Curaduría: Pablo Bejarano
Introducción: Emilio Paz
La poesía clásica que nos enseñaron en el colegio siempre era con ritmo. Algunos crecimos con la dificultad de pulirla. Sin embargo, nos quedamos con tan poco que jamás la disfrutamos realmente. Poemas alejandrinos, sonetos, las variantes. El verso con rima. Las estrofas clásicas y las figuras literarias. Las licencias quedan echadas al lado del camino para recobrar el sentido personal de la poesía. La estructura ósea de la composición lírica más antigua que hay. ¿Quiénes somos nosotros para impedir que una estrella se forme? Somos nada, pero a la vez somos todo. Sin embargo, de alguna manera, nos deshacemos en el poema que nace. La tierna lírica que seduce por su ritmo, como la teoría de cuerdas que seduce la realidad. ¿No seremos reflejos de un poema? Quizá, porque la sensualidad se expresa en el juego de palabras que alegran a los sentidos. Quizá estábamos ante una vanguardia poética que supondría enterrar la tradición, empero la tradición se mantiene como una composición fresca de voces jóvenes que comienzan a destacar, acompañadas de voces maduras con años de experiencia. Poetas que recurren a sus lenguajes clásicos para descomponer / componer realidades que van más allá de un simple «sonó bonito». Sino que se vuelcan a alegrar al espíritu humano.
Entonces encontramos que la poesía jamás muere, sino que se transforma en una galaxia nueva. Las composiciones se resquebrajan en el papel hasta que maduren como voces libres. Las metáforas son interpretaciones líricas de una realidad ensimismada y aprehendida. Entonces el corazón comienza a sonar bonito, con el ruido de la caída de las gotas que forman el río. De igual manera, la poesía métrica, la que mantiene viva a la tradición, se forja como el hierro en manos del herrero: técnica que toma su tiempo y madurez. Crecimiento personal que comprende la experiencia propia de cada individuo frente a los avatares de la vida cotidiana. Por eso, la poesía métrica se transforma en una lectura fresca, ligera, rítmica y existencial. Una lectura empática con el lector común y experto. Poesía donde convergen cuestiones de la vida cotidiana y de la metafísica, de las preguntas existenciales con el amor romántico.
Por ello, tenemos el gusto de presentar a este grupo de poetas que regresan a lo clásico para refrescar la poesía contemporánea.
Miguel Contreras (República Dominicana, 1994) Es un poeta y ensayista. Técnico en bibliotecología. Fue director de la Biblioteca Provincial de Dajabón, su ciudad natal. Fue secretario de redacción de Antillense (Revista de pensamiento dominicano). Ha viajado por diferentes ciudades de su país impartiendo talleres y conferencias sobre la literatura y el arte de escribir. Es miembro del consejo editorial de la revista literaria Dúnamis, de Lima, Perú. Es fundador del taller de teoría poética «Introducción a la métrica». Algunos de sus poemas han sido publicados en revistas de Rumania, España, Argentina, Perú y África. Ha inventado nuevos estilos estróficos, siendo los más conocidos el «terquintesio» y el «soneto contreriano». Actualmente estudia filosofía en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. «Poemas a la medida» es su primer libro, publicado por Ediciones BAS, en Estados Unidos.
El nombre de la rosa
(Soneto contreriano)
Vengo a decir el nombre de la rosa
que me dejó sus néctares divinos
en el canto del arpa, melodiosa,
como la voz de un ave misteriosa
que hipnotiza la tierra con sus trinos.
Vengo a decir el nombre de la diosa
que me sembró de música y de espinos
el corazón, el alma, los caminos.
Es un nombre divino que me trae
la razón cautivada y la memoria,
y al infierno me lleva de la gloria.
Y es un eco tan dulce que me atrae
como el canto de Apolo cuando cae
sobre el campo la lluvia meritoria.
Me duele el pensamiento
(Soneto blanco)
Estoy pensando en ella. Pienso tanto
en ella, que me duele el pensamiento;
todas las cosas yacen olvidadas,
pues todas las ideas son de ella.
Y qué le puedo hacer a mi memoria,
si no percibe nada más allá
del rostro celestial y prodigioso
de la musa que inspira mi canción.
Estoy pensado en ella. Pensaré
en ella más allá del infinito,
porque pensar en ella me da vida.
Estoy pensando en ella. Y me sucede
que todo lo que veo y lo que escucho
anuncia a voz en cuello su perfume.
Luis Ajuchan (Alotenango, Guatemala, 1995). En noviembre de 2017 su obra es publicada por primera vez al ser incluido uno de sus poemas en revista La visión de La Antigua Guatemala. Participó ocasionalmente en el programa radial Versos Bohemios de Antigua FM. Y en septiembre de 2019 salió su primer libro «Lo que habita en el poeta» publicado por el Atheneo de Guatemala. En octubre de 2020 fueron incluidos sus poemas en revista La Fábrik. Actualmente forma parte del círculo literario Atheneo de Guatemala y participa asiduamente en recitales poéticos.
El extraño
(Cuadernavías asonantes)
Se matará el cobarde y nacerá el suicida,
se callará el sonido, si mi silencio grita.
¿Qué pasará conmigo cuando en la muerte viva?
¿Conoceré lo eterno, regresaré algún día?
Si la respuesta existe, la esperaré con prisa,
y buscaré preguntas sobre cualquier mentira;
intentaré olvidarla sin que mi mente insista,
me alejaré con dudas para que así me siga.
Intentaré viajar hasta lo más cercano,
hasta mi yo interior, hasta mis propias manos,
para escapar del mundo, para encontrar mi espacio,
me olvidaré de mí y estudiaré al extraño.
Recordaré el futuro, inventaré el pasado,
para burlar al tiempo, para olvidar los años,
y así tal vez un día la eternidad, mi amparo,
tenga piedad de mí y al fin me dé su abrazo.
Si falta el alma
(Serventesios asonantes)
Podemos escribir si el alma duele,
podemos escribir si el alma goza
¿y qué puedo escribir si el alma muere,
qué puedo presumir de la derrota?
¿Qué se escribe si el alma está vacía,
o si el mundo carece de sentido?
¿y qué escribo si ya no tengo vida,
por qué hay tiempo si ya no está conmigo?
