Difundir cultura, en esta época y contexto, es un arte complejo; posiblemente, un acto suicida. Empero, tenemos el agrado de encontrar movimientos y circunstancias que permiten abrazar novedosos espacios de intercambio. Uno de estos es el Miércoles de Poesía que está dirigido por el poeta salvadoreño Alberto López Serrano. Este espacio de intercambio cultural ya va por su programa 842. De alguna manera, Alberto ha sabido sortear los obstáculos de la pandemia, permitiendo que la poesía traspase fronteras y vaya más allá de estos, transformando el arte en una fiesta salvaje donde los sentidos extrapolan las pantallas frías y planas de la tecnología.
Pero esto no queda aquí, sino que logra erradicar las falaces concepciones de nacionalidad y fronteras, pues Alberto ha tenido un gran número de invitados que provienen de diversos países. Invitados de diversas partes del continente americano solo ameritan que los Miércoles de Poesía también son espacios de compañía, fraternidad, camadería y, como ya hemos dicho, intercambio cultural. Sin embargo, ¿de dónde nace Miércoles de poesía? Pues, Alberto López nos brinda un hermoso texto que logra explicar esto:
El Grupo Alkimia nace en enero de 2000 en El Salvador, fundado por escritores y poetas, y en abril de ese año se imprime el primer número de la revista que lo distinguirá: “Alkimia”. El contenido de la misma será cultura salvadoreña y universal con alto nivel. A finales de 2000 se inicia el Proyecto Cultural Alkimia, y este ampliaba el trabajo de la revista a recitales de poesía y música, charlas, encuentros de poetas, taller, coloquios sobre cultura, etc. En 2002 se crea la revista “Solopoesía”. Avanzado el 2002 se inicia el proyecto de MIÉRCOLES DE POESÍA. En 2003, se constituye la Fundación Cultural Alkimia, cuya directiva presidió el escritor Héctor Ismael Sermeño. Este año también se crea el espacio » Y Jueves también…» para ofrecer literatura, arte y cultura popular.
La Fundación Cultural Alkimia, como una entidad al servicio de la cultura, promueve la realización de eventos culturales, que comprendan todas las manifestaciones artísticas, literarias y de cultura popular de El Salvador, para ello ha creado y mantenido en el tiempo los espacios «Miércoles de Poesía» y » Y Jueves también», los cuales tienen sede en la Peña Cultural de Los Tacos de Paco, en la Colonia Miramonte, San Salvador. Con estos eventos se promueve y difunde la obra de valores nacionales consagrados y también de aquellas jóvenes promesas del arte y la literatura nacional, permitiendo también la expresión de artistas extranjeros que residen o visitan el país.Alkimia también persigue recuperar, fomentar y divulgar las manifestaciones artísticas, literarias y todas aquellas que enaltezcan el arte y la cultura, y contribuyan a recuperar la memoria histórica de los salvadoreños. Para ello, cuenta con las revistas Alkimia, el proyecto editorial, los proyectos de investigación y realiza una labor de difusión a través de los medios de comunicación social, espacios culturales y educativos.
El proyecto que se sostenido permanentemente es el de los Miércoles de Poesía. Estos han sido coordinados y presentados por Susana Reyes, William Alfaro, Salvador Canjura, y desde enero 2008 a la fecha están en la coordinación y presentación de Alberto López Serrano. En este espacio cultural se han presentado desde jóvenes que inician en la labor poética hasta figuras literarias consagradas de El Salvador y el extranjero. Constantemente se rinde tributo a los valores poéticos universales con especiales dedicados a las figuras clásicas de la poesía, al igual que a los clásicos salvadoreños. Los MIÉRCOLES DE POESÍA, con un trabajo constante y sostenido por diecinueve años de labor cultural y aporte poético al mundo literario de El Salvador, pretende una labor nada sencilla, única en la historia del país y la región, porque no sólo hay que conformarse con agradecer los esfuerzos, sino sobre todo los logros culturales obtenidos a lo largo del tiempo. Logros que nos comprometen a seguir trabajando cada vez más y mejor como Fundación Cultural Alkimia. Hace más de diecinueve años comenzamos un proyecto que quería aportar a El Salvador un espacio permanente para la poesía salvadoreña y extranjera. Le denominamos “Miércoles de poesía”. La peña cultural de los Tacos de Paco nos ha brindado el espacio y como Alkimia nos encargamos de organizarlo, planificarlo y difundirlo.
