La forma del lenguaje: Poesía italiana contemporánea

Foto de portada: Pinterest

Así habló Papirio. Ya era noche
y llovía. Pongámonos a salvo,
dijo, y avivó el paso no advirtiendo
que era suyo el lenguaje del delirio.

Eugenio Montale

Curaduría: Chiara Di Luca & Alberto Pellegatta

La tradición literaria italiana es antiquísima. Y, posiblemente, sea de las escuelas poéticas más especiales para mí. En los primeros años de la universidad estudiaba el curso de Antropología Religiosa, basado en la obra intelectual del sacerdote y filósofo italiano Luigi Giussani. La metodología empleada por él era la de expresar sus hipótesis y reflexiones mediante ejemplos de corte poético. Aquí comprendí que la poesía no es solo una manera estética de ver la vida, sino que afronta los recónditos espacios de la incertidumbre y cuestionamiento humano. Posteriormente, gracias a la doctora Giuliana Contini conocí la obra de Dante Alighieri. Gracias a su Canto V realicé el traslado de Informática a Filosofía y Religión. Nuevamente, sentía que mis latidos estaban en la voz del florentino cuando buscaba su camino hacia el Empíreo. No hay más, solo eso: una profunda necesidad humana de encontrarse. ¿Qué es el misterio? ¿Qué es lo revelado? ¿Qué es aquello que nos mueve a tocarnos y desfragmentarnos?

La poesía italiana no es solo Dante Alighieri, también están las voces de Gabriele D’Annunzio, Alda Merini, Mario Luzi, Giovanni Pascoli, Maria Luisa Spaziani, Eugenio Montale, Guido Ceronetti, Cesare Pavese, Pier Paolo Passolini, Francesco Petrarca, Giacomo Leopardi, Margherita Guidacci, Alba de Céspedes y Bertini, Amelia Rosselli, Grazia Deledda, entre otros destacados autores actuales. Voces que se traducen como gritos humanos. Composiciones que alcanzan una madurez diferente, una que divaga entre los avatares de la historia y de lo cotidiano. La sensibilidad enmarcada en una tradición literaria histórica y trascendente. Las épocas, la filosofía, la religión, el arte, la política, la inmanencia, la historia de los pueblos, la búsqueda del ser, etc. Todos los caminos conducen a la gloria de un humanismo diferente que se engloba en los versos clásicos y en estructuras modernas.

Por eso, acoger la literatura italiana nos abre puertas a mundos distintos e impensables. A universos que abarcan una teoría especial: la existencia humana como existencia revelada. Por ello, mostramos esta muestra de poesía italiana contemporánea. Algunas voces destacadas, y nominadas al Nobel, así como algunas voces jóvenes que se abren paso. A continuación, presentamos esta muestra titulada «La forma del lenguaje».


Silvia Caratti (Cuneo, 1972). Se diplomó en música en el Conservatorio de su ciudad y es licenciada en Historia de la Música por la Universidad de Turín. Sus poemas han sido publicados en la antología de Mario Santagostini I poeti di vent’anni (Stampa 2000), en diferentes revistas y en la antología de Cucchi y Riccardi, Nuovissima poesia italiana (Mondadori 2004). Su primer libro, La trama de los metales (Lietocolle 2000) ha ganado el Premio Matacotta. En 2017 ha publicado Cartas para una vuelta (L’Arca felice). Se dedica a la catalogación de material musical y vive en Turín.

***

Es la aspiración a la materia
De la que está hecho el humor de tu ojo
El secreto esponjoso tejido en tus vértebras
Torcidas, tus pequeños riñones morenos
Bajo haces musculosas
Quedan silenciosos los nervios
En la oscuridad de tus coronas
Que voy sondeando con mi lengua.

Es la exposición de la materia
Que se incuba húmeda y enjaulada
Que vive de vida propia y late
Defendida del espeso hueso externo.
Que quisiera romperte amor. Y entrar.

***

Es inflexible la materia y eterna:
¿Si nuestro amor lo fuese,
Si fuese una molécula,
una célula enloquecida y en gangrena,
una lenta epidemia devastadora
una cosa putrefacta?

Tiendo sutilmente a la muerte, lo sé,
y por eso me odias y tienes razón
pero las suaves máquinas humanas son un misterio
si te atraen las partes tibias e indefensas,
los lados deficientemente proyectados
el horror de mi pecho liberado.

Transmite máquina te ruego
Prodigio de silicio
Mi mensaje que dice,
que quisiera decir.


Lorenzo Caschetta (Módena, 1975). Trabaja en  Correos. En 2001 ganó el Premio Dario Bellezza, luego el Premio Daba. Anona (Lietocolle 2005) ha sido su primer libro. Su ultimo libro es Convalescenze (Stampa 2013).

Anona

Del fondo de la cola quisiérais
– pero Cacciagallina tiene los brazos apoyados en los lados –
pulsar desde los labios cuando sea bastante
para que no sean subrogados:
pedir la luna cándidamente.

Cuánto el papel no comprende.
Veinte gramos de encanto:
tanto faltan las golondrinas.

