

En realidad, es un «cuento infantil» muy adulto, que contiene a su vez uno o varios, muchísimos otros cuentos. ¿Lo podríamos llamar «metacuento»?

Ay, esto me encanta, porque siempre digo que para una persona adulta «Un poco de tu leche» puede ser una novela sobre la infancia, el abandono, la pérdida, el maltrato… Pero también he pensado siempre que es un libro que perfectamente podría leer una niña como si fuera un cuento. Quizá desde la infancia y la inocencia su lectura sería mucho más optimista. Me encantaría saber qué opina una niña cuándo lo lee y qué entiende que de lo que trata. 

El estilo que se aprecia en él es prosa poética, pero no a lo «Permafrost», sino que se intuye en todo momento que detrás hay secretos y heridas. Aparecen imágenes preciosas y descripciones que lo dicen todo con un par de palabras. ¿Toma este estilo el libro porque eres poeta o porque lo pedía la historia?

El libro tiene este estilo porque es la forma en la que quería contar la historia. A través de Jul y en el lugar de una niña que ha vivido como ella no concibo que el libro pudiera tener un tono distinto. Si lo hubiera escrito de una forma más narrativa creo que hubiera perdido toda la esencia y, sinceramente, no es un libro que me interesaría. 

Antes de nada, dices ser psicóloga a nivel de identidad en tu bio. ¿Ejerces en la actualidad? ¿Eres poeta, escritora, novelista, editora, directora de marketing…? ¿Cómo te defines en primer lugar? ¿Quién es Lara?

¡Sí! Soy psicóloga (jajaja). He trabajado de ello pero actualmente me dedico a escribir y a la editorial que abarca todo mi tiempo y espacio. También trabajo en Marketing y Comunicación pero no lo identifico como «mi identidad». En cambio, ser psicóloga sí creo que forma parte de quien soy ahora. En un futuro me gustaría retomar la carrera y volver a ejercer pero ahora no siento que sea el momento. Creo que para poder ayudar a otras personas es importante estar bien una misma y recibir la ayuda necesaria. No es mi caso y no me parece profesional ejercer en mi situación. Al final mi responsabilidad es la salud mental de otras personas y hay que saber cuándo no se está preparada. Ahora mismo Lara es ante todo lectora. Eso creo.

¿Cómo se lleva compatibilizar la creación propia con estar al frente de una editorial? ¿Da para vivir de ello?

Compatibilizarlo para mí no supone ningún problema. Al pasarme el día leyendo por vocación personal o profesional, creo que he crecido más como escritora así que la simbiosis me resulta positiva (hasta que me duelen los ojos y la cabeza de tanto leer, aquí también hay que saber cuándo parar, jajaja). Te voy a ser sincera: a mí no. No me da para vivir de ello ni mucho menos aunque es cierto que este mes es nuestro primer cumpleaños y el apoyo ha sido enorme y el crecimiento constante. No estoy segura de si algún día podré vivir solo de escribir y editar libros (ojalá) pero en cualquier caso pelearé con todas mis fuerzas para no dejar de hacerlo porque es lo que me hace feliz.

Al principio de la historia, todo es muy confuso. No sabemos qué es Jul qué ni qué ha pasado. ¿Por qué jugar con la lectora de semejante manera? ¿Ha sido porque no te quedaba otro remedio para escribir «Un poco de tu leche»? ¿Porque es como se cuentan los cuentos?

Quería generar esa confusión con la intención de que la lectora tuviera que hacerse las preguntas que el libro no responde. No quería decir al principio claramente que era una niña, por ejemplo. Tampoco se dice en ningún caso en qué época está ambientada, si ocurre ahora o hace 100 años. La edad de la niña también es algo que decidí omitir conscientemente. Esto es curioso porque algunas personas han escrito en reseñas que Jul es «una niña de 7 años», yo nunca he dicho eso y Jul tampoco, jaja. La imaginación es poderosa y en una historia como esta quise omitir todo el contexto por irrelevante para que la lectora rellenara los huecos y los interpretara como quisiera.

Quizás, precisamente por eso, la relación de la lectora con el libro es tan íntima y personal y, probablemente, cada interpretación sea única. En determinados momentos, la inocencia del lenguaje y la protagonista llegan a ser la propia lectora, que se siente interpelada y le da su propio significado a lo que acontece. Esto me recuerda un poco a lo que sucede con la película Canino. ¿Cómo surge Jul y quién es en realidad?