Desde marzo 2020, como acción frente a la pandemia de COVID-19, los Miércoles se han realizado virtualmente a través de su página de facebook Miércoles de Poesía, Fundación Cultural Alkimia. El proyecto alcanzó ya los 842 recitales. Un récord nacional y regional hasta ahora irrepetible. Nos sentimos orgullosos de ello y queremos compartirlo con ustedes.
Fundación Cultural Alkimia, El Salvador Héctor Ismael Sermeño (1954 – 2017): Aída Párraga, Susana Reyes, Nilson Alas, William Alfaro, María Cristina Orantes, Carlos Clará, Salvador Canjura, Osvaldo Hernández, Francisco Hidalgo (Paco) y Alberto López Serrano
Para ver las transmisiones en vivo, ingresar al siguiente enlace: https://www.facebook.com/MiercolesdePoesia
Pero para no darle muchas vueltas al asunto, presentamos una muestra poética con los autores del programa 843 de Miércoles de Poesía.
Carlos Alberto López Domínguez (Zacatecoluca, La Paz, El Salvador, 1972) Es uno de los fundadores del Taller Literario Simiente, del cual fue secretario de proyectos y relaciones públicas. (Década de los años 90), además fue miembro del Grupo Escritores de La Paz, Zacatecoluca, La Paz, El Salvador Centroamérica. Tiene estudios en filosofía en la Universidad de El Salvador, Relaciones Públicas y Comunicaciones en la Universidad Tecnológica de El Salvador. Es Diplomado en Gestión Cultural, Gestión Turística, Administración Pública y Periodismo entre otros. Por la actividad literaria y cultural ha viajado por Centroamérica, Cuba y China. Sus poemas han sido incluidos en el texto Escritores de La Paz (Dirección de Publicaciones e Impresos, San Salvador, Marzo 1995) y en las publicaciones del Taller Literario Simiente, en su Revista Cultural Literovida año 1996 y de la Revista Cultura Casa de los Cantos de la Casa de la Cultura de Zacatecoluca año 1997 y es colaborador en el Suplemento Cultural Tres Mil del Diario Co-Latino, suplemento de fin de semana. Es uno de los Poetas de Pos-Guerra o generación de la paz. Ha colaborado en Seminarios sobre Cultura Popular Salvadoreña, Cultura Latinoamericana y en la Promoción y Difusión Cultural a través de la Red Nacional de Casas de la Cultura de el salvador, en el año 2008, el Poeta Jorge Vargas Méndez, lo incluye al en la recopilación el Libro “Literatura Salvadoreña” 1960-200 Homenaje. Y en Octubre del año 2018 se presentó la Antología del Taller Literario SIMIENTE, con el que finaliza el ciclo dl taller. Desde el año de 2010 al 20 16 fue el Director de la Casa de la Cultura (Casa de la Interculturalidad), en los Planes de Renderos, San Salvador, del Ministerio de Cultura de El Salvador, en la actualidad es parte de trabajo técnico de la Coordinación Departamental de Casas de la Cultura de El Departamento de Salvador.
Querencias
En la memoria de los Poetas
José Leopoldo Carrillo
Jorge Alberto Ramírez
el primero compañero y catedrático
el segundo amigo y revolucionario.
I
La tinta pavimenta
páginas de mi poesía
Cree negras selvas
y las serpientes calles
llevan en sus lomos negros follajes
de mis letras
Los verdes edificios
son hoy constelaciones marrones
Por donde desciende las hojas
de mis versos
Deja que te cubran mi lluvia de yedra
y mis querencias.
Hoy veo tus senos
como mares petrificados
El bosque de mis cabellos
ya no tiene otoños
Tu y yo mordemos una brizna.
Otra cicatriz luminosa deja ver el tatuaje
de nuestras estrellas apagadas
Mi cuerpo ya no importa
El árbol de tu vientre
da signos verdes
Miro al cielo y solo hay más tinta negra.