Sube lana de conejo
Al lugar de la luna.

Oscuridad de Lucania

La oscuridad es este lobo inmenso
Que huele torcido
En las montañas los bosques el corazón y sobre la tierra entera,
Que huele desde el comienzo
Por primera vez.

Entre el Vulture y el Pollino acostado
asedia su presa de luz,
sean luces de poblados
o faros de coches relámpagos desmigados.

Y me parece estar en camino
Un reloj en el bolsillo de Lucania
Más allá de la hora del perro.

Y me distraigo en el cruce
Si por calles de angustia
O por un camino no trillado de estar vivo.


Federica Galetto nace en Turín. Poetisa, escritora, artista colagista, traductora, apasionada de lengua y literatura inglesa y americana. En julio 2010 publica su primero poemario Le cose contro vento (Las cosas corren contra el viento), en 2011 Silent is the House (bilingüe, inglés-italiano), en 2012 Nell’erba il punto (En la hierba el punto) y Stanze del nord (Habitaciones del norte), en 2013 Assorta la corda vira (Assorta la cuerda vira); la colección de cuentos Fuori nevicano rose gialle (fuera nieva rosas amarillas) con Simonetta Sambiase, Repentina luce (Repentina luz), antología de traducciones de textos de Dante Gabriel Rossetti; en 2014 Traducendo Einsamkeit; en 2017 la novela Anouk, en 2019 Ode from a Nightingale/Ode da un usignolo. Sus poemas, cuentos y traducciones han sido publicados en varias revistas, blogs literarios y antologías editadas por Perrone Editore, Mondadori, Puntoacapo Editrice entre otros. 

El espacio vacío que construí

El espacio vacío que construí
en los colores de amargas respiraciones
Desbordantes criaturas sumergidas
independientes
Y se detienen
al único movimiento inusual que
afecta al aire
Entre las miles de inclinaciones
alcanza los tonos
Luces exasperadas sin contorno
empujan
Y las calles no creen
al peso aplastante
No ayudan las huellas hechas
Me calmaría un temblor si sólo
pudiera dominar el edema naciente en el pecho
y la pierna inmóvil que me detiene la carrera
Desconecto un rayo remoto en mi vida
lo tiro al sol que conozco
Porque nunca me pierdo

Alguna vez

¿Has oído hablar de mi alma de granito?
Una corona que tararea arriba, un collar
acorazado en el cuello.

¿Has visto mis ojos de agua?
Dos gemas en el centro, una alegría
desbordante en una bandada de gaviotas
volando hacia el corazón de la tierra.

En una carrera contra la quintaesencia afligida,
allí encuentro un banco de hielo, un límpido linaje
del que desciendo como una reina sin rey.

Y aún gotas fluyen, el cielo se ha disuelto
en una nube oscura donde me siento a la espera de que vuelva
el día, espléndida pantalla de devoción
en una niebla.


Gabriella Grasso (Catania, 1971). Es estudiosa y docente de lingüística de la LIS (Lengua de los Signos Italiana), de la que es intérprete y sobre la que ha publicado algunas contribuciones dentro de los volúmenes Grammatica dei segni (Gramática de los Signos), editado por Zanichelli, Bolonia y Viaggio nella città invisibile (Viaje en la ciudad invisible), publicado por Del Cerro, Pisa. Colabora con el blog literario “Letteratitudine” de Massimo Maugeri y con la revista literaria “Lunarionuovo”. Es apasionada por la LIS, la música y la poesía: tres formas diferentes y poderosas de comunicarse. Quale confine (Kolibris 2020) es su primero poemario.

Dónde colocar la cabeza

El hijo del hombre no tiene
paz y hogar bajo los cielos del mundo
Los zorros, terminada la cacería
que los vi
ahora presa, imprudente objetivo
ahora depredadores cínicos
se retiran sin remordimientos
sin rémoras ni temores
en la madriguera de toda la estirpe

El hijo del hombre
siempre está vagando bajo los cielos del mundo
Los pájaros, después de muchas vueltas
las parábolas de una existencia
que ya no pide al Creador nada más
que un espacio del cielo
se retiran a sus nidos
a disfrutar de la tranquilidad

Los hijos de los hombres en marcha
aquellos a quienen les ha tocado el destino
de arrancar y anhelar raíces
tienen barriles quemados por el sol
brazos cansados para seguir cosechar
y el jefe inclino para esquivar
los azotes del viento enemigo
y una copa de nudos y boquillas
que por la noche no saben
donde lograran posarse

Cuál frontera

Cuál frontera
entre tú y yo
cuál contorno
a las siluetas y a los plenos
qué vallas
a nuestros terrenos

Si tu hijo
es húngaro
y en mi
corre sangre ghanesa
y en el fondo
estamos en el mundo
siameses
entre nosotros
y el espacio que hay alrededor

Cuál distancia
entre los objetos
de este universo
si el tiempo
es un circuito solamente
y el objeto
una sola
entre tantas
posibilidades

La interfaz sigue siendo
como líquido limes
donde fluye el acuerdo
entre los ritmos de latidos otros
y fluye el diálogo
entre las partituras
donde la onda es armonía

