Contemplaciones de Killa (Vol. II): Reconciliación

Y la luna, en silencio, promueve la reconciliación entre el día y la noche. No abandona su casa hasta que Inti aparezca. Pero no por subordinación, sino para mantener el orden. Porque Killa controla las mareas, controla los vuelos, controla el tiempo. No hay en ella un vacío, solo un silencio. Un silencio que retumba entre los vestigios de nuestros antepasados y hace que el Amazonas regrese en su caudal. Porque no hay mayor contemplación que la sonrisa de Killa en aquellas noches donde el abandono de uno es el florecimiento de la muerte. ¿Quiénes somos frente al infinito? Solo somos pulsaciones que adoptan formas, pero que carecen de patrones. Porque, posiblemente, el infinito nos devora y nos escupe de mil formas antojadizas.

Pero hoy, cuando la revelación es un hecho, nos reconciliamos con nuestro pasado, con nosotros, con nuestros demonios. Pequeñas andanzas de un material oscuro que oscila con el temor, con los miedos, con territorios inhóspitos que no alcanzan matices perpendiculares, sino que se conforman con modelos anticuados de un oscilamiento entre las estrellas y sus planetas. Pero Killa se queda quita, mirando y abrazando con su halo. Serena y calmada, como un poema que contiene fuego, pero que no arroja bilis sobre el lector. Una emotividad consumada entre las composiciones líricas de un ayer que se contenta con su poesía personal. Somos halos de luz, somos cuerdas de energía que emergen de Killa para abrazarnos entre nosotros, contemplando que somos corazones unidos de un adiós sin nombre. Los versos son eso: cuerdas que nos unen, que nos reconcilian. ¿Por qué escapar? ¿Por qué huir? Si somos una misma estructura que se reinventa, que se transforma, que evoluciona.

Por lo tanto, este recuerdo perenne es un abrazarnos mutuamente, constantemente, realmente. Porque no hay odio, sino una reconciliación. Un acto donde Killa abraza al mundo para mantenerlo junto. De igual manera, la poesía peruana, a pesar de sus diferencias, encuentra ese camino para mantenerse unido en un hábitat donde los fantasmas son amables y donde los pájaros no necesitan volar. Lo irreal se hace real y en el trayecto de la memoria, es donde se contentan los deseos humanos de la felicidad. Los poetas que aparecen a finales del siglo XXI marcan esa época donde el Perú necesita reconciliarse con su pasado para conocerlo, aceptarlo y mirar hacia el futuro. Promover el cambio, la lucha, que la sangre derramada sea marfil para edificar y no barro para pisotear. En este segundo volumen, titulado Reconciliación, se hace memoria de cada caído en medio de una búsqueda de felicidad, de cada caído que ahora duerme en la sonrisa de Killa.

Valeria Chauvel Moscoso (Lima, 1998). Estudia filosofía en la Pontificia Universidad Católica del Perú, y le apasiona, tanto como su carrera, la poesía y las artes visuales. Ha participado en una publicación colectiva con el FCE en el poemario “Versos desde el encierro” y en el recital la Huaca es poesía, “De las voces del Perú y Latinoamérica para el mundo”. Asimismo, se encuentra por terminar su primer poemario, donde la búsqueda del sentido, el vacío existencial y el absurdo son los temas que incitaron la creación de este primer libro de versos.

Puente

Vertiginoso el exceso de luz
que estriba desnudo en el día.

Hay un águila tras la puerta
y una serpiente enrollada en mi pie
antes que el cuarto sea oscuro.

El viento cargaba cenizas
cuando el océano se emancipó
al encontrar el desierto.

Nada es más dulce que la noche.

Tú que me vistes y desvistes

Tú que me vistes y desvistes,
y me pintas de negro a tu antojo,
bestia sórdida, me acorralas,
cuando en tus ojos veo mi cara.

Se alimenta de mi piel sesgada
el clítoris de la sanguijuela,
bebiendo de mi sangre escarlata
como ramera sedienta, aunque gemela.

Veo en el espejo tu cara,
lector bello y dócil… como siempre.

Rodrigo Noriega Torres (Arequipa, 1999). Periodista del Diario El Gobierno. Miembro de la Junta Permanente de Dirección del Instituto Peruano de Derecho y Literatura. Fundador del espacio cultural “Asilo Poético”. Estudiante de Derecho de la Universidad Nacional Federico Villarreal.

Rebu

En plena noche
fresca e incansable,
la presencia me derrite.

Impaciente / Incongruente
la travesía tepersigue.

Le temes a los vientos huracanados
a los ruidos ancestrales y a los pasos de las ambulancias
que resuenan en tu odio municipal.

Los focos incandescentes de mis incendios judiciales
te hacen el courier esclavizado
de los azúcares laboriosos.

Aun así, me abrazas
con el [fulgor] cronometrado
el [dolor] indivisible, el traidor itinerante
de nuestro amor de masas,
el minuto nuevamente
[nace]
y sin decir                    traza.

Despacio

Tengo fuego,
las luces del balcón
se iluminan intermitentes, y
temo sorprender al ruidoso pesar
de las cajas de cerveza.

Tengo aire,
la economía de los peces
burbujea alcoholizada & serena
y (no creo) que deba solventarla                                                   
bajo la gravedad de las quintas.

Despacio,
el humo se estremeció al verme,
mis zapatillas se desataron, &
la electricidad de los callejones
me ahogó bajo la cadena
y ahora me doy cuenta.

Tengo agua,
los papeles húmedos
se abren paso sobre mis costillas,
temo sucumbir ante los preceptos
de la habladuría nativa.

Tengo tierra,
la política de las hormigas
aletea calmada sobre la vereda
y (no creo) que quieran ayudarme
Ante la gravedad de la herida.

Despacio,
la nieve se endureció al verme,
mis rodillas me abandonaron &
la nulidad de los ruegos
me ahogó en una colmena
y ahora me doy cuenta

[justamente]
_________________AHORA___
______________me doy cuenta.

Alejandro Cano García (Piura, 1995) poeta y docente egresado de la Universidad Nacional de Piura en la facultad de Ciencias Sociales y Educación, escuela de Lengua y Literatura. Es miembro fundador del Círculo Literario Tertulia Cero. Trabajos suyos aparecen en las revistas literarias Monolito y Claroscuro (México). Ha publicado su primer poemario Habitación en llamas (2019).

Cuerpo

Tengo un cuerpo plagado de otros cuerpos
De otros rostros
De muchas voces.
Tengo un cuerpo cubierto de ceniza
Un cuerpo que le teme a la oscuridad
Un cuerpo que se quiebra en cada paso,
Que se cae y ya no vuelve a levantarse.
Cuando alguien pregunta por mi cuerpo
No hay respuesta
Todo es silencio.
Mi cuerpo no sabe a dónde va,
No sabe dónde vive
Tal vez no lo sabrá nunca.
No sabrá del aroma de las rosas,
No sabrá de la luz nueva cantando en la mañana,
No sabrá, no sabrá.

En mi corazón hay un cuerpo que se destruye

En mi corazón hay un cuerpo que se destruye.
No he visto hombres felices en mi ciudad,
No han cantado, hace mucho, una canción nueva.
Cuerpos vacíos sostienen la niebla.
¿Sabrá alguien lo que es un cuerpo vacío?