Son ojos sin brillos en el tiempo
Hay un reguero de pestañas
en la cama del cielo.
Buscan un pispiliar de ojos ciegos
que el bronce del tiempo
los cegó.
Son miradas perdidas
en el hilo infinito de la luz.
Son latidos,
pulsaciones doradas
antes de la noche.
Te busco a tientas.
Mis dedos se pierden
en la bóveda revuelta de la cama
donde las estrellas
son ojos sin brillos en el tiempo
de la mañana
Y la noche se convirtió en hierro.
Mis ojos fueron brazas
que tu saliva apago.
Hoy son solo carbón
en la hoguera de tu beso.
En la cama del cielo
Chimenea de la noche
cuenca pétrea
de unas pestañas que no conocerán
nunca en el tiempo otros ojos.
Suave aleteo de ave
Cola hermosa de suave ave
que en vuelo acompaña las sombras
de tus piernas.
No ajenas a mi mirada
ni a la lujuria que al viento desatas
tu aire de falda corta.
Despliegas tus alas como sexo afilado
abriendo tus labios
de boca
semi desnuda.
Cada aleteo frágil o fuerte
golpe de amor
sacudiendo la campana de los cuerpos.
Navegas en tus cabellos
mezclando arrogancia
pasión
coqueteo voraz de indomable.
Y cuando despierta tu apetito
Eres furia
Gozando tus ciertos seudos deseos
para devorar tu presa
en la guarida sórdida de tu vientre.
Eduardo Javier Rappaccioli. (San José, Costa Rica, 1996). De madre nicaragüense y padre costarricense, se marcha tempranamente con su madre a Nicaragua. Creció en la ciudad de Diriamba, Carazo, donde permaneció hasta la edad de 22 años, regresando a Costa Rica en agosto del 2018, debido a la crisis acontecida en el país. Cursó Humanidades y Filosofía en la Universidad Centroamericana (UCA). Ha organizado y participado en diversas actividades culturales e interdisciplinarias, entre ellas el Festival Diriamba Libre. Fue miembro fundador del Colectivo Artístico CUCÚS. Fue incluido en la antología Imprecisa imagen de los noventa publicada por la Revista Abril. Se encuentra trabajando en la composición de su primer poemario.
Consejos a un poeta del siglo veintiuno.
I
Si usted, contemporáneo mío,
finalmente
opta por la literatura, muy
probablemente empezará
por la poesía.
La creerá fácil, sin suspensión de
incredulidades ni polifonías,
pero, sobre todo, la creerá inmediata
y personal, y aún más probablemente,
como consecuencia tácita de todo
esto, usted, cual bardo irresponsable
y firmando ya con nombre de poeta,
elegirá para su pronta obra el verso libre.
II
Sin embargo, compañero, pese
a que no haya nada de malo en
ello, un verso no es
una-bella-idea-cualquiera
—mal cortada y a la mitad,
ni un capricho estético
relativo y personal.
Un verso es música
y por lo tanto una encriptación numérica.
Un verso es
heráldica y al menos tres lecturas,
un juego mortal y una revelación fatal.
Un verso es la intuición
de una estructura, y la necesidad
de expresión en algún oculto esplendor
de una vaga iluminación interior.
Entonces, una vez ya entendido esto,
proceda sin escrúpulos
de ningún tipo a contar cada una
de sus sílabas, a brincar con cada una
de sus tónicas, a saborear, cuál
Kerouac tropical, cada una de sus palabras
relamiéndose los labios
con sus etílicos fantasmas; pero
ante todo y en tanto a forma,
no mal corte su prosa, ya no presione
tanto Enter.
Entonces luego se podrá
hablar de lo inefable y lo
contingente, de la ausencia de
la ausencia y de la muerte de la
muerte. Se podrá hablar de la posteridad
y de las post-estructuras de la
postmodernidad.
III
Y en tanto a fondo:
Lo de siempre. No haga de su flores
artificiales vanos panfletos ni
temerarios ladridos al vacío,
mucho menos reclame lo inasible
a un Dios esencialmente ciego y
sordo. No mienta, no plagie, no
reniegue de lo inexorable. Captúrelo
absolutamente todo. Encomiéndese
a las más profundas imágenes del
sueño y a la económica certeza de
que al escribir se está en el ápice
de un fenómeno tan extraño como lo es el presente.