Todo lugar se convierte
creación y memoria
y dentro de la historia
la gente se convierte en lugares
en cuyo movimiento revive
la confusión y el reencuentro

Las raíces se convierten en frutos
y de frutos se alimenta todo ser humano

Cuál fondo
si la escucha y la cuento
la migración y el encuentro
serán para nosotros
la única manera de estar en el mundo


Michele Nigro, (Nápoles, 1971). En 2016 publicó su primer poemario Nessuno nasce pulito (edizioni nugae 2.0). Ha publicado la colección de cuentos Esperimenti, el mini-ensayo La bistecca di Matrix; en 2013 la primera edición del cuento Call Center, en 2018 la segunda edición Call Center – reloaded y la colección Poesie minori Pensieri minimi, en 2019 el poemario Pomeriggi perduti.

Las cosas buenas de siempre
(La dispensa)

Y antes de irse
me aprovisiono
de imágenes y de viento
de estrellas surgiendo
de colores y zumbidos
en el silencio de la esquina,
llenar los ojos y la mente
con calles desiertas
hojas moribundas
frutas colgando del tiempo
y la voz de ella
que me alcanza en la ausencia.

Nubes negras se ciernen
sobre las cosas que cambian
impulsadas por los primeros suspiros
otoñales, todavía no
decidí decir adiós
a este maldito verano.

Son buenas para el alma
el sonido lejano de una campana
las montañas definidas por la última luz
el saludo de un amigo que estudia la psique
las raíces comunes a las que hay que volver
el viejo y su perro
en busca de los años perdidos
enterrados quién sabe dónde
como huesos de historias descoloridas
los terrones marrones de tierra arada
que pronto acogerán
semillas del futuro.

Observando una bellota
en la palma de la mano
vuelvo a ver al joven
que no se hizo famosa
tabla de roble polilla
de las obligaciones
pero ágil desco
para los banquetes frugales
para beber vino
y hacer versos.

Antes de salir
en codiciosas dispenses
guardo
las cosas buenas de siempre,
para los inviernos
que no llegarán tarde.

El momento perfecto

Existirán, un día que ya no llamaremos día
también para nosotros
un tiempo y un espacio
(no más tiempo, no más espacio)
donde diluir la vida incomprendida, la fallida
y la no digerida, en la que dispersar
las cuestiones de principio y los afanes
las fricciones diarias del inútil hacer
los orgullos de la carne y los rangos.
Donde todo será casi paz, injuriado e incoloro
o colorido al gusto, con las manos y los pies de la noche caminata
de estrellas y vino, suspendidos
sólo una música suave y recuerdos suaves de
una cierta vida dejada atrás, allí o allá arriba
en algún lugar, ya sabes… sin nombres de ciudades,
o de calles, o apellidos extraños, o números cívicos y de teléfono.
Desconocidos, ignorantes e ignorados
para siempre.

Ya no nos importará nada
porque nada seremos.
Quizás vivos, quizás no
de cualquier manera, no lo averiguaremos.

Por fin
sonriendo, sin saber cómo
nos olvidaremos
en las aceras del universo.


Michele Gangale, originario de una pequeña comunidad calabresa arbyresh (Carfizzi), estudió Literatura en Bari y Filología moderna en Padua. Vive en Duino Aurisina, donde fue cofundador y presidente de la asociación cultural “Il Circolo 1991 – Krozek 1991”, creada para poner en contacto las diversas sensibilidades culturales del territorio. Sus escritos de ficción y no-ficción sobre las migraciones y las diásporas han aparecido en las revistas “Temperanter”, “Mesogea”, “la Battana”, en las antologías editadas por el CACIT (Coordinación de las Asociaciones y de las Comunidades de los Inmigrantes de la Provincia de Trieste) y en la publicación Libri migranti (Libros Inmigrantes), editada por Melita Richter. Enseña en Penny Wirton, escuela de lengua italiana para inmigrantes.

Partir

El vio las cuevas ennegrecidas,
sombrías como la oscuridad
de la noche de invierno en el pueblo.
Asustada,
el barquero estaba buscando
que le recibiera en el arca,
la devolviera a las tierras
de la piedra y de la retama.

Quería marcharse, alejarse
de las cuevas ennegrecidas.
Pero la hora en que las miradas se ablanden
ya había trascurrido en Duino,
ya se había ido el barquero,
y las calles estaban apagadas.

La palabra o la oración
podían quizás calmar
la espera en ese desierto.

Mañana
podrá recorrer quizás
el sendero a lo largo del río,
seguir el curso de las aguas y por la noche
estar en un país menos frágil.
El icono de santa Venera,
donde empieza el pueblo,
acoge a los viajeros y a los desaparecidos.

Esto lo contaba en sueños su abuelo,
caminante en tierras lejanas, sorprendido
varias veces por la noche.