Tiempo que pasas como las hojas secas
¿Jamás has detenerte un día a mirar la vida
De los hombres de mi ciudad?

Dentro de mi corazón hay un cuerpo que se destruye
O tal vez un país que se cae a pedazos
Y nadie oye lo que cuenta o lo que llora.
Yo lo he oído cada vez que, silencioso, me detengo a mirarlo
Y he llorado junto con él.
Dentro de mi corazón hay un cuerpo que llora,
Llora como un niño, como todos los niños del mundo
Y nadie lo oye
Nadie lo mira
Nadie, nadie.

Alex Junior Chang Llerena (Lima, 1996), escritor, poeta peruano y difusor cultural, con autismo leve y fibromialgia, con presencia activa literaria con sus obras y publicaciones, tanto en nuestro país como en el extranjero; entre las cuales destacan: Diversos poemas, cuentos y micro relatos en diferentes revistas y antologías físicas y  virtuales en el Perú y el extranjero (Argentina, Ecuador, Bolivia, Republica Dominicana y España). El 2019 publica el poemario «Entropía» con la Editorial Golem, que fue reconocido por la Casa de Literatura Peruana (2019) y haber tenido el honor del llegar a manos del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, obra que ha sido reseñado (Argentina y España) y ha recibido una buena crítica por el estilo, siendo difundido en distintos medios de comunicación por radio, televisión y prensa escrita; en entrevistas realizadas al autor. También fue reconocido por su alma mater la IE No. 3047 “Canadá” del  distrito de Comas de la ciudad de Lima-Perú (2019). Participó con un poema de su autoría en la antología solidaria  “No te rindas” (poemas, relatos y reflexiones para despertar), publicado por la editorial española Angels Fortune editions, quienes brindarán todo lo recaudado a la Fundación 38 Grados, donde participan 50 autores de todo el mundo. Participó con tres poemas en la Antología Poética “Palabras Sin Fronteras, fronteras sin palabras”, editado por la Dra. Rosario Valdivia Paz Soldán y publicado por la Biblioteca Central de la Universidad Peruana Ricardo Palma en el año 2020. Participó con tres poemas en la antología virtual poética titulada “Poética del Espacio, Taller de Poesía”, editado por  el colectivo colombiano Nuevas Voces con apoyo de la Alcaldía de Bello(Colombia). Muy pronto aparecerá en dos antologías poéticas: Una antología poética que se publicará en República Dominicana llamado “Voces en la Pandemia”, y la otra antología de autores latinoamericanos de origen chinos se publicará en El Instituto de Estudios asiáticos en la Pontificia. Ambos serán publicados en el año 2021. Ha participado en diversos eventos culturales como: Recital Poético organizado por “Las Voces del Colibrí”, llevado a cabo en la Biblioteca Municipal de Barranco-Lima-Peru (2019), “FIL Lima 2019”, “Culturaymi” (Jornada Cultural con motivo de los Juegos Deportivos Panamericano y Para panamericano Lima 2019). Festival Internacional de Poesía en la Playa Miches, realizado en República Dominicana de manera virtual (2020), “Día Mundial de la Poesía por un Perú unido frente a la adversidad» organizado por la Facultad de Letras de la UNMSM y el  movimiento artístico Templo Furor (2020), Evento cultural “Todas las artes: Un canto a la nación” (2020) organizado por el movimiento artístico Templo Furor; “Primer Encuentro Internacional de Poetas y Escritores “Mi voz se Hizo Palabra” organizado por la Municipalidad de Riobamba de Ecuador (2020). Feria virtual ANTIFIL 2020(2020); entre otros eventos culturales. Otros reconocimientos del autor: por la Municipalidad distrital de Comas (2017) y del Congreso de la República (2015). Ha publicado una columna de opinión en la Revista Cocktail (2020) y un artículo para la Revista Gato Negro (2020) Dirige la publicación del  blog “Curiosidad Cultural”, realizando diversas entrevistas a personajes resaltantes del arte y la literatura. Colabora con textos literarios, columnas y entrevistas para la revista literaria digital «Dolaje» y colabora con columnas de opinión para la ONG peruana «Soy Autista y Qué». Actual colaborador de la Revista digital literaria Kametsa.

Rimas asesinas

Rimas asesinas
Asesinan el rencor
Asesinan los miedos
_______Dan muerte a los demonios

Mis rimas nadie las escucha
Solo las escucha el poeta que las escribe
Soy el poeta que escucha sus rimas asesinas

Rimas asesinas con hambre de justicia
Rimas asesinas con hambre de proclamar la libertad

Mis rimas fueron encarceladas por homicidio
Fueron liberadas por el arte
Mi alma liberó estas rimas asesinas
Mis rimas buscan siempre la libertad

Luchan contra los genocidas
Contra los corruptos
Enfrentan a la maldad
Y la asesinan

Un Minuto de silencio (Mi luto interno)

Lágrimas, lágrimas… y sollozando
Se va la vida como ave sin nido
Un hogar sin pajaritos

Sin las mañanas soleadas
Sin el despertar cotidiano

Sin el amanecer bullicioso

Un joven sensible, inteligente y bueno
Se nos va…
Tan humano como los ángeles
Tan humano como mi tristeza
Tan humano como César Vallejo
Hemos dejado ir
Hemos asesinado la esperanza
Hemos asesinado el mañana
Un mañana…

Has cantado entre árboles, pájaros y ríos
Has caminado entre fieras, bosques y ríos
Has trajinado entre el dolor y la incertidumbre
Al final el luto se prolonga

¿Qué hemos hecho con esas almas nobles?
¿Qué hemos hecho para cambiar hermanos peruanos?

*Este poema es un homenaje al gran poeta peruano Javier Heraud y un merecido tributo para todos aquellos seres queridos que partieron de esta vida, así como un pequeño homenaje para todos aquellos jóvenes que salieron a protestar en el mes de noviembre del 2020 por la vacancia presidencial. En especial para nuestros héroes: Bryan e Inti.

Anaomi Alayo (1997) Egresada de Ciencias de la Comunicación. Actualmente vive en Piura. Ganadora del concurso de poesía 8M, organizado por Proyecto Varela (2018). Ha sido publicada en distintos medios y revistas webs. Ha publicado Seminare (2018), una plaqueta virtual autoeditada. Participó en el I Encuentro de Escritoras «Una Habitación Propia» (2018), realizado en la ciudad de Chiclayo y en el Festival Enero en la Palabra (2019), en Cusco.