¿Qué haremos los poetas sin la pluma
y qué haría un guerrero sin su espada?
¿Qué haría un condenado sin la culpa,
qué sería del cuerpo sin el alma?
No escribiría entonces mis poemas,
no sería lo mismo nuestra prosa,
no estarían las dichas ni las penas
y no habría licor para las copas.
Fernanda Barrileros (Ciudad de Guatemala, 1998) Actualmente es estudiante universitaria. Desde temprana edad ha sentido inclinación por el arte, adentrándose en el estudio de la música y la poesía métrica de forma autodidacta. Participó en «Poemas de cuarentena», del programa virtual Letras en Directo. Su obra fue seleccionada para ser parte de la antología poética del mismo nombre editada por Testigo Ediciones. Sus poemas fueron publicados en Revista la Fábrika de Guatemala y Kametsa de Perú. Ganó una mención especial en el concurso latinoamericano «Lone Star», organizado por Poetas Houston, en Estados Unidos.
Oráculo de astucia
(Soneto polar)
Surgí en nombre del padre y de su hijo,
además del espíritu que anuncia
a la tierra el oráculo de astucia
del hombre que murió en el crucifijo:
la deidad de un millón de religiones,
el que ilumina todas las legiones
y que multiplicó el vino y el pan;
el creador del génesis escrito
que en el siglo veintiuno llaman «mito».
Escrituras históricas que dan
cabida al pensamiento que él bendijo.
Fanatismo y creencias se pronuncian
ante falacias y álgidas denuncias;
vive en la secta, como un acertijo.
Han despertado
(Cuartetas asonantes)
A la ciudad de las lágrimas
y la vida de los mares,
sagrado templo de áncoras
que ha mojado los rosales.
Son mis versos para ustedes,
aguas viajeras de valles,
que han alimentado el verde
y se han posado en los griales;
su silueta es un caudal
que descansa entre los ríos
y es su fuerte vendaval
quien refresca mis sentidos.
Han tallado su presencia
en el arco de colores;
doy gracias que con su ausencia
han despertado las flores.
Luis Miguel Pereira Valdés (Montería, Colombia, 1999), bajo el seudónimo de Miguel Starusk. Fue tanto el gusto que sintió por el verso, en especial por las obras de Bécquer, Darío y Buesa, que se propuso aprender, empíricamente, las técnicas para la poesía métrica, iniciando así, a sus quince años, a incursionar en ella. Actualmente forma parte del círculo literario Atheneo de Guatemala.
El naufragio de un beso
(Soneto alejandrino)
Con la sola lumbrera que la noche vertía
destelló, cual estrella, lo que iba a pasar:
sin saber que era tuyo, sin saber que eras mía,
nos juntamos al beso que quería besar,
y pasaste tus dedos en mi boca tan fría
y robé tus respiros sin querer suspirar,
pero el beso robado desnudarnos quería
el coctel de pasiones que quisimos negar.
Yo empecé con mirarte, tu mirada me huía,
mas tu cuerpo sediento se me quiso lanzar;
te sentí tan completa, pero al tiempo vacía
que no supe si amarte o dejarte de amar.
Te abracé cual las olas a la arena bravía,
mas las olas regresan al naufragio del mar.
Cuando torne a mis labios
(Soneto alejandrino)
Cuando torne a mis labios tu sabor de canela,
cuando seques la lluvia que inundó mi pestaña,
cuando llegue a saber que tu amor ya no daña
y regreses al barco su timón y su vela…
Cuando vuelva tu tacto a encender la candela,
cuando arraigues al cielo la más alta montaña,
cuando cantes el canto que en las noches me ensaña
y sepultes la sombra que en los sueños te cela,
sin saberlo, querida, bajo el tiempo marchito,
llevarás enredado mi dolor y mi encono;
y a tus ojos azules, cual el cielo infinito,
bajará la tormenta con su pérfido tono;
mas si llega ese día, de sentirme maldito,
mejor muero de amor, y al morir te perdono.
Aqui Figueroa. Ortotipógrafo y corrector de estilo guatemalteco. Asesor de tesis y de libros inéditos de narrativa y poesía. Se inicia en las letras a la edad de 16 años, pero es hasta los 20 que alcanza cierta madurez poética. En área artística relacionada, se desempeña, aunque con poco éxito, en el ámbito musical, con canciones como El mar, La vida, Cuando amanece, entre otras. En la ortotipografía y corrección de estilo sobresale ser el asesor del poemario «Ala ausente» y el libro de cuentos «El paracaidista infantil» del escritor Luis Xalin, libros galardonados en concursos literarios en los Estados Unidos.
Ilusión
(Soneto clásico)
Cuántas cosas que ayer Yo no sentía
invaden mi cabeza y mi memoria,
y el grito pernicioso de la historia
nostálgico tu nombre repetía.
Amarga soledad llegó ese día,
aquel en que una lágrima ilusoria
quiso apagar el fuego de la gloria
que dentro de mi ser fulgurecía.
No sé si en soledad mis ojos brillan,
o secos de llorar ya no te esperan
tras extinguirse la esperanza mía.
Mis labios ya tal vez nunca sonrían
entre estas gruesas gotas que aceleran
su paso silencioso en mis mejillas.
Allí quedó
(Soneto clásico)
Allí donde el amor dejó su nido
por ir en pos de un alma lisonjera,
allí quedó el olor de la primera
rosa que nos mostró su colorido.
Allí quedó la fuente y el zumbido
del árbol que da sombra en la pradera,
allí el gorrión, la flor, la dormidera,
el canto, el trino, el águila, el graznido.
Todo tiñó de luto el abandono;
y el campo entero se bañó de miedo
ante el cántico negro de la muerte.
El rojo atardecer cambió su tono,
su fe, su dios, su religión, su credo,
y he comprendido que no soy tan fuerte.
Eleonora Pereira Miranda (Ciudad de Guatemala, 1996). Participó en su infancia y adolescencia en concursos de declamación y poesía, siendo el último a sus 17 años en el Colegio La Salle de La Antigua Guatemala, donde ganó el primer lugar a nivel diversificado. En 2017 se integró al Atheneo se Guatemala, donde las letras se volvieron una labor y una pasión. En 2018 se incluyeron varios poemas suyos en la antología Minervalia, junto con los demás miembros de Atheneo. En 2020 publicó su primer poemario: Álter ego, presentado en La Antigua Guatemala el 22 de febrero.