Abra bien los ojos y los oídos,
no tarde más en conciliar las
causas y los efectos, en perdonar
todo el agotamiento de la carrera
tras la misteriosa forma y todas
las torpezas de los primeros intentos.
No persista más en no escuchar los
movimientos de la naturaleza,
ni insista en imitar lo que no
existe o en fecundar lo que está muerto. Eso.
IV
Lo más importante: Láncese de una vez con alado cuerpo
a la búsqueda de otros cielos u otros infiernos.
Láncese de una vez, sin importar
la suerte de la caída o el ascenso,
sin importar que las palabras pierdan
al decirse su significado o el
mensaje carezca de pretexto. Láncese
de una vez y conviértase ya en viento.
Descubra su elemento.
Daniela Herrera Arguedas, joven poeta costarricense de quince años. Estudiante de secundaria, tercer grado, aficionada de la música y el arte. Para Daniela las veinticuatro horas del día se le hacen cortas. Su ocio es el arte, la poesía. Escribe desde los 12 años luego de descubrir algunos poemas de su abuela. Anteriormente no sabía ni que existía la poesía, ni sensibilidad profunda en ella. Con varios poemarios terminados, esta joven poetisa tiene sueños grandes.
Averno
Flota la vergüenza en mi mar de penurias
con cara de víctima
la soledad vigila desde cierto ángulo
mientras yo, tirada por no decir ahogada
en el profundo océano.
Por qué no llevarán mi alma al orco
a mezclarse con demonios
que se burlen
que me quemen
que hagan lo que quieran con mi cuerpo.
Dolor en susurro
No fueron tus ojos
de haberlos querido
hubiera comprado azulejos.
No fueron tus sonrisas
ni la silueta de tu boca
fue mi fiera interna
anhelando probar tu carne blanda.
No es el cuidado que pongo
espiándote detrás de un árbol
es la forma en que escribo para ti
la debilidad escondiendo la tristeza
lo que siento,
cuando escucho tu nombre.
Metamorfosis
Ojos azules adoro
boca de navajas
labios piel de anaconda
cabellos lisos, color de sol
cortos en julio
crecientes en febrero.
Metamorfosis cuando estamos a la par
transformación divina
suspiros devotos
aura triste y pecho cansado
mis dedos caminan en dirección a su mano
con pies pequeños y espalda gruesa
delirios por usted, sumergida
no me ahogo, pero siento más sofoco
con las lágrimas que derramo.
Verónica Rosil (Managua, Nicaragua, 1982) Licenciada en Administración turística y hotelera. Imparte talleres de poesía y literatura infantil. Participó en el XII Encuentro de poetas hondureños en Olanchito(2006) y en el VIII simposio internacional Rubén Darío en León (2010). Obtuvo primer lugar en poesía y cuento infantil en el V Encuentro de jóvenes creadores coordinados por los escritores Edgar Escobar Barba y el Dr. Jorge Eduardo Arellano y en el VI concurso Eudoro Solis. Un reconocimiento por el mejor cuento de terror. Integró el grupo literario Horizontes de Palabras y ASOJOCRE. Autora de los libros: “Aventuras y Travesuras Silvestres” cuentos infantiles 2009, “Luna Desnuda” poesía, 2013 y “Arrecifes” poesía 2016. También ha publicado en las Antologías: Novísimos, Poetas Nicaragüense del tercer Milenio; Nicaragua en las Redes de la poesía; 18 Voces de la Narrativa Nicaragüense y “Tierra breve” minificciones 2018. Así como revistas y suplementos literarios. Fue miembro del Foro Nicaragüense de Cultura. Actualmente miembro fundador de “Poetas en Órbita”. Ha participado en tres encuentros consecutivos en el Festival Centroamericano de poesía: Chinandega, Bluefields, Managua; Festival de poesía de Nueva Guinea, Festival de poesía Estelí. Invitada en el IV Festival internacional de poesía en Nauizalco El Salvador, 2016. Participó en el ll Festival Centroamericano de poesía “Oswaldo Escobar Velado” El Salvador 2019. Invitada especial en los Encuentros de poetas y escritores del Norte de Matagalpa.