San Martino
A Piero

Para el padre de Piero,
en aquel día lejano
terminaba la vida dura:
cada día
zapar la tierra de los demás,
dividir las cosechas cada vez,
nunca ver la floración.
Varias veces
en el carro había cargado
las cuatro sillas y la mesa
para buscar otra granja.
Iba por campañas mudas
que la niebla entristeceba,
calles
por las cuales no pasaría otra vez.
Pero un día lejano
del milnovecientossesentayuno
terminaba esa vida
hecha de frío y de miedo:
ese día el padre se iba
hacia un nuevo destino,
San Martino
acompañaba a sus pasos.


Vida Bardiyaz, nacida en Teherán, es doctora en sociología e investigadora, así como autora de diversas producciones literarias (poesía, cuentos y traducciones del persa), publicadas en varias antologías y revistas especializadas. Un tempio per il dio ignoto. Manifesto per un dio liberato dalle religioni (Un templo para el Dios desconocido. El manifiesto por un Dios liberado de las religiones) es su primer poemario, dedicado a toda la humanidad.

La abuela

Cuando la abuela
era esas pequeñas mejillas rojas
en el alegre marco de dos trenzas traviesas
y esos grandes ojos curiosos
ardientes en el encuentro entre imagen y sorpresa
el día vagaba en el aire
como una cometa naranja
la realidad
era el vuelo continuo de la fantasía
en las azules extensiones
el camino
la huella de las libélulas
en los frescos arbustos de las campanillas
y la meta
el rincón de verano de hormigas
celebrando la abundancia de la comida
y del trabajo.

Cuando el sueño
estaba lleno del largo susurro de los cuentos de hadas
pregno del enigma del cielo
y de la meta secreta del rivo
cuando la gana del saber
atrevido
se extendió hasta los límites de las preguntas
cuando las ondas agitadas de los dedos
se forjaban escribiendo
y dibujando
en el toque de una forma
o en el descubrimiento de un secreto
abuela
era un aire blanco y denso
que sabía a lluvia.

¿Qué es el cielo?
La casa de Dios
Quién es Dios.
Dios… es Dios.
¿Y la inmensidad del mar?
Se traga a las doncellas rebeldes.
¿Y el destino de las calles?
La oscuridad en un castillo horrible.
¿Y el sueño?
Sólo existe para despertar.

 Y así
la virgen transparencia de la infancia
se rigió de las agudas sombras de los preceptos;
los secretos y las libélulas
permanecieron solos en los verdes senderos de la infancia;
las extensiones azules
se vaciaron de la contemplación;
la mirada se colgó en el espejo.
La juventud brotaba en la suavidad rosada del pecho.
Cuando la abuela
era un pistilo fértil en el molde blanco de la novia
el cielo
el cielo estaba tan lejos.

El tiempo fluía detrás de las ventanas,
los arbolitos maduraban en silencio
y la hinchazón del crecimiento
hacía florecer los capullos en mariposas
pero abuela
clavada en la estéril cáscara de la casa
era sólo el útero y el seno
una mirada a la altura del techo, a la longitud de la pared
un pensamiento lleno de ropa tirada en el viento.
Detrás de las cortinas cerradas
y en el entumecimiento de la mente
el azul fluyente del horizonte
se rapeaba en el estanque de la ventana
y el suave flujo de los dedos
en la forma de una herramienta que sabía a cebolla.
Detrás de las cortinas cerradas
y en el entumecimiento de la mente
el cielo era un sentido perdido
entre la oración
y el lugar donde las camas llegan a la noche.

Ahora la abuela está muerta
y añora es nostalgia ese brillo húmedo en sus ojos.
Nostalgia de la madre:
de aquellas manos, prodigias como el amor
del abrazo que olía a leche y refugio.
Nostalgia de la esposa:
de ese cuerpo entregado al deseo y a la ira
la nostalgia de los hombros que hacían llegar desde el muro hasta la ventana.

Ahora la abuela está muerta, pero
nadie añora a la doncella de ojos grandes y curiosos;
nadie piensa en la metamorfosis del fin en medio
y de la abuela en hembra; nadie se preguntará nunca
Ese inquieto flujo de dedos que mensaje tenía.

Mañana.
cuando el mañana
encenderá de nuevo el día en las ventanas
la tormenta del tiempo soplará en las tramas de la éxtasis
y la abuela
será el lugar vacío de un jarrón
en el polvo sobre la mesa
en el paso del viento

Génova 83-85

Evocación

La distancia era tan grande:
del contorno metálico de un balcón
hasta un patio anónimo
perdido entre muchos otros.
La distancia era mucha
pero al alcance de mi mirada
pero al alcance de su sonrisa
(iluminado por el borde dorado del cabello)
que se derramaba apacible
generoso
inexplicable.

La distancia es tan grande:
de los recesos del pasado
a los clamores del presente
sino en el acto de nombrarte
Recuerdo que la llamaba “Hada”.
Ela sabe que hoy estoy pensando en ella
y tú
no sabrás que un día
estoy pensando en ti.

Génova 1987


Eloisa Ticozzi (Milán, 1984).Actualmente está estudiando medicina en la Universidad Estatal de Milán. Escribe para el periódico en línea “Milanofree” en la categoría Exposiciones y arte. Estudia la lengua rusa por su cuenta. Sus poemas han sido publicados por rupe Mutevole Edizioni en la antología Il sentiero delle muse (El camino de las musas). Figli segreti (Hijos secretos, Kolibris 2019). Ha obtenido una Mención de honor al Premio Lorenzo Montano 2018 y al Premio Internacional Independiente 2018.