Nuevamente olvido
(Redondillas)
Introducción:
Tan amargo como doppio
es superar, y el proceso
requiere más que de rezo,
un torrente de amor propio…
Nuevamente es el olvido
mi mejor acompañante
para soltar a un amante
que es amante, aunque se ha ido.
Actitudes con desprecio
son veneno y medicina
para aquel que se empecina
con amor insano y necio.
Ahora quedan dos labores:
aprender, desaprehender.
¿Por qué es tan caro querer?
¿Por qué pagar con dolores?
El sendero que nos lleva
hacia la sabiduría
nos deja apreciar el día
después de la luna nueva.
Olvidar no es olvidar
los momentos que he vivido
sino aquello que se ha ido
no es razón para llorar.
El retrato de Dorian Grey
(Soneto asonante)
El retrato de Dorian Gray existe,
por eso cuento cómo lo encontré,
vestido con un rostro de mujer,
perfumado de terso y dulce almizcle.
Su belleza inefable seducía
a todo aquel mortal que se fijara
en su boca perfecta y detallada,
y en sus ojos color melancolía.
Conociendo el poder de su belleza
empezó a devorarla el hedonismo.
conquistó muchas almas con destreza
Obteniendo así, todo lo que quiso,
pero llegó el placer a su cabeza,
y tuvo que pagar por su cinismo.
Es así como viven muchas almas,
y si Dorian no puede envejecer
es porque muchos buscan la embriaguez
de vivir con su ejemplo y con su estampa.
Por eso es que la tinta que envejece
es el pigmento humano que respira
las palabras de Henry que te instigan
a escuchar al instinto que no cede.
¿Tan malo es disfrutar en ésta vida
siendo placer lo único que vale
la pena al concebir una teoría?
Si los pecados son como azahares,
¿Por qué el inmoral sufre pesadillas
después del que el placer curó sus males?
Winston Nathaniel Siré García (Corregimiento de puerto armuelles, Chiriquí, Panamá, 1996), escribe bajo el seudónimo de Azul de Cianuro. Sus primeros pasos firmes en la poesía métrica los dio luego de terminado su bachillerato, y aunque sabía que su familia no lo apoyaría en su afán, decidió hacerse una cuenta de red social bajo otro nombre tomando como pseudónimo poético Azul de cianuro. Actualmente está en su etapa universitaria, la cual inicio en el año 2017 y hoy en día cursa el cuarto año de la escuela de derecho.
Se me enfrió el amor
(Soneto clásico)
Hoy quisiera emigrar de este puerto,
surcar a mar abierto sin saber
si allá me espera un nuevo amanecer,
una pena honda forja mi desierto.
Se escapó la magnolia de mi huerto,
igual que mil amores del ayer
al olvido buscaron fenecer
impregnando en mi pecho el desconcierto.
Pena, penita siento de mi alma;
frío y temor envuelven mis latidos,
mi alma, mi cuerpo pierden toda calma.
Llevo en mí los recuerdos reprimidos
de un romance suicida que desalma
en mi ser los momentos redimidos.
Bésame una vez más
(Soneto clásico)
Bésame, amor, con ímpetu y con ganas,
ámame hoy y siempre, vida mía,
quiéreme flor, hagámonos poesía,
vuélvete el pleno sol de mis mañanas.
Besos te doy que saben a manzanas,
lleno de amor mi cuerpo desvaría;
locos y ahítos de pasión bravía
pájaros han de abrirte las ventanas.
Ámame, vida, ahógame en tus fuentes,
moja mi piel con besos y delirios,
bésame con tus ósculos ardientes.
Versos cuales sutiles blancos lirios
riegan en mi interior sus vertïentes,
raudamente se esfuman los martirios.
Arístides Bejarano Muñoz (La Antigua Guatemala, 1954). Posee 130 premios literarios a nivel nacional, entre las ramas de prosa y verso, obtuvo premios de oratoria y declamación a nivel local, departamental, nacional y centroamericano. Fue declarado Vecino Distinguido por el alcalde de Ciudad Vieja, Sacatepéquez, donde actualmente reside, y ha sido honrado por la Legión de Santiago de La Antigua Guatemala, al darle su nombre al certamen nacional de oratoria. Ha publicado libros de historia, poesía, cuento y novela, tales como: Antigua en sus manos, El llanto de los criminales, Cantos mínimos al santo de Guatemala, entre otros.
Canto al planeta
(Soneto clásico)
La tierra es el hogar de los mortales,
aquí es donde sufrimos y gozamos;
se cumplen profecías y luchamos
con terribles desastres naturales.
Y todo deja huella en sus anales,
el mundo sigue vivo y lo ignoramos,
el Creador lo hizo a prueba de reclamos,
más el hombre es causante de sus males.
Hay humanos talando los boscajes;
son los mares y lagos, basureros,
los ríos, convertidos en drenajes…
Son desagües de pueblos embusteros,
La tierra no resiste más ultrajes
y el mundo no se salva con dinero.
Lunes
(Soneto clásico)
Aquí en mi mundo todo sigue igual,
tus cosas y tus cartas, tu retrato
son los vestigios del amor ingrato
que me fingiste hermoso y sustancial.
Fuiste de mis sentidos ese mal
que hizo de mi amor el insensato
y la vaga ilusión de mi mal rato
que pronto se rindió a lo fatal.
A pesar de tus fallas y las mías
mis ánimos aún están serenos
y mi numen genera poesías.
Rememoro de ti, todo lo bueno,
sin tormento ni falsas profecías
escribo mis memorias sin veneno.
Marina Centeno (Progreso, Yucatán, México). Es miembro del World Nations Writers Union, Kazakhstan desde Junio de 2020. Ha sido publicada en diversas antologías en formato digital y de papel, dentro y fuera del país. Traducida al inglés, italiano, rumano, árabe, húngaro, catalán, maya, portugués y francés. Aparece en la Enciclopedia de la Literatura en México (Fundación para las letras mexicanas) de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México. Recibe una mención de honor en el Concorso Internazionale di Letteratura e Arti Grafiche “Cosimo I de Medici” 2018, Provincia di Prato, Italia. Tiene publicado diez libros de poesía: Quietud, Inventivas, Interiores, Tres Líneas, U páawo´il pikil t´aán (Mi bolsa de poemas), Poemas de mar, Erosión, Déci+(mas), Instantes de marea y La patria se nos volvió espejismo. Funda y dirige el colectivo poético “Barco de papel».