Las cosas mismas

decir que ya no estoy para esas cosas
se parece a decir que hay
cosas para las que no se puede estar
se parece de decir que podemos decidir
sobre las cosas en las que estamos
sobre la elección de no estar en otro lado
sobre la ilusión de estar en algún lado
se parece a decir que he dejado atrás
pretendiendo que algo he dejado

decir que ya no estoy para esas cosas
se parece a decir que hay
cosas para las que quiero estar
se parece a decir que no decido
sobre las cosas que me atraviesan
sobre las que no elegí pero me agradan
se parece a decir que hay que replantear
el presente el pasado lo incierto

se parece a decir que no estoy
son las cosas que están en mí

Ninguna palabra

a Teddy Montufar

cuando te fuiste no hubo tiempo para despedidas
el libro que te debía no llegó nunca a tus manos
y las palabras no las pude escribir
solo dejé que suavemente suspendidas en el aire
llegaran hasta ti
pero parece ser que nada de eso he logrado

ninguna palabra ha llegado antes que tú
antes que alguna palabra estuviera tú estuviste
y tú estuviste antes que todos

no supe cuándo te fuiste
tardé en saber comprender que ya no estabas más
nadie me avisó nada
nadie cogió el teléfono para llamarme
y no fueron sino las palabras suspendidas
las que había guardado por tanto tiempo
no fueron sino ellas
todo lo que comprendí

Gian Pierre Codarlupo (Paita, 1997) Integra el Círculo Literario “Tertulia Cero”. Ha publicado el libro Caída de un pájaro en el mar (Universidad Nacional de Piura, 2018), con el que obtuvo en Primer Premio en el II Concurso Nacional de Cuento y Poesía “Huauco de Oro”. En 2017 fue Mención Honrosa en el X Concurso “El Poeta Joven del Perú”, organizado por la Fundación Marco Antonio Corcuera. Ha participado en distintas ferias y festivales de poesía a nivel nacional e internacional. Es parte del equipo editorial de la Revista Mal de Ojo y de la Editorial Conunhueno.

Retiro

Me he retirado de los campos,
de las aguas, para ser un cuerpo de luz,
y hacerme pedazos con mi canto.

Escribo una carta
y las palabras se confunden, se disuelven,
surcan fronteras
y caen relámpagos en tierra,
porque la poesía es un temblor de huesos:
la aflicción del desesperado
que muere de sed.

Ahora escribo un poema
y también las palabras se retiran,
me evaden,
forman una isla
que solo yo puedo habitar.

Entre palabras me hallo. Este es el verdadero retiro.

Fulgor

Iba a escribir
sobre un amigo asesinado
pero dos puñaladas al corazón
y un cuerpo abandonado en la carretera
no caben en el poema.

Mientras trazo
y derribo territorios,
mientras agito
y quemo mi bandera
-para que el fulgor
de este siglo no me acorrale-
olvido las llaves,
la dirección del océano,
y la historia me atraviesa
pero su espada
ya no tiene filo,
así que me golpea,
y ya agonizante le digo:
asimila de una buena vez:
que no solo la luz es existencia.

Y oscurezco.

Marian Manga Jururo (Cusco, 1998), estudiante de la carrera profesional de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco. Miembro del colectivo de poesía Toque de Poesía, participó en el XXIII Enero en la palabra. El aprendizaje y el arte mueven al mundo y no dejan que el alma se marchite. 

Cometa

Ser de papel, pinto tus alas,
desenredo el hilo de tu espalda
te suelto, bifurcas el cielo
con tu vuelo de jilguero.

Hijo del diosviento,
cometa de papel,
atraviesas el mar etéreo,
compañero de aves y capulíes.

Surcas los tejados azules,
delirando melodías irresolutas,
rival de cables de luces muertas,
amante del vértigo y la serenidad.

Ser de papel, extinto en el espacio,
aún conservo el pábilo roto
con la ilusión de verte volver
en las nubes agosto descender.

Hombre

Hombre bélico, silencio herido,
ojos de paisajes agrestes.
Hijo de senderos, dioses y lamentos,
vuelve a mí, tus ojos.

Hombre de corazón errante,
que habla con los Apus y espíritus,
boca de ñuqchu,
ven que los caminos arden,
y mis pies descalzos se agotan.

Ven, subamos a los tejados rotos,
a ver nacer la luna azul,
ven, no pienses más,
desnuda tu alma a mis sentidos
suelta tu quebranto, sumérgete en tus despojos.

Deja caer tus lágrimas sobre las flores y los cactus,
cierra los ojos y dime qué ves,
extiende las manos,
siente el palpitar en mi pecho
y píntale un color a la noche.

Ven al pie de una cruz caída,
en la cual reposan quimeras, cenizas y alegrías,
ven a enterrar lo que algún día fue,
hombre sin nombre, sin patria, sin fe.

Brian Macines (Huaráz, 1994). Graduado en Archivos Históricos, a lo largo de su vida siempre mostró interés por la poesía siendo está su primera obra literaria a los 24 años publicó, A puro corazón, de este poemario, el autor nos muestra el esplendor y belleza de la naturaleza peruana y el inmenso amor hacia la mujer. Participando en el Festival de Poesía Enero de la Palabra – ( Cuzco) Edición XXIII y Antologado. « Amor Libre » Antologado por » Sociedad Poetas Peruanos » ( Lima ). Festival Caravana de  Poesía 2019 ( Lima – Paracas )

Voz

Era un atardecer incompleto
veía mástiles y cielos
grandes  en su paraíso
buscaba su voz en todas
la estaciones, andabas diversa
en los ojos hermosos
mi voz quebrantada
en tu pecho erizo
miraba el cielo
como cielo extraño
extendía tu mano
hasta sentir el mío
fría era la noche
más áspera que mi vida
los suelos entendieron que
tu amor es más que poesía.
tus besos andaban
aun solo en este arrullo
en que la tierra aun es tuya
como las flores en primavera

Ríos

Impulso a tu mundo
aquella barrera órbita
que su sonrisa, alega
y su distancia mata los sueños
te pierdes incompleta
en esta noche
cautivada por el frío
solamente a la deriva
te trae como aquella marea perdida
te encuentras más
alejada que los eucaliptos
hacía tu olor siento el perpetuo
olor a bosque y tus ríos andan
caudalosos como aquella sonoridad
que recuerda su flagelo y el viento
va de correr a la misma distancia
que mis manos huyen de tu vida
de han perseguir de tus manos
tus pies y de esta forma que te
encuentras sentada, cautivada
emergente entre tus aguas y tus
olores y los bosques aún quedan
en tu vida

Daysy Arevalo (Andahuaylas, Apurimac, 1997) Estudiante de derecho. “Rosa” fue el primer relato publicado en el año 2019 recopilado en el libro Sunquymanta, y “Camaleónica” en el 2020 por el Colectivo Lee K’ana en la ciudad del Cusco. También es partícipe de diversos encuentros literarios, así como moderadora del club de lectura de la Biblioteca Municipal del Cusco “Gustavo Perez Ocampo”.

*La siguiente muestra son microrrelatos

Papá

Al cerrar los ojos, sus dedos ásperos solían acariciar mi cabeza haciendo pequeños círculos, su voz contaba alguna historia inusual para hacerme olvidar el temor que me causaba la noche; siempre a la misma hora, veinte antes de las nueve, el reloj me recuerda su abandono.

Victoria

Era una lucha de fuerzas, él aparentaba llevarse la victoria; unos cuántos revuelcos en el piso hicieron que de su bolsillo cayera como si nada una pequeña navaja que me sonreía con su filudo brillo. Y segundos antes de cogerla, tenía otra más grande justo al lado de la vida.

Encerrada

Elegí las rosas blancas que aún estaban en capullo para que duren más, me apresuré en llegar al campo santo antes de que cerraran el ingreso, pues anteriormente quedé atrapada; pensaba en si ya alguien le habría llevado algunas flores. Al llegar, como siempre vi mi foto y el florero vacío.