Canino es una gran referencia y no había reparado en sus similitudes hasta ahora. Tengo que volver a ver la peli (gracias por mencionármelo). Jul surge de la necesidad de expresar el dolor del abuso familiar, de no sentirte segura en tu hogar. Este es mi primer libro no autobiográfico porque Jul no soy yo pero sí tiene mucho de mí. Pienso en Jul como mi abuela materna, mi yaya, aunque su historia no es la que cuenta el libro, pero su niñez en plena guerra civil y con una madre muy revolucionaria (en la cárcel por ser roja como la sangre) fue muy dura. Creo que Jul une a tres generaciones de mujeres de mi familia para contar una historia ficticia basada en sentimientos totalmente reales.

Estableces que aquello que nos diferencia de los animales es el lenguaje. Solo a través de él podemos nombrar la realidad y comprenderla. De hecho, las niñas comienzan a tener recuerdos cuando dominan el lenguaje. ¿Qué opinas de esto como escritora, de la importancia del lenguaje frente a la realidad? ¿Hay tras ello en «Un poco de tu leche» inocencia o una pretendida función?

El lenguaje y su poder transformador tiene una gran importancia en la obra. En «Un poco de tu leche» empecé a jugar con él para contar una historia sin nombrar apenas lo que ocurre y me di cuenta de que era perfectamente comprensible, todas terminamos entendiendo lo mismo. Para mí era muy importante que Jul se expresara en términos confusos, no solo porque ella misma no puede nombrar una realidad que no entiende, no sabe escribir y el mundo que conoce es muy limitado; también para que la lectora rellenara esos vacíos del lenguaje, las ausencias y el silencio. Hay películas en las que durante media hora ningún personaje habla, vemos imágenes y escuchamos la banda sonora y entendemos perfectamente la historia. Esa era mi intención, escribir una novela con el mínimo de información posible sobre la historia.

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¿Qué has descubierto mientras escribías este libro o tenías y de por sí algún propósito claro, más allá de la denuncia social, del maltrato, la violencia machista encubierta no percibida por Jul y la defensa de la inocencia de la infancia a toda costa?

Cuando alguien me escribe porque ha leído el libro y quiere contarme qué le ha parecido siempre se refieren a él como una historia «dura pero necesaria». Yo creo que es una denuncia social a gritos muy bien camuflada en la apariencia de cuento. Lo que he descubierto es que, por desgracia, la historia y el daño de Jul son atemporales y que la historia de una niña que no dice nada puede ayudar a entender a otras personas, niñas y adultas, que no dicen nada. He descubierto la importancia de leer los silencios.

Y el colofón final es una foto que asumo que ¿es familiar? «La abuela y la vaca» ¿Hay cierto carácter autobiográfico en el libro, voluntad de rescatar las raíces o denunciar lo pasado?

Sí, en la primera edición del libro la foto no aparece. En la segunda quise ponerla porque mi yaya forma parte de Jul tanto como mi madre o yo. En el libro no se aprecia porque está en blanco y negro pero en la foto mi yaya llevaba un pañuelo rojo atado al cuello que mi bisabuela siempre le ponía. Tan valiente, tan luchadora, tan revolucionaria. Ellas forman parte de esta historia y de mi escritura así que ese fue un pequeño homenaje que me permití. Además Jul vive rodeadas de vacas porque esa foto, cuando me la enseñó hace unos años mi madre, fue muy reveladora para mí. Se podría decir que ahí por 2015 fue cuando todo empezó a surgir.

¿Qué significa para ti el libro y cómo lo definirías tú? ¿De qué dirías que va?

Para mí el libro es una liberación y también un reto cumplido. Quería alejarme de años de escritura anterior donde me centré más en la poesía y cuyo estilo ya no me representaba. Quería escribir una novela con un lenguaje diferente. Va de lo que todo el mundo entiende, no es que haya algún secreto. «Un poco de tu leche» es una novela sobre la infancia, la pérdida de la inocencia, la violencia, la familia, la muerte de seres queridos, el duelo y la construcción de la propia identidad.


La ilustración final es de Paqui Cazalla (@paquillamelon en instagram), una ilustradora maravillosa. Le pedí que la realizara por la parte de cuento, por ofrecer una imagen ficticia que adultas y niñas comprenderían perfectamente. Fue genial trabajar con ella porque tenía clara su imagen y me preocupaba que tras el libro pudiera parecer una niña sexualizada. Creo que conseguimos todo lo contrario, la inocencia sin cuestionar, por eso quise incluirla.

Todas las imágenes han sido proporcionadas por Lara Losada.

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