Pormenores del prófugo
(Octavas blancas)
Soy el error final de sus errores
Octavio Paz
Alguien en esta mesa se describe
ve pasar la vida en este encierro
el caer de la lluvia en la cornisa
mientras resbala como en laberinto
cuatrocientas millones de gotitas
deliberando sobre su equilibrio
un lenguaje de agua en estallido
multiplicadas sobre su murmullo
En diminutas formas de alebrijes
al estallarse contra los cristales
para hacer una brizna en el cuaderno
que humedece el contorno y el declive
en la razón que toma la conciencia
y el coraje de armar un espejismo
valorando en la piel la incertidumbre
que genera un caos de omisiones
Al debatir si amamos los kilómetros
o estamos arraigados al vacío
como muestra del témpano que vierte
su hecatombe donde se atesora
el silencio lumbar del infinito
por el lugar acuoso en que transita
tolerando las veces de la nada
porque todo se le transfigura
La molestia de verse ante el espejo
con sus costras de nubes y arrebato
cuando el miedo goza de las lágrimas
pluviales que se van caracoleando
por el espacio de la medianoche
como un porvenir que se interpone
entre los pormenores de la poesía
y el desarrollo ambiguo del capricho
Abatimiento de las sanguijuelas:
seguimos dando alimento al cuerpo
en esta tarde de lluvia y desamparo
mientras el virus desarma las neuronas
y desbarata constancias y carreras
donde suelen guardar la compostura
cuando tienen desplantes de libélula
atravesando el olvido y la penumbra
Porque existen los que se incorporan
a las sendas donde el desarraigo
es un tramo de luz en resiliencia
y un abasto de páramo en los labios
para callar cuando los otros hablan
y hablar cuando no están oyendo
(Así suelen morirse las metáforas
entre las garras del presentimiento)
Por lo demás prescindo del ocaso
de la iluminación del estar vivo
del fuero donde se divierte
el atardecer entre las conjeturas
mientras existan los desbarajustes
habrán voces que se manifiesten
a protestar por fauces e injusticias
para erguirse sobre sus derechos
Alguien en esta mesa se desarma
ante el poema de los sinsabores
para caer de bruces hasta el fondo
en el juego de las disonancias
cuando se va de golpe y alucine
por la carambola de los mediadores
cuando quieren estar dentro del cúmulo
mientras arrebatan todos los lugares
Existe interferencias que interponen
el esclarecimiento del peligro
aunque algunos medios se empecinen
en maquillar la grieta que han abierto
por invadir carriles que otros tapan
sin embargo a fuerza de criterio
se han alzado las voces sin que nadie
les coloque banditas de silencio
Hay osadas Tiranas Pendencieras
Precedentes de alfil que se descubren
pretendiendo humillar las embestidas
con el largo disfraz que victimiza
el verdadero origen de su plagio
con ademán cetáceo y homicida
que prospera siempre de intercambio
y modifica el acto de escritura
Es por eso que pongo a manifiesto
la invasión masiva de pirañas
en los tramos de versos que atropellan
la terrible manera con que crecen
en el pulsar del tiempo en decadencia
para connotar con esto que describo
cuando el viento arrasa con las flores
y se lleva designios y añoranzas
Esta que está sentada ante la mesa
se despotrica a sí misma con cuchillo
en las palabras –fuente de su abismo-
para morir de arraigo en el poema
resignada a quebrarse desde el centro
como un título más dentro del libro
donde coloca faltas e improperios
tan sólo por morir como acertijo
Esta no sabe a mí –sabe a penuria-
a invasión de silencio y hematoma
a cicatriz que todo lo desmiente
con abrir la paciencia por la boca
para sobrellevar el viaje largo
con la comicidad con que debate
las arrugas y canas que declina
en cada forcejeo de su máscara
Esta es un imperio de aguafiestas
un símil compungido en abandono
la que tiene murallas por postigo
discrepante en la cuerda del crepúsculo
para no confundir al que pretende
convertir la poética en cautela
porque tiene un rufián dentro del libro
-antología de lluvias y tormentas-
Esta sabe a tristeza –sabe a cúpula-
es un prófugo para el que describe
un espacio cuadrado hacia lo alto
que simboliza el término trastorno
con que vierte el capítulo de antiguo
hacia su medieval tiempo y obtusa
entre su vanidad de primitiva
recogida en un mundo inverosímil
Hay un proyecto donde lo invisible
se desplaza a lo largo de la causa
por su forma y efecto entre lo simple
tiene aptitud de interno y semejanza
en la clara maniobra del acceso
-trotamundos dentro de su vicio-
para dejar que caiga hasta su hueco
y no tener que arrancarle sus raíces
Esta que pone puntos suspensivos
en el pasivo anclaje de su cuerda
por el movimiento de la imagen
se aferra al compás en sube y baja
donde atesora pausas y barreras
como una manivela de agua turbia
se desplaza en sus propios pensamientos
siguiendo los latidos de su prisa
Esta que se desparrama y se encorva
padeciendo de apuros y confines
expulsa las palabras por consuelo
en el aljibe del entendimiento
para poder crecer con las preguntas
y no morir de dolor con las respuestas
cuando toda la noche se le agita
en la incandescencia de las letras
Soy el error que se volvió presencia
que viste ropas de la incertidumbre
un rostro lúgubre por desasosiego
y comensales para la zozobra
por un instante donde los sermones
vuelven manía todo lo prohibido
como vertedero para los residuos
donde se construye la peyorativa.
Roberto Vela (Huánuco, Perú, 2000). Es integrante del círculo literario Atheneo de Guatemala, grupo que procura reivindicar la poesía clásica. Sus escritos poéticos están profundamente influenciados por la filosofía y la metafísica.