Diego Alonso Samalvides Heysen (Lima, 2000). Autor del libro “Cuerpo de amor” bajo el sello de la editorial Summa (2020). Ha sido distinguido con el 4to lugar del Premio Nacional de Poesía Antenor Samaniego en su edición por el centenario del natalicio del legendario poeta peruano (2019). Obtuvo el 4to lugar del Premio Nacional de Poesía Antenor Samaniego en la edición (2020). ). Ha sido parte del jurado de los Juegos Florales 2020 en la categoría de poesía organizado por la Municipalidad de San Borja. Sus poemas han sido publicados en revistas de literatura alrededor de América Latina y Europa.

Poema CVI

Arrojados
_________tendidos en un mar de flores hirientes
buscando entre los cuerpos
la silueta simétrica
la palabra en desuso.

Nieblas terrestres
se asoman entre las cienes
los pasmos del tiempo deambulan la ciudad encrucijada
______________________________________________________y una sombra nos restringe
y apacigua.

Líneas verticales
como humaredas vacilantes
nos persiguen.

La calle ha dejado de ser un sitio seguro.

Afuera ladran los perros
el cielo se voltea
__________________espumas ágiles desintegran mi cuerpo.

Poema CVIII

El amor
esa palabra que no quiere decir sino
vastedad de ríos pesados
de rocas y de peces
infértiles hasta la vertiente
construida sobre el asfalto.

Estrella Estefanía Falconí Verona (Huancavelica, 2000) Vive en la provincia de Ica desde el año 2001. Cursó estudios primarios en el colegio “Corazón de Jesús” y “El Señor de los Milagros”. Posteriormente, sus cinco años de estudios secundarios los cursó en el colegio “José Carlos Mariátegui” donde, en el año 2017, gracias al apoyo de su profesor de literatura Helmut Jerí Pabón, realizó una plaqueta de poesía titulada “Secuoya”. Actualmente estudia psicología humana en la universidad tecnológica del Perú “UTP”.

Placebo

Imagino tus manos 
como castañas
proveyendo su forma al exterior de mi vientre (tu hogar),
Imagino tu cabecita de nuez 
deslizándose por la fricción de mi útero fértil
recibiendo, por primera vez, las luces del alba.
Te imagino pequeño
durmiendo tu sueño
en la palma de mi mano.
Y ante el fin placebo de tu concepción,
te veo
en el reflejo de mis ojos,
naciendo
en la comisura de mis párpados,
durmiendo
en el cuerpo de una lágrima.

Creación

Observo mi niñez
como el caudal de un río.
Veo recuerdos en movimiento
destilar por sus aguas.
El níveo corazón de mamá
reflejado en cada estrella,
el numeral del calendario
y su secuencia
dormitar en la latitud del tiempo.
Tenía y tengo
sangre negra
como una pantera
y el alma bipolar
como la corriente del océano.
Recuerdo mi infancia hoy
que la he dejado
pendulando
tras puntos y comas

y una que otra muñequita de tez negra
y mejillas rosadas.
Una acacia azul me ha dado sombra
con sus pétalos
y ha nacido en su matriz la primavera.
Hoy fulgura mi parte tierna,
mi parte niña,
mi parte virgen.
Hoy que ha madurado la semilla en mi vientre fértil
descubro en mi sexo
la creación.

Gonzalo D. Marquina Arcos (Lima, 1992) es investigador, traductor, gestor cultural, escritor y docente con especialidad en Lenguaje y Literatura por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Ha sido ponente, tallerista y organizador de diversos eventos físicos y virtuales de alcance internacional sobre Educación y Literatura, especialmente sobre temas vinculados a la poesía japonesa y nikkei. Ha publicado las compilaciones “Poesía: Lago de flores e impalas” (2016) y “Cuentos: Catalejos de buena esperanza” (2016), así como también la novela “Obnubilación” (2016), el cuento “La Piel Brillante” (2017), el conjunto de relatos “Media Luna” (2018), la plaqueta “Ambrosía” (2019), la antología de poesía oriental “Gota de tinta” (2020), además de un gran número de ensayos, traducciones y artículos académicos. Ha sido señalado como una de las voces más fuertes y representativas del Haiku en español y muchos de sus escritos han sido publicados en diferentes medios virtuales e impresos, tales como los portales web “Ángeles de Papel” y “Lenguaje Perú”, las antologías “Del silencio a la palabra” (2018), “La arquitectura de la palabra (Vol. V): Poesía XXI” (2019), “Yo construyo mi país con palabras” (2020) y las revistas ”Liberoamérica”, “Yoveraqué”, “La manzana mordida”, “Hojas en la acera (HELA)”, entre otras. Actualmente, forma parte del proyecto narrativo “Travesías en el mar de Hypnos: los sueños de la hidra”, trabaja en la traducción japonés-español de la poeta Sugita Hisajo, es articulista en la Revista Kametsa, miembro principal del colectivo pedagógico-literario “Amigos lectores”, del grupo poético “Ambrosía” y director de la Asociación Cultural “Lámpara de papel”.

Reflexión

Viejo estanque
emergen las bocas encendidas de las truchas
solo su sonido quiebra el silencio
la luna refleja su palidez, canta en notas menores
y me pregunto: ¿dondé está la primavera?

Arrancando las canas de mis patillas
contemplo la oscuridad del bosque de eucaliptos
llega un viento fragante y, de pronto,
recuerdo a los ausentes
y encojo los pies descalzos
y comprendo
que los grillos dejan de llorar antes del alba
porque que sus voces ya no se hacen eco mutuamente.

Algo empapa los cuatro lados de mi casa
¿será la lluvia que todo lo disuelve hermosamente?
Algo roza mi cuello, murmura
en un dialecto que reconozco vivo.

Se aproxima la hora de los lirios…
cesa la lluvia, llega el rocío
cantan los tordos sus odas milenarias
ante la mañana que se abre entre los montes.
Y todo sigue siendo luna (aunque no esté).

El estanque sigue su ritmo inquieto, como siempre…

¡Ah, querer compartir tanta belleza!
Pero ¿con quién?

Melchor

Despierta en mi pecho.
He vuelto a la tierra
que te negaron hace mucho
a caminar por tus sendas
a respirar
del azul claro que describías cuando niño
y que se impregnó en el pálido tinte de tus ojos
hasta el día de tu abrazo con la muerte.
He vuelto a contemplar
el mismo adobe de las casas de montaña
las mismas nubes que arrullaron
tu afable corazón
para alimentarme del sol como la torcaza de tus cuentos
o el reptil milenario de tus miedos
a sentirme tú
y sorprenderme quizá con el brillo nostálgico de las retamas
que alguna tarde te hicieron sonreír.

¡Vuelvo a Huamanga,
oh, padre de mi madre!
a esta tierra que te fue negada
hace mucho por los tuyos.
Vuelvo a este rincón
hogar vientre
por el que llorabas después de cada vaso,
de cada yaraví,
al que insultabas:
____________________curakunapa llaqtan, layqakunapa llaqtan
mientras matabas uno a uno los cuyes de la casa
nube que añoraste hasta el final
y nunca viste

Brayan Rojas Osores (Ica, 1990). Estudió Lengua y Literatura en la Universidad San Luis Gonzaga de Ica. Dirigió la revista literaria Algamaris. Figura en la antología de la poesía iqueña Poetas en la Arena (2017). Obtuvo el Primer puesto del concurso de Poesía, organizado por el XIII Congreso Nacional Lingüístico Literario Juan Donaire Vizarreta y el V Congreso Internacional Antonio Gálvez Ronceros (Ica, 2016). Sus poemas han aparecido en revistas como Lucerna. Ha circulado diversas plaquettes. Actualmente ejerce la docencia y prepara su primer libro.

