La Luz Negra, María Gainza, Editorial Anagrama, Barcelona, España, 2018.
Colección Narrativas Hispánicas.

La narradora que crea María Gainza intenta recopilar datos acerca de “La Negra” que tenía una relación especial con su jefa Enriqueta. La forma de abordar este enigma es a través de memorias distorsionadas por la subjetividad.
«Tengo una llave,
abro la puerta y entro.
Está oscuro y entro.
Está más oscuro y entro».
MARK STRAND
(p.85)
Este poema demuestra la función de la puerta como espacio liminar. La puerta: el intermedio de entrada y salida a un espacio oscuro. La búsqueda: el intermedio de entrada y salida a una biografía oscura.
La alegoría del concepto literal de búsqueda aparece reiteradas veces en la novela representada por la imagen figurada de la puerta. La actitud de la protagonista frente a ambas es querer adentrarse en ellas y ahondar en la información que contienen por más incierta e inconclusa que sea. Una función del recurso podría ser enfatizar la búsqueda, darle todavía más lugar dentro del texto.
En la segunda oración de la novela, se vislumbra la conducta de la protagonista con respecto a la información de La Negra:
«Un cartel en la puerta de entrada anunciaba que no había lugar, pero entré igual y pedí una habitación».
Una asociación implícita posible sería que ella busca información sobre la La Negra, y aunque parece no haber mucho contenido, abre la puerta de la investigación.
La segunda aparición de la alegoría podría ser en el misterio del despacho de Enriqueta que podría tener una… “puerta falsa”… (p.4). Luego, la puerta del Hotel Suiza que tenía “una atmósfera de melancolía y aventura” (p.14). Además, esta alegoría es muy visible cuando le aconsejan dejar de lado la investigación acerca de la vida de La Negra y ella reflexiona: “ ¡Ah! Nada como que te digan esa puerta no la abras para que uno quiera abrirla más que nunca”. (p.60) Este deseo también se manifiesta con transparencia en el siguiente fragmento: “Te dicen, no abras esa puerta y de golpe es la única que querés abrir” (p.88)
Toda esta búsqueda sin norte llega su fin en el cierre de la novela. En este final, se podría decir que «las puertas se entornan» ya que se detiene la búsqueda pero el recuerdo de la Negra persiste.

María Gainza nació en Buenos Aires. Trabajó en la corresponsalía de The New York Times en Buenos Aires y fue corresponsal de ArtNews. Durante más de diez años fue colaboradora regular de la revista Artforum y del suplemento Radar del diario Página/12. Ha dictado cursos para artistas y talleres de crítica de arte, y fue coeditora de la colección sobre arte argentino «Los Sentidos», de Adriana Hidalgo Editora. En 2011 publicó Textos elegidos, una selección de sus notas y ensayos sobre arte argentino. «La Luz Negra» fue recibida con entusiasmo por la crítica:
«Una voz narrativa que parece capaz de todas las proezas estilísticas» (Ernesto Montequín).
«Una voz sorprendente» (Qué Leer).
«Nueva y emocionante voz» (Cees Nooteboom).
(Imágenes y biografía extraída y editada de la página oficial de la Editorial Anagrama )