***

Por la noche, las venas escupen el alma
de corredores de sangre en el aire

los objetos en la oscuridad
tienen contornos que se asemejan
de trompas vacías de elefante

mi cara se parece a sí misma,
los ojos brillantes que mienten su propia luz
y en la boca frases acumuladas con desorden.

No soy una chispa de fragilidad perdida
que se alimenta del duermevela de los ojos,
no tengo pedazos de oscuridad en mis manos.

Farnético la belleza de los océanos humanos
cuando la presión de aire presiona la cara.

La noche viene de las almas del universo
que la dibujan

Toda la noche amo el mundo
Toda la noche yo vivo.

***

Las palabras que yo decía
como refugios de oraciones y creencias
clandestinas

el deseo de concentrar la vida y la muerte
en la palabra más secreta del cuerpo.

ese único ojo del universo me llamaba a si
y yo seguía siendo un animal
que se desnudaba de carne y de piel,
de su lengua cortada por las palabras

y los pies descalzos sobre la tierra
hacían crecer el silencio que entraba
en las venas abiertas de contemplación.

Deseo ese desorden inmenso
que crea la vida, cueva de oxígeno
que proviene de un número primo y sagrado

pero soy prisionera de palabras ocultas,
nunca explícitas de auténtica religiosidad,

y mi sombra suave consumida por la calle
se refugia en flores que cantan profecías de tallos.


Elena Cornaggia, Publicó «Monologo addosso» con Edizioni Kolibris en 2019

*** 

Detrás del valor
de una hoja
existe el respeto
de un pensamiento
distante pero acostado

***

Me quedé
desnuda
como todos vosotros
en los ojos
pero os miré
desde un ángulo
sin vendas en la boca


Michela Gorini (Pesaro, 1971) psicoanalista lacaniana. Escribe y trabaja desde hace años sobre el tema del cuerpo y del femenino, y ha celebrado numerosos encuentros. Ha publicado poemas en numerosos litblogs y revistas literarias. La tua formula invertita femmina (tu fórmula inversa femenina) es su primero poemario. Su segundo poemario está inédito.

los vuelos no son ligeros

todo se quema sin heridas aparentes
sin quemaduras sin corte ni mordida
todo arde sin fuego

existe una dimensión del lenguaje que
te ablanda el cuerpo porque eres [ser] en el mundo y
se convierte en el linchamiento brutal dispara mil vuelos y
no sabemos, pero los vuelos no son ligeros sino animales y
te comportan avispas picaduras insidie veracidad encima

me siento sólo ojos [un cuerpo que no veo y no siento]
ninguna dimensión para saber dónde está la extensión
sólo ojos ni siquiera agradecidos por la dosis diaria

luego hay los ángeles
sin ver oyen
sin tocar y
ven siempre
cada año en cada
separación

el vuelo ligero
incluso cuando nadan
luchan por el aire y
te llaman
y sólo puedes

responder a la corriente
generadora instantánea
que aparece y desaparece
en dirección aparente

tengo que ensuciarme

la oscuridad aparece y
me quedo de pie aburrida
demasiado llena de palabras cansadas
demasiado fina demasiado fuera de toda medida

demasiado disperso
se manifiesta como hablo
mi dolor la palabra muda
que gime ama y habita el llanto

la que termina con el rostro
entre las manos y se queda con el vacío

en las manos


Valentino Bellucci (Weinheim, 1975) ha enseñado en las universidades de Macerata y Urbino. Actualmente es profesor de Historia y Filosofía en los institutos italianos. Se dedica desde hace años al estudio de la cultura védica y ha publicado un ensayo sobre la mística india más esotérica: El yoga devocional indio. El Vaishnavismo (Xenia 2011). Cuenta con importantes ensayos y artículos de filosofía y orientación. También se dedica al Bhakti-yoga dentro de la milenaria tradición espiritual de Maestros calificados (brahma-madhva-gaudya-sampradaya). Pinta y se dedica a la poesía. Su obra tiene el objetivo principal de divulgar una tradición espiritual y científica capaz de proporcionar a la sociedad occidentalizada los instrumentos para extirpar de raíz sus males sociales y psicológicos.

El chaman de las posibilidades

Te dicen que eres un montón de átomos y luego un simple polvo.
Es falso. Eres luz, fuego y música. Puedes crear universos para siempre…
Te dicen que tienes un destino y nada puedes cambiar.
Es falso. Cada momento es una encrucijada, una vida nueva, pero sólo si te conviertes en chaman…
Te dicen que todo deseo es dolor…
Pero sólo el deseo separado de la luz es doloroso,
mientras que cualquier otro placer sagrado es corazón danzante.
Todo es posible y en sus oraciones el chaman
hace de cada grano de arena un mundo
y de cada mundo una gota de rocío…

Te dicen que ya has perdido.
Pero la victoria más grande nadie puede quitártela.
Es la victoria sobre ti mismo.