Presencia y derrota

Hubo un día en que el día no engañaba.
Luis Cernuda

Me vuelvo contra una estrella negra, mi amor se regocija en diámetros eléctricos, y cada diámetro que hay en ellas las guardan celosas de mi llanto.
Hay en todo esto una metáfora de arcilla que hace notable su derrota, claro es el ejemplo de un áspero cariño que nadie me profesa y su presencia es la promesa de una primavera –a primera vista– separada de lo imaginable.
Temo que el cielo sepa quién es él cuando lo acuse en contra de ustedes. No silbo nombres ni edades que también revelen una sucesión de números en quiebra.
Alguien con labio de mujer alcanzó a decir que me quería, debe ser aquel planeta resucitado que olvidó decir lo que yo debí decir mientras soñaba. Pero se presenta como una fruta amenazante, debo de comerla –pienso– y otra vez se ensarta en esa línea recta que destejo mientras hablo.
Mejor callo, mejor no presumir, tal vez la soledad sepa lo que hace mientras la acompaño. Y la metáfora de arcilla que arrastré hasta aquí entre pensamiento y pensamiento, sucumbe porque no le di la mano.

Escondite de sol

He perdido el silencio
el gusto de decir
con estas manos que tejen
y destejen las mismas palabras
con las que se escribe
una carta o se hace un puente
hacia los oídos del viento.

Qué sabio no vive con la verdad
dormida en la boca.

Si debajo del agua, somos
los mismos seres
que al unísono se despiertan
para decirse adiós.

Walter Velásquez. Tiene 23 años de edad y estudia periodismo en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, donde actualmente cursa el noveno ciclo. Trabaja en el área de redacción y corrección de estilo de la sección cultural del gremio periodístico Federación de Periodistas del Perú. Ha participada en distintas antologías poéticas y narrativas, en la que destacan El dolor de la tinta (editorial El Verso Azul), El mar no cesa (editorial Ángeles del Papel), Al lado del camino (Ediciones Marginales), Amor Libre (Sociedad Peruana de Poetas), y próximamente Viajes Etéreos (Cápsula Etérea) y Purificando Raíces (Instituto Cultural Iberoamericano). He tenido participaciones en revistas nacionales e internacionales, y fui finalista en un concurso internacional de cuentos de las editoriales españolas El Muro del Escritor y Letras como Espada. Reciente he sido uno de los ganadores del concurso literario COVID-19, de la editorial Almandino, en la sección crónica.

Estrella Fugaz

En la oscuridad del cielo veo una estrella fugaz que capta mi mirada
Ignoro toda presencia física para poder captar su esplendor y belleza
Y así podre encontrar la luz de mi destino que me guie al espíritu
Aquel espíritu que me de la fuerza y voluntad de seguir viviendo.

¡Oh estrella fugaz! ¡Oh estrella fugaz!
Guíame al mundo de los espíritus donde la felicidad y armonía
Son requisitos para descartar toda negatividad e infelicidad
Qué habito en mi pasado y así pasar a un mejor estado.

¡Oh estrella fugaz!, ¡Oh estrella fugaz!
Dame la paz y la motivación que necesito para mi cuerpo
Para así poder salir del encierro de la lamentación
Y poder sonreír una vez más ante tanta incertidumbre.

¡Oh estrella fugaz!, ¡Oh estrella fugaz!
Quiéreme y dame el amor que necesito
Para poder tener un respiro
Y finalmente decir: ¡Aleluya!, he vuelto a la vida bella. 

Stay Away

Desearía separarte de ese mal
Para que abras los ojos

Y te des cuenta el daño que te haces
Pegada a un ser maligno
Que solo se alimenta de tu pobre alma
Para acabar con tu esperanza
No te enamores de mí

Destruye a ese ser repugnante
Y sé la escritora 
De tu misma historia
Con solo verte sonreír
Se podrá domar el deseo
De enamorarme de ti

Lisbeth Curay (Lima, 1993). Antropóloga, productora audiovisual comunitaria y poeta. Forma parte de Cinco Minutos Cinco, asociación cultural que se encarga de promover las artes audiovisuales como herramientas de empoderamiento ciudadano en distritos de Lima sur. Ha publicado poemas en revistas diversas y prepara la publicación de su primer poemario.

Hazdeluz

Del sueño que se abre paso
Queda un trozo de animal cualquiera
Un contorno enfurecido
Sobre un retazo de aire
Ardiente en los comienzos
¿Quién estará esperando mi voz a mitad del camino?
Ven aquí
Voy más allá
Tira de esta cuerda
Que no es más que una cáscara retorciéndose
Sobre césped amplio
Un vínculo que me hace excavar
Y esconder objetos valiosos
Los alacranes que mi padre guarda minuciosamente
En mis primeros zapatos
De él
De la sangre que me oculta
De los signos que se esfuman sin darme claridad
Huyo
Y al retorno
El horizonte se mancha
De un sonido hermoso.

Escamas

El segundo día inventaron el agua y todas las palabras que dijeron flotaron por el mundo. Una dijo que agua era una palabra muy corta, pero Uno dijo que está bien no ser tan largo. Una dijo que agua no tenía sabor y Uno dijo que le hacía falta un poco de forma. Así que buscaron la palabra, y la encontraron flotando por el mundo. Uno pensó en aire transparente y Una dijo que no era buena idea mezclarlo con agua. Uno no hizo caso y aire con agua se aparearon, así nació palabra y Una le puso Pez para que Uno le ponga escamas. Una estaba contenta de ver palabras con escamas.

                                                                                                                            Para Inger.

Lourdes Aparición (Apurímac, 1993). Migrante, activista, psicóloga y gestora cultural comunitaria. Radica en Paracas (Pisco, Ica). Miembro fundador del Grupo Cultural Emergentes del Mar. Ha sido invitada a participar en diferentes eventos literarios, nacionales e internacionales: Festival Caravana De Poesía (2017, 2018 y 2019), Festival De Literatura Y Arte Visual En Los Extramuros Del Mundo (Cañete, 2015, 2016 y 2019), Festival de Poesía de Lima (Lima, 2017), Festival Enero en la Palabra (Cusco, 2018), Festival de Poesía Poetas en la Arena (Ica, 2016 y 2018), Festival Tertulia Cero (Piura, 2018), Festival Internacional Jauría De Palabras (Bolivia, 2019), Creaciones Punzantes: Encuentro Interprovincial Feminista (Huancayo, 2019), Cyberencuentro Poético Del Sur Andino Peruano – Poetika (Apurímac, 2020), entre otros. Ha publicado la plaqueta Warmi. Algunos de sus textos integran diversas muestras literarias en Perú, Bolivia, Argentina y México. Mención honrosa del premio Poeta joven del Perú (2020) por su poemario Apacheta.