A la musa de mi doctrina
(Estrofa sáfica)
La rectitud ha descendido hoy,
¡como un espíritu relampagueante!
en tu sonrisa, en tu mirada…en ti,
ley soberana.
Violeta orquídea de ventanas nítidas
¿Cómo relumbras tanto en este mundo?
Apenas vi tus grandes astros índigos,
y he renacido.
¿Acaso sois aquella musa griega
enteramente consagrada, al bien
supremo del Amante enardecido
por la Belleza?
¿O tal vez sois aquella musa mística
que practicó la devoción a Cristo
el salvador de los pecados nuestros
tan repudiables?
No llevas puesta los atuendos griegos,
ni las mantillas que silencian pieles,
y, sin embargo, tienes mucho a Safo
en la mirada,
e inundas sueños y levantas templos
como sor Juana Inés, valiente moza.
¡Oh mi adorada flor, de diamantados
pechos azules!
¡Vuestra presencia lo desborda todo!
con la sustancia quebradiza y dócil
que se caldea en la colmena excelsa
del paraíso.
Flores celtas
(Cuartetas de rimas pareadas)
Ataviadas de sonrisas
y fragancias verde-luisas,
danzan las flores al son
en una dulce mansión.
Se trenzan luces del mar,
con el hermoso cantar
de las blancas clavelinas,
cual cuerpos suaves de ondinas.
Puras e inquietas festejan
aquellas rosas, y dejan
el alma en una mirada
perfectamente acuñada.
Mas el silencio se aquieta,
como el numen de un poeta
enmantado en la armonía,
libre de toda ufanía.
Y se profundiza el canto
en el podio sacrosanto
que sustenta la armonía,
hasta acariciar el día.
Carlos Barranco R. Maestro -jubilado- de educación primaria. Escritor y periodista. Estudió en la Escuela Nacional para Varones de Santa Lucía Cotzumalguapa, en el Colegio La Patria, de Quetzaltenango, en la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana y en la Escuela Centroamericana de Relaciones Internacionales de Guatemala (DIPLOMACIA). Promotor Cultural. Fundador (en 1976) de la Primer Casa de Cultura Cotzumalguapa y (en 2007) de la Fraternidad Socio-cultural Luciana. Hasta hoy, ha ganado (Primeros, segundos y terceros lugares) en 63 certámenes de POESÍA Y/O CUENTO a nivel nacional. Ha sido nombrado Hijo Adoptivo y Predilecto de Santo Tomás La Unión, Suchitepéquez e Hijo Predilecto de Santa Lucía Cotzumalguapa; Se le dio su nombre a los Juegos Florales Navideños de 1991 de Santa Lucía Cotzumalguapa, al XIX Encuentro Nacional de la Asociación Guatemalteca de Casas de la Cultura, a los Juegos Florales 2013 del Instituto Simón Bergaño y Villegas de Escuintla y a los Juegos Florales 2018 de La Democracia, Escuintla. El Ministerio de Cultura y Deportes, le entregó a) la Medalla del Danzarín y b) la “Palmera de Jade”, que es el Máximo Galardón Cultural Departamental de Escuintla, ambos por sus aportes a la cultura del departamento. Como Periodista y escritor ha sido fundador y director de los periódicos “El Embajador” de la Escuela Centroamericana de Diplomacia. Y de “El Pueblo”, y “Cotzumalguapa”, ambos de Santa Lucía Cotzumalguapa, y a la fecha, tiene publicados 5 libros de poesía, una monografía de Santa Lucía Cotzumalguapa y el ensayo autobiográfico “Por la ruta del exilio”.
Breve bosquejo de La Antigua Guatemala
(Espinelas alejandrinas)
…Ciudad como no hay otra en la América indiana.
Por el orgullo, maya. Por la hidalguía, hispana.
Se ilumina su ambiente con la preciosa luz
que dibuja, glorioso, el sol de la mañana
sobre el Señor Santiago, del Cerro de la Cruz.
Y alumbra con brillantes refulgencias divinas
las cúpulas heridas, las fuentes cristalinas,
las bóvedas, los arcos y el propio corazón
del conventual retiro de monjas Capuchinas
o el singular santuario de la Recolección.
Con su carga de siglos, hoy La Antigua, es emblema
de señorial prosapia. Como un bello poema.
Como una sinfonía trocada en madrigal.
Es mengala nativa que tiene la suprema
belleza sensitiva de su alma colonial,
que se conjuga en formas extrañas, misteriosas,
con las cosmopolitas visiones caprichosas
que no le roban gracia, ni encanto, ni esplendor,
sino hacen que el emporio de las perpetuas rosas
sea como una Arcadia de ensoñación y amor…
Para mi musa
(Espinelas endecasílabas)
El verso es expresión de idealidad…
de aquello que se anhela, que se espera….
pero eso a veces nos lo deja afuera
la triste, la prosaica realidad;
eso es lo que me pasa y en verdad
no importa si hago mi mejor esfuerzo,
pareciera que todo mi Universo
de pronto se quedó sin aliciente
y no hilvano algo nuevo, diferente
para vestir de excelsitud el verso.
Así que a falta de esa poesía
que me pidió una musa soñadora
-porque afirma extrañarla a toda hora
en nuestra inexorable lejanía-
le mando solamente en este día
a través de esta décima rimada,
la evocación de todos los excesos
que me quedaron en el alma impresos,
de cierta noche y cierta madrugada
de vino, amor, pasión sueños y besos.
Karen Bonilla (Chiquimulilla, Santa Rosa, Guatemala, 1990). Desde temprana edad destacó en concurso de declamación y oratoria. Forma parte del círculo literario Atheneo de Guatemala, donde ha participado en recitales poéticos y presentó su primer libro «Fuente de ternura» presentado en el año 2018.
Retrato
(Sonetillo)
A pesar de la tristeza,
de lágrimas y dolor,
intacto esta su color,
la mirada con firmeza.
Protegiendo su grandeza,
enmarcando lo divino,
tras el brillo cristalino,
es mostrada la pureza.
El azulado en sus ojos,
despiertan curiosidad.
sus destellos pelirrojos,
proyectan felicidad.
El brillo en sus labios rojos,
revelan sensualidad.
Me duele
(Romance)
Está ubicado en la cima,
asesino del planeta,
con voracidad destruye
el río, el lago, la sierra.