El canto al fuego

Arde. Es poesía que devora todo y purifica en cenizas,
lenguaje último que ningún dios puede modificar.
Quema. Fuego, lengua de Dios,
lenguaje perfecto
que siempre escribe dejando una señal clara.

Quema, eres el alma hecha visible.
Porque el alma es un fuego que quema el cuerpo
y luego otro cuerpo
hasta que, sacia, se dirige hacia arriba,
hacia su origen.

En el Absoluto los fuegos ya no queman,
no devoran. Se convierten en luz y cristal,
juego y simple baile…


Giuseppe Di Taranto, es un músico, cantante y guitarrista. En octubre de 2018, publicó la novela Il liquoere delle vergini (El licor de las vírgenes]¡) para la editorial a est dell’equatore.

Sábado 13

Me escribiré esta soledad
en la mano
así que si un día
tuviera que hacerse compañía
puedo copiarla en una hoja
como se hace con las tareas de matemáticas
y demostrar al mundo
que también es una fórmula
que no contiene el universo entero
y aún así lo capta interminable
en su ruidoso actuar
mudo.

19 Viernes

He intentado a menudo
a abrazar un roble
con mi apertura
yo cabía mil veces
en su circunferencia
con el pulgar y el índice luego
cubría todo el tallo de una flor

distingo
nuestra supremacía
de la impotencia que nos habita
siempre hay alguien
algo
que imparte lecciones
de aceptación de la realidad.

Nos miramos a nosotros mismos
a veces es el mundo que sucumbe
a veces nosotros.


Salvatore Schiavone en 2014 publicó con el editor Piero Manni la obra Geometrie, incontri e vegetali  (Geometrías, encuentros y vegetales).

Salvatore Schiavone, Dalle terre emerse

Una carrera contra el tiempo, que evoluciona antes de que cesen las condiciones favorables, antes de que ocurra la catástrofe que conduce a la extinción.

Agua y vida del polvo interplanetario, expandiéndose en todas direcciones como una raíz.

Mide la distancia en pasos, contrasta la inundación con tus manos, baja la cabeza, lanza al cielo estrellado.

***

Una carrera contra el tiempo, evolucionar antes de que cesen las condiciones favorables, antes de que se produzca la catástrofe que conduce a la extinción.
El agua y la vida del polvo interplanetario, expandirse en cualquier dirección como una raíz.
Medir la distancia en pasos, contrarrestar la inundación con las manos, cabeza abajo, lanzados al cielo estrellado.

***

La coexistencia de millones de especies, resultado final del proceso evolutivo. La adaptación a nichos ecológicos que desemboca en el predominio.
En los árboles el secreto de las nubes, ser manipulados por las plantas, engañar al animal dominante.

Porque, a pesar del ensañamiento, la depredación sigue siendo un hecho occasional, la casi totalidad de la biomasa.


Teodolinda Rosica publicó los poemarios  Lingua tra i denti (la lengua entre los dientes) y Graffiti 2.0. Ambos ganaron el premio Florencia/ Europa

Da sotto pelle il sale/bajo la piel el sal

Si bailan los árboles
si bailan las anémonas
si bailan las horas
¿porque
estás quieta y mirando?

***

Siempre se vuelve allí
en ese vacío que succiona
y escarba
que marca la piel con agujas numeradas
tienes que volver de vez en cuando
en la mente que te engendró
en el experimento que te mutó
en órbita

***

Partículas de vacío
limpian los átomos mutados
electrovalores descontrolados
en ráfagas de flujo ininterrumpido

He contaminado olas
devuelto falsos campos
a un imán sin brújula
y ahora tienes que lavarme bien
tienes que llegar donde el tiempo muere
y desatar tormentas
que intercambien fines y orígenes
y sombras con cuerpos en movimiento perpetuo

Tienes que encontrar el núcleo
sacudir las cargas
anular las leyes
debes llamarte Arte


Stefano Serri (1980) ha traducido y editado textos de Ernest Pépin, Jean-Baptiste Para, William Cliff, Hector de Saint-Denys Garneau y otros. Entre sus obras mas recientes, Eurovisione e altri testi teatrali (Eurovisión y otros textos teatrales, 2018), los poemas de Se ci fosse luce (Si hubiera luz, 2019) y Cerco casa (Busco casa, 2020) y el ensayo Idropatici. Storie di poeti e di liquori (Hidropáticos. Historias de poetas y licores , 2020).

Yo soy el león

Pero yo no soy Orfeo
que con su lira suave
quiere hacerle cosquillas al infierno
para que escupa los restos
de los que amo.
Soy Hércules, el rojo, el león.

Yo corro gruñendo en las zanjas
no bajo ni tampoco me rebajo
perforo la corteza y entre los gusanos
me quedo roncando y la muerte
sabe que es mejor desaparecer.
Yo estallo de resurrección.

No pido con calma: ¿Eurídice
Dónde la puedo encontrar?
Arranco a la mujer que amó
y vacío el infierno lo dejo
porque para los nacidos en la tierra,
el futuro es descubrirse de luz.