Queremos ser eternidad

Para Cadillac

Descansa sobre este pasto luminoso
suave como los algodones que cuelgan del cielo
en Huaraz
nos escapamos de la gente
de su manera rara de diluir las noches
y sus canciones de rock en bares psicodélicos
que aprendí a disfrutar
cuando dabas vueltas en la pista de baile
como un trompo feliz
las luces escapaban por tus poros
y tu cabello color montaña
estaba habitado por duendecitos verdes
generosos
que tendían la lliclla
y nos daban de comer roscas del pueblo
con mucho amor
cogían nuestras manos y nos leían la vida
el futuro ya no es incierto
miramos al cielo
y creímos vernos nuevamente en paracas
reímos

Hay un banco abandonado en la cima de esta vida
y nosotros estamos contemplando todo esto
los niños jugando fútbol con los poetas
que no son más que espejismos de la laguna Reparin
también habían profesoras sirviendo el almuerzo
mientras las alumnas cortaban el cuy frito y separaban la cancha
no merecemos tanto
no somos más que eucaliptos
rodeando esta laguna
siguiéndole los pasos al Apu
ofrendándonos para permanecer en este instante

Queremos ser eternidad
queremos esperar menos
queremos bebernos los instantes en botellas de vidrio
abrazar esta piedra
correr por todo el parque PIB
hasta que alcancemos el bus que nos lleve
hasta huari o algún lugar del mundo
donde nos esperé una vida maravillosa

Pies descalzos

Para la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos (Anfasep)

Mi dolor es Invisible
ante los ojos de los hombres
que voltean sus rostros cuando llueve
dentro mío
y de quienes esconden sus manos sangrando
para que pensemos que todo ya terminó

Mis muertas viajan en las alas de los pájaros
por el cielo partido de Ayacucho
mientras aquí
yo
nosotras
seguimos rompiéndonos las manos
rasgando nuestras polleras
y viviendo
sin olvidarlas
sin olvidarnos

Hoy más que nunca Recuerdo
la sonrisa que sembraron
y que hasta ahora no florece
a pesar de que aquí siempre llueve

Mi Canto es triste
desde que saquearon mi casa
una y otra vez
una y otra vez
una y otra vez
nos sacaron de los ríos como truchas
para desaparecernos
con el fuego que alimenta el estado
pero jamás quemaron nuestras esperanzas de volverlas a ver
el rostro en resistencia
no sabemos más que desayunar, almorzar y cenar
‎con la tristeza de ver los asientos vacíos
‎y nuestra tierra invadida

Sus voces siguen recorriendo las quebradas
bañándose en los ríos
haciendo eco en las calles
donde sus pies descalzos
suenan a huayno triste
siguen acompañándonos
en cada lucha
mientras que los otro
siguen invadiendo nuestras tierras
escupiéndonos la cara
cociéndonos la boca
porque
/la sangre del pueblo tiene
rico perfume
huele a jazmines, violetas
geranios y margaritas
a pólvora y dinamita. /
/ ¡carajo! /

Maggie Velarde (Cusco, 1993) Artista polifacética (escritora, ilustradora e intérprete). Estudió derecho en la UNSAAC. Se ha desempeñado como artista intérprete en Partem Teatro- Cusco. Ha llevado cursos de dibujo y pintura en Bellas Artes Cusco y una especialización en CALARTS en diseño e ilustración, área en la que se desempeña actualmente. Estudia diseño en la Escuela Toulouse Lautrec y es colaboradora de la Revista de literatura Verboser. Ha publicado sus poemas en diversas revistas literarias peruanas tales como la Revista de literatura Verboser (2018, 2019), la Revista de creación y crítica literaria Lucerna (2019,2020), el suplemento literario mensual Librescritura (Huánuco, 2020), entre otros. Ha participado en Festivales y recitales de poesía, entre ellos el XXVI Festival Enero en la Palabra 2020 (Cusco) y La Huaca es Poesía (Lima). Actualmente prepara la publicación de su primer poemario. «Aún sin saber quien soy. Solamente me lleno de arte»

Tierra del olvido

En vez de verme florecido
calma encallada
en las montañas
y limados mis pies
con la arena de las playas

no en cambio,
bautizada con los flujos abundantes

de nombre gutural
propio de pututus
y ecos escapatorios
inmolada mi frente
en grandes soberbias
hijas de mi ascendencia

contrariamente
oscuro mi tramo
amortiguo huaycos humanos
sátiras serviles
vergüenzas pasadas
la negación de la sangre
una ceguera elegida
me acuchillan mis guardias
se atragantan de muerte mis hermanos

esta infancia
que dura toda la vida
llena de heridas
en casa

El mal de Urbach-Wiethe

aunque el manso recuerdo venga adormecido
me llame una mañana cualquiera
consuma mi canto relativo
se atraviese como perro en la puerta

embustero de falsa ternura
busque asilo en mis cartas pendientes
envilezca mi lengua mojada
con maldiciones convenientes

no suplicaré calma
asumiré la tormenta
renunciaré a la razón
bajaré mi bandera
mis piernas caerán
mis codos al suelo
llorará mi cabello
mis uñas
mi columna
asumiré el desvelo

que la sonrisa
no sea falsa
ni el interés
deshonesto

si he de sufrir
¡sea a buen precio!
con todos los dramas
todas las pérdidas
todas las llamas
y gritos
olvidados

si he de sufrir
no será de a gotas
será un torrente
de sangre hirviente
en las venas

y mis ojos de locura
obscena
espantaran a las demás penas
para que no se atrevan
a volver
a mi casa

María Belén Milla Altabás (Lima). Estudió Literatura Hispánica en la Pontificia Universidad Católica del Perú y es magíster en Estudios Medievales por la Universidad Complutense de Madrid. Es autora de Amplitud del mito, publicado en Perú (Alastor Editores, 2018) y en España (Liberoamérica, 2019). Así mismo, es coautora del libro de cuentos Había una vez una peruana (Xilófono, 2018) y ha participado como traductora en la antología bilingüe de José Watanabe Todo cuerpo es tótem (Artepoética Press, 2019). En 2019 quedó finalista en el concurso internacional de poesía Adonáis (España) con su libro Nadie me escucha cuando hablo del sol, aún inédito. Actualmente es doctoranda en Estudios Literarios en la Universidad Complutense de Madrid. Obtuvo una mención honrosa en el Poeta joven del Perú (2020) por el poemario Hasta que una playa me destruya los ojos.

Fast forward

Con la boca hecha una guirnalda desde las seis y las nueve y las diez cuando llamaste
—voy a verte.
Mi pelo huele a una gardenia que va a morir mañana.
Mañana, no hoy.
Tú estás tarde
porque vas a aparecer con una botella que es otro tipo de gardenia
(porque vas a venir y la soledad es un guante roto y yo toda la noche
bailando sintiendo los setecientos gramos de tu mano en mi pelo)
—en cinco minutos llego y doy gracias al taxista que va en el carril de la izquierda:
vacío como mi estómago ahora.
Vamos a decirnos todas las letras del abecedario, vamos a tocarnos y somos de arena
de gas, querido, somos un concepto a punto de
existir, una cama limpia como el sol
—te abotonarás mal la camisa y te la abotonaré bien yo.
Luego dejaremos de vernos tres y cuatro meses y nos llenaremos de hormigas, de zapatillas sucias
y nos quedaremos quietos pacientes como dos escobas en el cuarto de depósito
(aprenderás a señalar el fondo de tu vaso mirando mi corazón).
Mientras tanto estaré aquí
esperando a que me preguntes si
tengo frío
dos horas antes de que derrames vino en mi falda.