De las criaturas del bosque
el pánico se apodera;
bloqueada tiene su mente,
su hábitad bombardea.
Se cree un ser dominante
sobre la faz de la Tierra.
¡Ay cuánto me duele el alma!
¿Cómo te ayudo, planeta!
Luis Xalín. Ha ganado más de 25 premios de diferentes lugares en poesía, cuento y ensayo. Por sus logros y en homenaje a sus 10 años de trayectoria, después de ganar el primer lugar del concurso de la Nota Latina en el 2017, el Consulado General de Guatemala en Houston, Texas reconoció su destacada trayectoria en arte literario. Ha sido reconocido por Miami Dad County Florida por su notable contribución artística y cultural en el grupo Encuentros Literarios Luz del Corazón, por dos años consecutivos, 2017 y 2018. Fue nombrado en el 2017, Asociado Honorario, de la Fraternidad Socio-Cultural Luciana por su apoyo a los programas y proyectos de esta Entidad en beneficio del desarrollo y el progreso de Santa Lucía Cotzumalguapa. En diciembre de 2018, Voces de Hoy le publicó su primer libro, el poemario Ala ausente, de 100 décimas que ganó el primer lugar en North Texas Book Festival, Spanish Book, 2019; y es finalista en International Latino Book Award 2019, de latino Literacy Now, categoría Mejor Libro de Poesía en español.
Romance entre poetas
(Rima Jotabé)
I
—Maduraron mis uvas de besarte
por el sol del amor que es un baluarte.
Un esclavo seré de lo que digas
si me das tu figura sin ortigas.
—Que tus dedos parezcan diez hormigas,
que mis pechos exploten como espigas,
que en mi surco florezca la raíz,
que tu polen fecunde mi maíz…
Yo seré las metáforas de tu arte
que jamás volverá a comer migas
si en un cielo conviertes mi matriz.
II
—De mis ojos al fondo, los paisajes
de tu cuerpo cayeron sin ramajes.
Y mis labios probaron esa miel
que brotó como un río del clavel
al besarte el volcán, la boca fiel,
y los prados sensibles de tu piel.
—Y del mar de tus brazos, mi alegría
emergió como un pez de poesía.
—Yo busqué locamente entre follajes
como pájaro ciego tu vergel
que me dio regocijos y ambrosía.
III
—Nos quedamos sin pétalos y ciegos
de placer, atizando nuestros fuegos.
Si amarás mis relámpagos sin hojas
el azúcar seré de tus congojas
o la sal de tus verdes paradojas
cada vez que mis dudas sean rojas.
—Tú serás de mi anáfora el jarrón
y esa tilde que late en mi ilusión.
Lanzaré la corona de mis egos,
amaré tu silueta que deshojas
al compás de la rítmica pasión.
IV
—Yo seré las hipérboles del verso
y semillas de luz en tu universo.
—Elegida, entre muchas poetisas,
fuiste por el pincel de las sonrisas,
por la flor de tu piel y por las brisas
de tus párpados como golondrisas.
—Amor, siempre seremos sinalefa
aunque el hiato me quiera hacer su jefa.
—Te lo juro postrado sobre el terzo:
te amaré, más allá de mis cenizas;
pues, lo nuestro jamás tendrá dialefa.
Álvaro Morales Valdés (Antigua Guatemala, 1983). A los catorce años escribe sus primeros poemas, y de ese entonces a la fecha, ha continuado con su labor literaria, escribiendo novela histórica, prosa poética, poemarios y ensayos. Es gestor cultural. En el año 2008 crea el círculo literario Letras de Fuego. En el año 2016 funda la organización Parnaso, compuesta por jóvenes amantes de las artes y la filosofía. En el año 2017 instituye junto a Pablo Bejarano Paredes: El Atheneo de Guatemala. Grupo juvenil que rescata la poesía clásica y desarrolla el platonismo, y donde Álvaro Morales es instructor. Miembro del programa radial Versos Bohemios, miembro de la plataforma cultural Antigua Viva. A lo largo de su trayectoria humanística ha impartido más de cien conferencias sobre Historia del Arte, Literatura y Filosofía en varios centros culturales de la Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad: Real Palacio, Museo Santo Tomás de Aquino, Monumento a Rafael Landívar.
El engaño
(Romance)
Es doloroso el engaño
de la mujer que se ama,
así como es dolorosa
la traición del camarada,
verse embaucado molesta
en una fiesta mundana,
y le duele a la doncella
ver el romance que acaba,
pero aún más dolorosos…
son los libros cuando engañan.
Cómo se verá mi rostro
(Aleluyas)
¿Cómo se verá mi rostro
afuera, desde sus ojos?
Sus rostros endurecidos
observo mientras camino,
han pasado muchos años,
sus semblantes han cambiado.
Sucedieron largas décadas,
es normal que esto suceda.
Algunos aún me hablan,
otros, mudos, se distancian.
Hasta la planta más verde
con el tiempo se convierte
en rígida y muy austera…
es normal que así lo sea…
¿Cómo se verá mi rostro
afuera, desde sus ojos?
Amalia Xiomara Martínez Vásquez (La Antigua Guatemala, 1987), reside en el municipio de San Juan Alotenango. Es maestra de educación primaria urbana, profesora de comunicación, lengua y literatura. Cuenta con cuatro diplomados que la acreditan como Orientadora Familiar y tallerista de los programas de «Escuela para Padres de Familia». A la edad de 9 años inicia su travesía en la poesía y declamación, participando en un concurso realizado en San Miguel Dueñas, Sacatepéquez, en donde gana su primer diploma. En el año 2017 gana el segundo lugar en poesía durante la Celebración Ignaciana de la Universidad Rafael Landívar de La Antigua Guatemala. Recibe en el 2018 un reconocimiento especial, por parte de la Escuela Oficial Urbana Mixta Vespertina y del alcalde de Ciudad Vieja, Juventino Paredes por su esfuerzo, dedicación y esmero en su labor docente, al servicio de la comunidad educativa del establecimiento y del municipio. Actualmente pertenece a Atheneo de Guatemala en donde sigue creciendo en conocimiento sobre este bello arte.
Cristalino
(Tercetillos)
Perderme entre la multitud
es lo que deseaba mi alma,
encontrarme con plenitud.