El vuelo
He sentido el silencio de tu alma tocarme en mi lecho
Vibrar el silencio en cada gota de la noche
Noches de incertidumbres.
He vivido nombrándote cada día
Héroe de mi andanza
Creador de hadas, de sueños de risas
Creador de locos,
de universos de palabras no inventadas por los cuerdos,
la luna pupila del alma,
besa la luciérnaga tu rostro en mi nostálgica memoria.
Te he parido en tantos recuerdos,
en lo que mi copa de vino ahoga el llanto del vacío,
ahoga las lágrimas para esperar el güis con sus buenas noticias
o el guardabarranco detenga el tiempo
y jugar a ser almas de niños y perdonarnos una y otra vez, sin rencores,
solo el niño loco empapado de Franciscano o de peregrino más allá de las estrellas
como bien lo habías mencionado.
He aprendido a ser humilde, a seguir en los caracoles de la vida,
a sentir el fuego cuando hay que sentirlo,
a llenarme de migas por manos arrugadas que esperan una esperanza.
He vivido nombrándote, el silencio se agota, se pierde en las olas de los arrecifes.
La nostalgia es solo el vuelo de la inmortalidad,
el camino de la vida, la brevedad de la incertidumbre,
un abrazo en espera, mi querido mentor.
Dedicado a Edgar Escobar Barba. 25 de febrero de 2016
Te busco
Busco a un Dios que me gobierne,
que haga de mis tierras un paraíso,
sus semillas
emane arcoiris
y flote cosquillas en mi vientre.
Te busco marcado de muerte por cupido,
canto de pájaros sin fronteras
puebla mi corazón de magia
hasta extinguirnos en el trueno del alma.
Tus manos suspiran descubriendo mi selva
poniendo cada nombre a mis espíritus silvestres,
desgarras prejuicios con huracanes de lengua.
Asi mi dios,
ya no te buscaré en el desierto de mi incertidumbre,
ni medusa que petrifique ansias,
solamente seré tu dueña
quien vuele
en tu cálida libertad!
Omnisciente
Una gota de agua
muda tintas de noches
viudas calles encarceladas de tristezas.
Una gota de agua
noches mudas
eco de una mirada dilatada.
Una gota que percibe un ente un individuo
sin nombre, en calles de Gomorra,
sin saber de puntos cardinales
se sumerge en la grieta de lo invisible.
Elí Urbina (Chimbote, Perú, 1989). Es autor de los poemarios: “La sal de las hienas” (Plectro Editores, 2017) y “El abismo del hombre” (Buenos Aires Poetry, 2020). Forma parte de numerosas antologías, entre las que destacan: “Plexo Perú, poesía gráfica Perú-Chile” (Editorial Quimantú y Casa Azul, Valparaíso, 2014); “Antología del II Festival Primavera Poética” (Ediciones Summa y Universidad Alas Peruanas, Lima, 2014); “Antología del XIX Festival Enero en la palabra” (Gobierno Municipal de Cusco, 2015); “Aislados, Dosis de poesía para tiempos inciertos” (Dendro Ediciones, Lima, 2020); “Espacio, me has vencido, Antología de poesía hispanoamericana, Segundo tomo” (El ángel editor, Quito, 2020). Así como de revistas: Θράκα (Grecia), Život (Bosnia), Fragment (Serbia), Репер (Macedonia), Nueva York Poetry Review (Estados Unidos), Altazor (Chile), entre otros. Poemas suyos han sido traducidos al griego, serbio, macedonio, francés, italiano e inglés. Fundó y dirige la revista de poesía Santa Rabia (www.santarabiamagazine.com).
Guardo hospedada en mi memoria
Guardo hospedada en mi memoria
la imagen apacible del cuerpo del amor.
La luz ha de llegar de nuevo,
pero ahora, en lo real, tan solo la lluvia
cubre la calle como negro alpiste.
Mira descender lentamente
la espina de la carne en la herida secreta.
El burdel, su avaricia, sorbe mi alma agotada,
mi esperanza sedienta de sentir,
por un instante, el sordo crepitar.
En penumbra la prostituta baila
con la sinuosidad de una ancha llamarada.