Zachary

el secreto está en saber cuándo —hace siete años en la avenida La Marina tu
sonrisa desde el único lugar de Wisconsin que tenía una fogata
(en tanto frío, a eso me refiero)
es solo una teoría: si miras el tiempo suficiente el Mount Rainier
en cualquier lugar de Seattle creerás señalar un pájaro amarillo
donde solo hay una terrible interferencia blanca —¿aló?
Zack
toma un momento para decirme
para quedarte quieto —the long run, the long haul
para mirar el Mount Rainier, la piedra que ha crecido
demasiado en el paisaje —como tu fogata en la avenida La Marina desde Wisconsin
el orden de los planetas no altera el producto: Mercurio Marte Tierra Neptuno y
tus ojos verdísimos: una puerta giratoria donde entro y salgo y si empieza a llover nos mojamos, eso
el vértigo y eso
visitar un parque mirarnos como
si no hubiésemos caído nunca
—todo lo que es diferente y tú me hurgas los ojos con una linterna

Marilia Navarro (Ica, Perú) Enfermera y escritora. Ha presentado su primer libro ‘Tergiverso’ (Catavento, 2017) en la Feria Internacional del Libro de Lima 2017. Aparece en la Antología de Poesía Iqueña ‘Poetas en la Arena’ (Biblioteca Abraham Valdelomar, 2017), en el Boletín de Poesía de la Biblioteca Abraham Valdelomar de Huacachina ‘Zaharaja’, en la Antología ‘Aislados’ Dosis de poesía para tiempos inciertos (Dendro Ediciones, 2020), entre otros. Integrante del Teatro Experimental Poético ‘Nueve Vestidos para Ella’. Ha colaborado con la Plataforma Literaria ‘Liberoamérica’ y la revista digital El Clóset LGBT+ (elclosetlgbt.com). Produce y conduce el programa radial LGBT+ ‘La chica del clóset’ transmitido por Amauta Radio – Radio Cultural de Ica.

Salmo lunar

Halo de luz alrededor.                                                                 
La tierra en fosforescencia,
lo suficiente despejado para ver su poderío
lo suficiente nuboso para ocultar su autoridad.
Comienza a entumecerse,
el cielo se densa
las estrellas se apagan para darle paso al astro mayor.
El halo comienza a esparcirse,
comienza a eclipsarse y se torna oscuro,
el silencio es glorioso y oportuno.
Se hace negro alrededor,
el brillo es intenso y perturbador.
Las nubes te cubren,
recorren tu redondez,
te envuelven como si fueran a devorarte,
pero no escapas, no parpadeas, no te inmutas.
Te dejas tocar, te gusta, disfrutas.
Paranoia y humo en el ambiente
y hacia arriba el astro resplandeciente.
Marte está próximo y ansioso de mirarnos a los ojos,
en su punto más cercano cobrará vida
y nos rendiremos ante sus ojos
ardientes de poder.
Parece como si fuera a cegarse,
se siente aprisionada,
pero se suelta, se desencadena,
está luchando contra su propia naturaleza.
Millones de nubes,
como espermas,
desean ansiosas llegar dentro de ti,
inútilmente, se esparcen con el viento.
Te cubres con más notoriedad,
te haces cuarto menguante,
te escondes, te cohíbes,
inhibes tu belleza,
te quieres sonrojar.
No toleras tanta fama,
tantos ojos sobre ti,
y aunque estés acostumbrada,
estás cansada de reír.
Ya no hay halo que te salve,
se difumó en la oscuridad,
que lentamente va bajando
sobre la tierra a pernoctar.
A pesar de los kilómetros de distancia
presiento tu pavor.
Estás atemorizada,
el terror te invade,
derrochas cobardía.
Tinieblas, aullidos, campanas a lo lejos,
caballos galopando,
fantasmas murmurando, 
la luna está muriendo,
los ángeles están bajando.
El cielo en su máxima negrura
se siente esclavo,
como en tiempos remotos
la luna es la elegida al sacrificio.
Cada vez más sombría,
no hay señal de tornasol.
Te cubres de negro
y exhibes solo un cuarto de tu fulgor
que nos deja todavía una espera con dulzura.
Sos una coma fulgurante
en la azabache inmensidad.
Nos tragó la infinidad,
se asentó en nuestras sienes.
Ámbar, tornasol
comienza el apogeo,
cánticos divinos,
galopes enajenados,
campanas resonando,
luna roja va cayendo.
Se extiende en la espesura,
sometida en las alturas
va soltando su pigmento
contra las heladas y el viento,
tiñe de rojo el firmamento.
Cascabelera no sufras,
tu dolor se ha reflejado en tu rostro encarnado,
dime, ¿quién te ha asesinado?,
¿quién osó apuñalarte?,
destruyendo tu alma pura
que engalana con su arte.
Hoy has fenecido,
y desangras tu hermosura.
Aunque llores pura sangre,
embelleces el universo
cuando sales a reflejarte.

***                     

siempre digo
que soy un simple y vagabundo animal salido de la prisa,
a un lado del camino
me siento en una vorágine de recuerdos
que vienen como las moscas a revolotear
cuando ya todo está podrido,
en el nicho los gusanos fermentan en mi piel muerta
y el esqueleto es lo único que queda.

Alejandro Raspaud Monteza tiene veinte años. Estudiz, actualmente, Filosofía en la Católica, pero está realizando el trámite para su cambio a Lingüística; escribe poesía desde hace tres años, pero su ingreso a la universidad le ha permitido ampliar sus conocimientos sobre la literatura, y la poesía en específico. Hace unos, ciclos tuvo la oportunidad de llevar Poesía y Taller de poesía en el mismo ciclo. Esa experiencia le permitió desarrollar una mayor conciencia sobre mi producción, y, luego, un proceso de sinceramiento con respecto a una aprehensión personal y su consiguiente expresión poética; considera que la búsqueda de una expresión sincera es un camino largo. Presenta estos dos poemas en prosa como pequeños pasos en una persecución de una prosa poética que esté unida por una narrativa.

***

El tiempo de luz tenue de vela verde reflejado sobre el noventa grados invertido, golpea eternamente en un segundo mi cara contra el suelo hasta hendir la noche tuberculosa como una figura de recompensa. Los ojos de la cámara resisten besarme atemporales en la intersección imposible entre nosotros. Desemboco al olvido con retazos de recuerdos blancos cosidos a mi cuerpo de niño angustiado. Mi vida, eterna lluvia de piedras rencorosas que no perturban la condena de mi brazos al golpearse a sí mismos, replegarse, volvver a golpearse, doblemente, rreplegarse, volvvver a golperse, triplemente, […], ad infinitum. Ayer enterré mi cuerpo de féretro ágil, guano de oro mi palabra de sonrisa desgraciada y mi corazón de tortuga oculta. Hoy porto la piel escarlata, mi carne es un mapa de marcas ofuscadas, cenizas costrosas de retratos absurdos; mis ojos gritan en el silencio absoluto tus apariencias imperfectas, ¡muestrate sin agazaparte por el rabillo del espejo! ¿Dos ciegos interceden a la mitad de su peregrinación siempre que parten? Lejos incluso de la derrota, siempre agazapado a tu pecho de viento, toco tus rojos de vino tinto; huelo tu perfume de llanto angustiado; y admiro tus grises de pintura de Caravaggio.

***

Perplejo el mundo ante tu semblante de huérfana inmortal y tus ojos de grito ciego.

