Juan Mattio nació en Hurlingham (provincia de Buenos Aires), Argentina, en 1983. Como escritor, publicó las novelas Punto Ciego (escrita en colaboración con Kike Ferrari) y Tres veces luz (formando parte de la colección Negro Absoluto, dirigida por Juan Sasturain). Además, colaboró para revistas culturales y tuvo un breve paso por el periodismo policial y judicial. En la actualidad, coordina talleres de lectura y escritura e integra Synco, observatorio especializado en ciencia ficción, tecnología y futuros. De alguna manera, es la ciencia ficción lo que me llevó a querer entrevistarlo; más específicamente, el new weird y la salida de Paisajes experimentales: Antología de nueva ficción extraña (Indómita Luz Editorial, 2020), publicación que busca enmarcarse dentro de esa corriente. En esta antología, Juan reúne a once autores y autoras contemporáneos/as de la ciencia ficción, el terror, el fantástico y el policial en Argentina, a quienes introduce en el prólogo. Lo que sigue es una entrevista en la que hablamos del new weird: un movimiento heterogéneo, dinámico, que empieza a cobrar fuerza en el país.
¿Qué es el new weird? ¿Cómo se relaciona con los géneros pulp tradicionales?
Quien utilizó por primera vez esta idea fue el escritor inglés M. John Harrison, y lo hizo en el prólogo a una novela breve de China Miéville que se tradujo al español como El azogue. Creo que intentaba describir una búsqueda colectiva, de varios autores y autoras, que estaban haciéndose preguntas similares. El new weird describe una literatura hecha de híbridos, sin ningún respeto por las fronteras entre los géneros. En esta literatura se pueden encontrar recursos del terror, la ciencia ficción, la novela negra o el fantástico. Los géneros pulp, que nacen en los años veinte en Estados Unidos, fueron desarrollando sus imaginarios y técnicas narrativas de forma autónoma unos de otros. La historia de la novela negra, por ejemplo, tiene un desarrollo particular y no sería lo que hoy es sin la editorial Gallimard en Francia y la Serie Negra. La ciencia ficción, por su lado, encontró en Inglaterra y en la revista New Words una nueva forma de circulación. Y así cada género se fue, al mismo tiempo, renovando y mundializando. Lo que propone el new weird es una reunión, un cruce, entre esas trayectorias. Una concepción no purista que hace un uso alucinado de los imaginarios y los procedimientos narrativos.
¿Qué papel han jugado autores clásicos de la literatura argentina (como Borges y Cortázar) en la consolidación de una narrativa fantástica en el Río de la Plata?
Julio Cortázar publicó un ensayo en 1975 con el título “Notas sobre lo gótico en el Río de la Plata”. Ahí advertía la existencia de una tradición que había utilizado el imaginario gótico (y también fantástico, por supuesto) y que había desarrollado características propias. Un espacio donde se reúnen Horacio Quiroga, el Lugones de Las fuerzas extrañas, Felisberto Hernández, etc. Por otro lado, la Antología de la Literatura Fantástica de Bioy Casares, Silvina Ocampo y Borges sirvió como condición de posibilidad para sus propias literaturas. Un caso curioso es la Antología del cuento raro de Rodolfo Walsh. Creo que la presencia de estos autores y autoras generó un prestigio para las narrativas fantásticas que, por supuesto, no alcanzó a la ciencia ficción o al terror que siguieron circulando en revistas baratas, conectadas al consumo de masas. Borges hizo no sólo uso sino también una reivindicación de ciertas tradiciones, donde se incluyen H. G. Wells, Stevenson, Chesterton, que me parecen fundamentales al momento de entender cómo ingresa esa literatura a nuestro campo literario y qué lugar ocupa.

¿Cómo surgió la idea de Paisajes experimentales?
Esta antología surge de una hipótesis de lectura. Pero surge en el contexto de la editorial Indómita Luz y mi colaboración con ese proyecto. Hace más de un año su editor general, Diego Ardiles, me invitó a participar y apareció la idea de este libro. Más tarde decidimos convertir esta pequeña apuesta en una colección –Arqueologías del futuro- que intentará indagar en los imaginarios del fantástico y la ciencia ficción. Paisajes experimentales es, entonces, el primer libro de esa aventura. El año que viene saldrán Territorios sin cartografiar, un libro de cuentos weird de Kike Ferrari y la novela La Habana Underguater del escritor cubano Erick Mota.
El nombre del libro, por otro lado, surgió de una reflexión sobre Ballard. Siempre me pareció que los paisajes de su literatura eran una forma de conocimiento para sus personajes. Todas esas imágenes distópicas y aterradoras eran, en realidad, el desplazamiento de subjetividades rotas y también distópicas. Creo que los once cuentos de este libro producen algo parecido a esa sensación de que el verdadero terror y el verdadero fantástico no son más que una proyección de nuestras conciencias un poco atrofiadas y delirantes.
El new weird parece un universo en el que convergen elementos de diferentes géneros populares. ¿Qué tienen en común los autores y las autoras que participan en la antología? ¿Por qué los/las elegiste?
Durante los últimos años di talleres de lectura que se enfocaron en el cruce de ciencia ficción y teoría social. Ahí conocí el new weird y sus zonas problemáticas. Al mismo tiempo, al leer ciertos libros de autores y autoras contemporáneas, empecé a notar algunas similitudes. La literatura de Ricardo Romero, por ejemplo, donde podemos encontrar el terror, el policial negro o el fantástico. La Cometierra de Dolores Reyes, que usa elementos de la novela negra y también del terror o el gótico. Los usos del cyberpunk en las historias de Marcelo Carnero o del fantástico en las de Yamila Bêgné, etc. En algún momento, mientras leía esos libros, me empecé a preguntar si podíamos reunir esas literaturas en alguna zona, no porque percibiera las mismas certezas sino, más bien, porque presiento las mismas preguntas en estos autores y autoras. La cercanía con el new weird me pareció evidente y entonces pensé que había una nueva ficción extraña en Argentina y que era un movimiento muy vital.
¿Crees que el new weird tiene un objetivo (o varios) dentro de la literatura contemporánea?
No, no creo en objetivos para la literatura. Y tampoco creo que la literatura pueda apegarse a un programa, como intentaron las vanguardias de principios del siglo XX. Decir new weird o nueva ficción extraña es indicar un momento en distintas trayectorias, indicar una pequeña reunión de distintas incertidumbres, y nada más. En algún punto, es un atajo para preguntarse por qué varios autores y autoras de una misma generación parecen estar recorriendo caminos similares y qué podría significar esa coincidencia. Creo que las etiquetas sirven cuando describen un fenómeno para el cual todavía no tenemos un nombre ni un contorno claro. Pero no mucho más que eso.
Participan en la antología:
- Claudia Aboaf
- Yamila Bêgné
- Marcelo Carnero
- Kike Ferrari
- Betina González
- Leo Oyola
- Laura Ponce
- Dolores Reyes
- Ever Román
- Ricardo Romero
- Marina Yuszczuk