Ya el ansia se amontona en el espejo,
la sombra de mi mano se prolonga.
Por mucho que el placer arda
siempre su rostro en mi interior se enciende.
(De “El abismo del hombre”, 2020)
El sueño del exilio
De pronto me hallo solo
ante el verdor del bosque.
Bajo la luz del sol
camino entre la hierba.
Distante queda el caos
de la ciudad oscura.
El pulso de la tierra
circula por mi sangre.
Extasiado, me adentra
por un camino oculto.
La espesura del bosque
es umbrosa, dentada.
Por un pausado instante
el espanto me colma.
Pero una clara luz
asoma de repente.
Este es el centro
de la calma, el espacio
donde el silencio brilla
en toda su existencia.
Ya desciende la sombra
inquisitiva de la muerte
en espiral, veloz,
por sobre mi cabeza.
Yo busco, dentro
de la tierra, un espejo.
(De “El abismo del hombre”, 2020)
Solo dentro de ti
Oh espejo de obsidiana
encendido en la sombra,
oscuridad del alma,
olvido del asombro,
ventana imperturbable,
cristal de huraña nitidez,
tentacular dominio
del tiempo entumecido,
voracidad oculta
en el anonimato,
exilio peligroso,
escudo tremebundo,
solo dentro de ti,
en tu insaciable hondura,
suplico sin sentido
una brizna de luz,
un rapto iridiscente,
ilusorio consuelo,
vano espejismo
de la perdida dicha.
(De “El abismo del hombre”, 2020)
Emilio Paz (Lima, 1990) Profesor de Filosofía y Religión, egresado de la Universidad Católica Sedes Sapientiae. Tiene publicados “Septiembre en el silencio” (Club de lectura poética, 2016), “Laberinto de versos” (La Tortuga Ecuestre, N°394, 2018) y «La balada de los desterrados» (Ángeles del Papel Editores, 2019). Posee trabajos publicados en diversos medios de Perú, México, Chile, España, Venezuela, Estados Unidos, Argentina, India, Ecuador, Rumanía, Costa Rica, Suecia, Alemania, Italia, Cuba, Uzbekistán, Bulgaria, Francia, China, Grecia, República Checa; siendo traducido al rumano, francés, italiano, búlgaro, uzbesko, inglés, checo, chino y tamil. Ha ganado el “Mes de las Letras” (abril, 2017) de la Fundación Marco Antonio Corcuera y el IX Concurso internacional de poesía y cuento – Perú 2019 organizado por la revista «El Parnaso del Nuevo Mundo». Ha participado de diversos recitales poéticos, congresos de filosofía, siendo su línea de investigación la relación entre estética, poesía y educación. Actualmente dirige el blog “El Edén de la poesía”, la revista Kametsa y los recitales benéficos Las voices del colibrí.
Pinocho
Pinocho no era de madera,
era de sueños.
Su nombre estaba escrito
sobre arena,
sobre hierro fundido.
Paradójico.
Pinocho era un sueño
de un hombre
que estaba muriendo.
Mariposas
Las mariposas sobrevuelan las flores,
las copas de los árboles,
los grandes valles,
los edificios azules,
la huella de los cadáveres.
Las mariposas sobrevuelan los deseos de los niños,
las preguntas de los fieles.
¿No será Dios observándonos
en la figura de cada mariposa?
Del poemario “La balada de los desterrados” (Ángeles del papel, 2019)
In Memorian
En memoria del padre callado
de la madre callada
del niño callado
de la noche callada
de la pinta y de la niña
de sus fantasmas
de sus muertos
de sus huesos pulverizados
que alimentan a los peces,
De la mina, de la mita
del trabajo
de la desventura de ser como Dios.
En memoria de los artistas
de las obras
de los sueños
de los libros quemados
de las cenizas esparcidas
de los perros hambrientos
de los gatos sin leche
de la luna sin sol
porque la luna sin sol
es una mejilla rota
agrietada por el tiempo
que va revelando al ser.
Como el idioma
como el credo
como la poesía
que corta almas.
En memoria
del silencio
que sigue hablando
por los muertos que llegan
y ocupan sus lugares
en la interminable lista
de la memoria
de un Dios que no arde.