La mano que me falta

Me gustaría cielo – sólo lo que me falta
el cielo en todas partes hermoso, el cielo muestra de amaneceres,
azul más allá de la muerte: quisiera besar las estrellas
y aferrado a la oscuridad luego estallar en el sol.
Suena sentimental, una emoción,
pero estas estrellas me son negadas.
Sólo puedo mirarlas y contarlas
o escribir un poema perdido en ellas,
sentir su dolor en el parto y la luz alrededor.
¿Nada más? ¿Subir, no? ¿ No puedo subir
yo también y no seguir siendo un pedazo?

La muerte no es suficiente para hacerme cielo.
Pero si en el hueco de la mano busco
la mano que me falta
me encuentro: al padre se devuelve el hijo
y también al poeta le queda finalmente
la paz de las estrellas fijas.


Francesco Benozzo, poeta y músico nominado al Premio Nobel de Literatura desde 2015, Kolibris publicó los poemas Onirico geologico (2014), Felci in Rivolta (2015), La capanna del castaggia (2017), Stóra Dímun (2019) y Poema desde el borde del mundo (2019). En 2018, Edizioni Kolibris publicó Como una estatua en la niebla de la épica, una colección de escritos críticos sobre su obra poética y musical.

I.

Prólogo.
El vacío en el que la energía y la materia se cancelan mutuamente.

En Retalmárnor, antes de cada antes,
cuando las escamas azules luminiscentes
aún no se había helado sobre el pez dragón
y Ferdheníal aún no tenía nombre,
en Retalmárnor, dentro de cada interior,
en el mundo sin alta y sin baja
Lundhái la mota de polvo
fue arrastrado por una onda de sonido
y donde una vez había flotado fuera del tiempo
quedaba una fisura, Litaliódh,
la cicatriz de la cual surgió la canción
la nostalgia de la que todo cobró vida
la primera sílaba de todo el Máelverstal.

III.

La radiación separa nuevas formas de la fuerza electromagnética.

La maravilla de la fluctuación desconocida:
todo sucede de una sola vez
que burbujea y tiembla, una espuma delicada
que crece en exceso – metamorfosis –
una locura vacilante, un ritmo en el tiempo
una ráfaga casual que se comprime,
que se deforma, expande, confina
una carrera inesperada que crece
resonante, abrasador, impenetrable.


Alberto Pellegatta (Milán, Italia 1978), licenciado en Filosofía en la Universidad de los Estudios de Milán, estudió también en la Universidad de Barcelona. Ha publicado, entre otros, los libros de poesía Mattinata larga (Lietocolle 2002), La sombra de la Salud (Mondadori 2011) e Hipótesis de felicidad (Mondadori 2017). Textos suyos han aparecido en la antología Los poetas de veinte años (Stampa 2000), en Novísima poesía italiana (Mondadori 2004) y en Almanacco dello Specchio(Mondadori 2006). En 2005 fue ganador del prestigioso Premio Cetona, así como del Premio Nacional de Meda y del Premio Amigos de Milán. Dirige la editorial Taut y colabora con revistas y periódicos. Es critico de arte.

Osos

El oso blanco es el animal más amado por los niños de buena educación alpina. La alzada es de un metro y el peso alcanza los ochocientos kilos. Persigue a los grandes peces polares. Además del Kodiak y el oso gigante de Alaska, entre beis y marrón oscuro, está el hombre-oso. No obstante su pesado caminar de plantígrado y la vestimenta de duro, es ágil y, si es necesario, escapa rápidamente de las agresiones. La barba larga y los vaqueros ajustados no le ayudan durante el apareamiento, pero atraen a otros ejemplares. A pesar del aspecto fiero se deja acariciar fácilmente. Incluso siendo un solitario, al llegar el invierno se vuelve inquieto, pierde el apetito y se pone a buscar una discoteca. Como repiten las comisarías, es ávido de miel. En cuanto advierte que empiezan a escasear los chicos, no duda en emprender largas migraciones.

Giacomo o sobre la infancia

Haces bien en no pronunciarte, las frases
no te dejarán ya en paz.
Por completo en rojeces dependes
de nuestros preconceptos.

Al final no hay nada más importante
que expulsar líquidos del cuerpo.

Hasta la primavera nos perjudica
recubierta de esporas. Gritas
bajo nuestra altiva magnolia.

Aprenden a volar a mitad de junio,
cuando ya no te cabe el cuerpo en la ropa.

Tendrás tu restaurante favorito, zapatos
y abrigos de la envidia.


Chiara Di Luca, es poeta, fotógrafa, videógrafa y traductora de inglés, francés, alemán, español, portugués y holandés. En 2008 creó Edizioni Kolibris, una editorial independiente consagrada a la poesía extranjera en la traducción. En 2015, creó la revista internacional Iris News, dedicada a la poesía en traducción, literatura migratoria, bilingüismo, artes y fotografía. Su sitio web es http://chiaradeluca.net

La espina

Hechizo del alma que roe
errores de las alas,
mi alma animal
Te extraño entre mis manos
en primavera cuando corro sola
mi mirada ahora es la tuya huérfana
se desliza sobre su deserción fetal
en el nicho en las paredes medievales
entre la garganta profunda y la lengua
de la tierra sellada rápidamente corro;
sobre su brazo retorcido en un gancho
mientras en el aire las otras olas
la daga afilada que destripa rápidamente
la distancia, se hunde en su carne caliente;
sobre su cara temerosa por el dolor
sus ojos cerrados con fuerza al no ver
la espina que desgarra la vena
con su veneno viola su sangre
Su tallo brota,
me pega con desesperada ferocidad,
mientras ya aparto los ojos
Salir y acelerar mis pasos.