El destino poco engañoso,
suele ver conmigo pasar
el triste pasado hazañoso.
Frente al Lago suelto suspiros,
escucho las aves trinando,
escribo versos en papiros.
Sueño entre caudal cristalino,
encontrando mi libertad
tirando el aire en remolino.
Años cumbre
(Sextillas)
Los ojos reflejan cansancio,
gloriosa la sabiduría
escoltada de amenas canas.
Sopla manso viento de anuncio,
y cortesana habladuría
de varias historias lejanas.
La juventud guarda silencio,
tornando serena jauría
de cobardes almas tiranas.
Fuertes años cumbre pronuncio;
ejerce conservaduría
de pasadas cargas livianas.
José Arturo Monroy (Guatemala, 1995) Humanista y escritor. Miembro del Atheneo de Guatemala. Desde temprana edad siente inclinación por las artes gracias a la dirección de su abuelo Oscar Cajas (pintor guatemalteco), quien lo guio en sus primeros tanteos líricos. Luego de dedicarse al estudio del dibujo de forma autodidacta, decide estudiar el Bachillerato en Diseño Gráfico, con lo cual queda convencido de que este campo no era lo que realmente le apasionaba. Entra después a estudiar la carrera de Guitarra Clásica en el Conservatorio Nacional de Música Germán Alcántara de Guatemala y, tras haber hecho una breve carrera musical con el grupo Cuarto Menguante, decide dedicarse a las artes literarias. Entra a estudiar el Profesorado en Lengua y Literatura, el cual terminó en 2019 y, actualmente, estudia la Licenciatura en Letras. Sus poemarios Exposición a corazón abierto (2018) y Sueño de amor interrumpido (2019) fueron premiados por la Editorial Universitaria y por la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Actualmente, es miembro del Atheneo de Guatemala y cofundador del Taller de Poesía Castalia. Su poemario, Clara Luz, se publicará en diciembre de 2020.
Primavera
(Soneto clásico)
Renace, oh corazón, de tus dolores:
ama, sonríe y en la dicha espera
que vuelve ya la dulce Primavera.
Manuel González Prada.
Cual niña caprichosa te presentas
con pálido semblante sobre Enero,
pintando con el fruto y pie ligero
el cuadro de la vida que alimentas.
Invierno se marchita cuando tientas
y vistes con tus plantas a Febrero,
despierta el Sol y canta de primero
con claro acorde lo que representas.
Con púrpuras caricias te concibe
marzo, ¡alegre, festivo y decoroso!
te gozan los creyentes y el amor.
Y cuando todo cesa, te recibe
Abril, para velar tu esplendoroso
concierto, dulce triunfo del color.
Fiesta primaveral
(Liras)
¡Se acerca, ya florece,
la Nueva Primavera de las artes!
La luz se fortalece
en nuevos caminantes
que aspiran los laureles apremiantes.
Y gustan del estudio,
sendero del auténtico creador,
el único preludio,
la tierra do el amor
entrega el fruto dulce de sabor.
Dejando las excusas
atienden al llamado de su herida
y piden a las musas
la miel fortalecida
y el fuego de la ilustre y nueva vida.
¡Se acerca, ya florece,
la Nueva Primavera de las artes!
La luz se fortalece
en nuevos caminantes
que aspiran los laureles apremiantes.
Los poetas levantan
con verso refulgente de diamante
las voces que quebrantan
la Sombra desafiante
librada por Homero y por el Dante.
Los músicos descubren
el cosmos en la sangre y la unidad,
las fuerzas que nos cubren,
la azul inmensidad
que late en la armonía y la beldad.
Los pintores develan
el rostro renovado del presente
y todo cuanto anhelan
es ver al ser consciente
y presto a embellecer lo decadente.
¡Se acerca, ya florece,
la Nueva Primavera de las artes!
La luz se fortalece
en nuevos caminantes
que esperan sus laureles apremiantes.
José Luis Figueroa Martínez (Ciudad de Guatemala, 1995), actualmente cursa un profesorado en filosofía en la Universidad Rafael Landívar y una licenciatura en contaduría en la Universidad de San Carlos de Guatemala. En 2018 se unió al proyecto cultural y literario Atheneo de Guatemala. En 2020 abrió el canal de Youtube “El tiempo principia en”, medio donde se dedica a divulgar literatura guatemalteca.
Carta a un hijo
(Quintetos)
Quiero contarte lo que ha pasado,
pues hace tiempo que te has marchado,
dejaste sueños, dejaste amores,
en tu jardín se mueren las flores,
te extrañan tanto que han marchitado.
Cuando anochece, llego a mi cama
y vuelve a mí la esperanza vana
de verte entrando por esa puerta
que permanece por ello abierta
junto a mi alma que aún te ama.
En recordarte se va mi esmero,
los días corren y yo te espero,
no importa el viaje, no importa el mundo
si puedo verte solo un segundo
es una dicha, sin duda, pero
que estés ahora en ese lugar,
no es resultado ni del azar,
ni del destino, tampoco es Dios
solo es mi culpa, ¿o de los dos?
yo por dejarte, tú por actuar
sin preocuparte, sin comprender
que el tiempo atrás no puedes volver.
Tiempo contigo siempre finito
por eso te voy dejando escritos
que no sé cuándo vas a leer.
Soneto III
(Soneto clásico)
Al ver la brisa que es su cabellera
escribo versos desde mi ventana,
porque sus hebras, suaves, lisonjeras
son como cuerdas, como la campana.
Hilos de oro que en la primavera
son en los campos brisa de mañana,
como una moza que orna la pradera
así su pelo, brilla, se engalana.
En el verano es como un manantial
de aguas profundas donde hallar reposo,
tan transparentes, porque ni el cristal
da tanto brillo, ni es tan fulguroso,
por eso digo que no tiene igual
y al contemplarlo siéntame dichoso.
En el otoño es cuando yo más pienso;
al ver las hojas irse lentamente,
en su melena, mar de negro intenso,
largos helechos que velan su frente.
Así, pintando; sobre antiguo lienzo,
paso las noches de octubre, consciente
de que el invierno se acerca tan denso,
toca mi puerta, cruel, indiferente.