Correr

I

Bajo el sol o el hielo del invierno,
cuesta arriba, entre campos, sobre el asfalto,
en el agua, en la niebla, en el lodo,
cuesta abajo, en medio de la nieve, en el en el calor,

bajo aguaceros torrenciales
o las agujas de una llovizna pertinaz,

enfrentada a los vientos contrarios,
a las olas cuando la playa está desierta
la voz a mi paso es canto

correr es embriaguez de vida,
banquete de libertad absoluta,
fiesta en la noche que te anula
la razón para devolverte
las secretas fuerzas del cuerpo;

Es un baile salvaje con la existencia
cuando me siento traicionada por ella,
es fuerza de amor que en la soledad
del viento se hace escucha elegida,
en el abandono reconciliación.

Forja de versos que hay que tomar al vuelo
en el bocado que mastico y trituro,
visión que hago rodar por la garganta

para que no se pierda en la oscuridad,
hasta que en los horizontes del cielo vuelvo

a no estar sola una vez más interpretando
el paso a la carrera del aliento.

Es oro en la miseria, plataforma para alzar el vuelo
sobre el abismo, base de lanzamiento
de cada una de mis resurrecciones.

II

Correr y correr me ha aportado
paciencia para alimentar la esperanza,

Capacidad para estar siempre a la escucha
del cuerpo como si de un concierto se tratara.

Me ha enseñado a huir de los licántropos,
de la codicia que destroza corazones,
a salir airosa de las trampas humanas,
de los amigos frustrados en busca de favores,

a cepillar el polvo de las plumas de mis alas,
a sonreír ante el cianuro de los embaucadores
y los apretones sulfúricos de sus manos.

Correr me ha enseñado la tolerancia
al dolor físico y al dolor del alma,

la perseverancia en el intento de verlo todo claro
ante cualquier indicio y para empezar de nuevo
sin un horizonte de objetivos quiméricos.


Mario Gennatiempo (Cinquefrondi, Reggio Calabria 2001) Vive en Eboli. Acaba de pasar la madurez clásica brillantemente. En el 2018 publico su primer inédito Aforismario.  Joven destacado con una poesía interesante e intensa, joven con un gran impulso, sagaz que destaca entre las voces poéticas actuales. Antalogado en Planetaria, 27 poeti del mondo nati dopo il 1985 (Taut, Milano, 2020).

***

Llegué desierto
y me voy desierto
Lujosamente me alojé en marzo
con grandes botines de laurel.
Sus amadas flores agarradas
la madre cuidaba el suelo
ahora la tierra es polvo
atrapado en el peso de cada paso.

***

Ahora está lleno de escarcha, de oscuridad sin dormir. La aurora
devora algunas sobras de la pared, traga
cuencos enteros de cal viva. Poco a poco
agrieta los senos de la tarde sin cultivar, quemaduras
escupe caracoles secos, se desgasta.
Nada se apresura a quedarse en el vientre de los manantiales
muerte – solo carcoma, trabajo, restos
vacíos pegados a la piel.


Davide Cortese (Génova, 1994) Es autor de reseñas de libros de poesía en revistas impresas y en línea (Nuevos temas, Imaginación, Ranews Poetry, Golden blog, Trasversales, Anthos) y de intervenciones en volúmenes sobre el diseño. Ha publicado El vuelo indígena en Planetaria, 27 poetas del mundo nacidos después de 1985 (Taut, Milán, 2020). La monografía Fuera de la libertad: Bas Jan Ader y los rituales del abandono (Edb, Milán, 2017), un catálogo de dibujos Intermitentes de la naturaleza (Edb, Milán, 2018)

PTL

El paso de las tormentas dibuja topografías
vibraciones musculares
que no están encerradas.
Del sueño roto avanzo
entregado distraídamente entre lomos de colinas
me pongo a la lluvia.
En un blanco involuntario
dulce jadeo, su vestido
esconde el juego, míralo
enfoca tus manos en un tronco …

El vuelo indígena

Y me acuesto orgulloso de haber vivido
y padecido en seres distintos a mí.
Charles Baudelaire

Hablo con anteojos oscuros, de períodos en estocada
absorbido por toda la lluvia
Cortar un gatillo de colinas.
Ojos indulgentes en el monte
cerca de la lluvia un estruendo de la orilla presiona,
lo que baja a beber por la noche, entonces
los pilones para actuar como un tótem
No imagines los tambores quemándose detrás del arbusto.

Mientras tanto, el corazón está latente,
como si no tuvieras que ir a casa.

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