Busco resguardo del frío inhumano,
en la arboleda dócil de su sien,
yo me sumerjo en sueño tan arcano,
y me adormezco en crónico vaivén,
por esos ríos de tinta lejanos,
cuando navego, me encuentro el Edén.
Isaac Morales Sut (Tecpán, Guatemala). Maestro de profesión durante más de cuarenta años. A lo largo de su vida ha ganado más de cuatrocientos certámenes de Juegos Florales en la rama de poesía que es su especialidad.
Para cantarle al libro
(Soneto de cuartetos independientes)
Yo no sé en realidad cuál fue primero,
si Egipto o si acaso Babilonia,
el pueblo colosal que testimonia
al libro que no vio ningún librero.
No sé cuál fue, tal vez Alejandría,
que le dio forma al más genial conjunto
de bloques lógicos del mismo asunto,
de darle al corazón sabiduría.
Qué manera de ser luz en la historia,
de dejar letras en alguna parte
y perpetuar, del hombre, su memoria.
Qué manera especial de estar escrito
como un aporte hacia el saber y el arte,
con palabras que son silencio y grito.
II
(Soneto clásico)
Fértil terrón de amistad sincera.
Ayote fiel. Tarea cotidiana.
De las flores, corola soberana.
Cosecha de amor. Canto y primavera.
Mi niña vegetal. Enredadera.
Deliciosa pepita. Fruta sana.
Mazorca que en los siglos se desgrana.
¡Oh! comunión de fraternal hoguera.
Rama verde tornada en poesía.
Buganvilla de sangre proletaria.
Sombra de paz de honda melodía.
Tu nombre es el maíz de nuestros brazos.
Superficie de savia hospitalaria.
Clorofila común de nuestros pasos.
III
Cada hierba que arma tu figura
es acento triunfal en tus paisajes.
Cada trino en cúspide y ramajes es
polen musical, sin par dulzura.
¡Oh!, linda flor de inmortal ternura,
tu faz emerge en todos tus parajes.
Eres nimbo de fuego en tus celajes.
Yuca tierna escondiendo su blancura.
De límpida canción y de belleza,
¡oh! pueblo mío, tu ser se ilumina,
con hojas de esperanza y promesa.
Diáfano cáliz. Singular guijarro.
Fresca quebrada de agua cristalina.
Luz. Horizonte de mi frágil barro.
Pablo Bejarano (La Antigua Guatemala, 1995). En 2017 se vuelve escritor de revista La Visión, se hace miembro del programa radial Versos Bohemios y funda el Atheneo de Guatemala. A partir de ese año ha ganado varios certámenes y juegos florales a nivel nacional e internacional en las ramas de poesía y cuento, siendo estos: 2017: segundo lugar de poesía en Juegos Florales Trinacionales de Esquipulas; premio único de poesía en Salcajá, Quetzaltenango; primer lugar en el Festival Nacional del Soneto de Santa Lucía Cotzumalguapa; segundo lugar de poesía en la ciudad de Jalapa, y segundo lugar de cuento en la ciudad de Escuintla. 2018: premio único de cuento en Mazatenango; premio único de cuento en Cabañas, Zacapa; segundo lugar de cuento en Huehuetenango; primer lugar en el Festival Nacional de Poesía Clásica de Santa Lucía Cotzumalguapa; segundo lugar de poesía en Estanzuela, Zacapa, y primer lugar de poesía en La Democracia, Escuintla. 2019: tercer lugar de cuento en Teculután, Zacapa; mención honorífica de cuento en Santa Cruz Verapaz; primer lugar de verso en los Juegos Florales Trinacionales de Esquipulas; segundo lugar de verso en Salamá; primer lugar en el Certamen Nacional de Poesía Clásica de Santa Lucía Cotzumalguapa, y segundo lugar de verso en Estanzuela, Zacapa. 2020: Segundo lugar en San Cristóbal el Alto, Antigua Guatemala; primer lugar de poesía en el certamen virtual organizado por Antigua Viva y finalista del certamen latinoamericano “Cuéntale tu cuento a la Nota Latina” de Estados Unidos. El 29 de septiembre de 2018 publicó su primer libro: La resurrección del verso. Su obra aparece publicada en revistas impresas y virtuales como La Estancia, Revista Teculután, Revista del Festival Trinacional de Cultura, Revista La Fábrik y Revista Liberoamérica; así mismo en antologías poéticas como “Minervalia” del Atheneo de Guatemala o “Poemas de pandemia” de Testigo Ediciones. En 2021 será publicado su poemario “Agua que se quiebra” en Estados Unidos por “C-editores”. Es invitado constantemente a programas culturales de forma virtual, como Letras en Directo o Hipérbole. Se dedica a la organización de recitales poéticos y brinda conferencias de temas diversos. Ha sido llamado a formar parte de jurados en certámenes de declamación y literarios y dos viernes por mes, desde la página del Atheneo de Guatemala imparte “Castalia” un taller poético sobre métrica.
Reminiscencia
(Soneto asonante)
Si lees estos versos una tarde
ocre, sobre una página amarilla,
y en ellos no encontraras poesía
y ninguna razón para asombrarte,
pero te resultaran impactantes
por ser como un espejo de tu vida
o un naufragio que trae a tu retina
el recuerdo remoto de otro instante;
si lees estos versos y el ocaso
te alumbrara con luces de otro tiempo
y te invade un antiguo sentimiento;
si lees estos versos y en el acto
descubres que tu esencia aquí se esconde
es que los escribiste, con mi nombre.
Hebras de noche
(Poema blanco)
Encontraron mis manos ciegas,
en la luz de su piel, la gracia
del paisaje que no se mira,
y no obstante, al palparlo, es bello.
Desvelaron el paraíso
y en «su breve cintura» hallé
dos caminos a sol y gloria…
Y rotó, al igual que un astro,
y al rotar derramó la noche
en su tez de marfil y leche…
Y al rotar derramé los ojos
en el blanco hemisferio fúlgido
con un trazo de corazón…
Y al rotar derramé el marfil.
Con sus hebras de noche pulcra
arribó a hacia a mí, y su faz,
con un gesto de sol y ángel
fue llevada al café y al mástil…
Al vestirla de Eva supe
que está hecha de nube y luz.