Las respiraciones por segundo son tus venas de estrella ardiente, fulgurante, indomable sobre la tierra profana de aquellos que tienen los pies sobre la acera. los dedos cruzan sin marca en el cuerpo, como aire, caricia. Mano invisible que toca con los ojos , dedos que ven la noche cernir su paso ciego sobre la llanura de la incertidumbre.

Rodrigo Ampuero (Cusco, 1993) Bachiller en turismo, fotógrafo de momentos y escritor amateur. Participa en los colectivos Búho Negro, Toque de poesía y fue miembro del colectivo internacional Letras & Poesía. Su estilo va por escribir relatos cortos, monólogos y algunos poemas. Se siente muy influenciado por la letra de la música y autores como Julio Ramón Ribeyro.

Mi Perú es un capulí

Mi Perú es un capulí,
frondoso,
insigne,
alto como el cielo,
vivo desde la raíz.

Y ellos quisieron talarlo
hurgando en las heridas
para matar el suelo
y la libertad.

Pero se toparon con su pueblo.

Aquel, que ni mil perdigones,
ni cien mil lacrimógenas,
ni un millón de policías asesinos,

nada,

lo podía doblegar.

Mi Perú es un capulí
y su pueblo es sagrado
y su pueblo eres tú.

Su hijo, su hija,
su pequeña hojita,
bailando al viento,
al fruto dulce
de la revolución.

Dale, no te rindas.

Échale
ramita pasional
un poco de amor a tu bandera.

Rodrigo Ampuero Oróz

Dime

Dime, viento, cómo es tu aire
cómo mueves las hojas
cómo empañas los lirios
cómo vuelas sin levantarte.

Dime, corazón, qué te hace latir
si es el ritmo del dolor
o una herida abierta
cuando ya no queda sangre.

Dime, lluvia, por qué has de caer
sobre la hierba inerte
que te reclama en amarillos
sin conocer de verdores.

Dime, amor mío, quién es quién
si es mi sed la que te llama
o es solo el desamor
cual pequeño tentempié.

Dime, sol, cuándo estarás aquí
para esperarte a secas
y cobijarme entre miradas
que en tu desvelo han de dormir.

Y si me concedes esta última pieza
dime, tiempo, cuándo vuelves
dime, cielo, por qué te vas
dime, vida, qué es la muerte.

Victoria Mallorga Hernández (Lima, 1995) Tauro, trickster, poeta. Es editora asociada de Palette Poetry y asistente editorial de poesía en Redivider. Actualmente cursa un máster de publicación y escritura en Emerson College. Ha escrito albión (Alastor editores, 2019) y en abril publicó su primera plaqueta, absolución, disponible online. Reseña libros en el boletín mensual de la Libretilla y su poesía ha sido publicada en español e inglés en revista Lucerna, El hablador, Perhappened y Kissing dynamite, entre otros. La puedes encontrar en twitter e instagram como cielosraros. 

falsa espera al borde de las rocas

la melancolía se dibuja así:
manos atadas frente al mar

si fuéramos un sacrificio,
la historia sería simple: la llegada
de la marea dictamina el punto cero
de la leyenda: si llega o no el héroe, suspiro;
los elementos se han puesto en movimiento
para repetir nuevamente el ciclo mítico
______pero nosotros no somos el sacrificio
no hemos sido escritos en las estrellas, radicamos
más cerca del silencio que de la rueca del destino
los rosales se abren sobre la sal marina,
cincuenta noches y cincuenta días
suceden antes de que ceda el ritmo lunar y
la marea susurre quieta contra las ataduras

la melancolía se dibuja así:
el mar se abre
para no tocar tus pies

así, cuando el agua cubre tus hombros
aún respiras, bordeada e intocable.
la vida marina evoluciona ante tus ojos
sacrificio no deseado, vano costo.

larco veinte

no hay conflicto                                                           
en el amor que siento por lima:
______sin importar las rutas de vuelta
el regreso sangra mi pecho
purifica el veneno asentado
en mi cuerpo
abre mis pulmones
______a 99% de agua y
________99% de raíces
empecinadas en replantarse,
a la espera, siempre húmedas,
sabiendo que
______da igual la razón
____________si engendra la vuelta

Ximena López Bustamante (Arequipa, 1993). Comunicadora por la Universidad Científica del Sur. Obtuvo el Premio en Poesía de los Juegos Florales de su universidad (2015 y 2016), así como el Premio Fernando Cabieses con el reportaje de investigación «Caso MUNA». Actualmente dirige la revista física de literatura “Verboser” (www.verboser.pe)

Paralelismo

I

Estuve
luego me fui
otro arrebato en este juego de existir
a la espalda
cuerpos en nimiedad con el grito a la espera
aullidos en la vibración del aire
retumban en los ecos el cielo
se cae a pedazos
game over a tu ínfimo fanatismo

Tengo la muelle impresión de olvidar
las sombras dijeron que no se vuelve a nacer
podría ser el vacío
____________________________________entre
oscilar en una seria vida interior____________y el hedonismo más desenfrenado
podría ser el fin de un inicio
________________________o viceversa
el orgullo______un tapiz perforado
en el epitafio: Maldito aquel que es amado por la poeta

II

El silencio se quiebra______el silencio
la impresión continúa
aun se sigue olvidando

De pronto, las Adidas 47 transmigrando universos
El rayo se impone
apertura el cielo
gira y gira
el sistema solar en sus suelas
se oye “Triste como tú” mientras el ardor del instante
parece una flor impaciente por brotar
caída libre al fruto último de la guitarra roja
llanto silente que no volverá
crucemos el arcoíris como quien atraviesa con el corazón hecho polvo
una gran culpa

III

Más tarde
se olvidan las palabras
llueve
llueve             
llueve
nubes bajan con forma de lagunas
sus aguas convertidas en nostalgias
desangran la metempsicosis que se guarda
en el bolso dios
donde cabe todo el peso inexorable
de lo que no existe

El control de la inocencia salvaje
la hora azul como un manto que opaca al horizonte
Y la noche, una vez más, nos burla
ascético capricho

IV

Ahora la lluvia sale por mis ojos
la inmortalidad se zambulle                              
insondable
____________de tu espalda
________________________bajan
______________________________plétoras
____________________________________y se hunden
__________________________________________se hunden
________________________________________________hasta desaparecer
empiezas a eclipsarte
__________________casi que te pierdo
ríes último
hay una letanía con tu nombre
y yo la canto
mientras te vas haciendo noche.

Inasequible

Esperando_______________________________esperando_______________________________esperando

(errando)
que esta
palabra   
tome otra connotación
para esperarte
tibia
lasciva
flagrante
chapuceando entre espumosas aguas

aguas de hedonismo_________________________y_________________________culpabilidad
aguas de futilidad______________________________________________________en el desasosiego
aguas donde solo límpidos suicidas vienen a nadar
se comen mis escamas___________________________saborean mis ojos
_____________nada  ando__________________________entre
_________________muerte______________y___________vitalidad
__Zambullidos  de cloro_____________y___________frustración
____________________nada__________________________ha muerto
_____________tu recuerdo____________no___________ha muerto
________________esta flor_____________no___________ha muerto
________________tu verbo_____________no___________ha muerto

gélido___________________________punzante___________________________silente
el lado derecho_______________________que no me atrevo a ocupar
_______________________________________que no me atrevo a culpar

____________________enfantasmando vacíos                             
____________________tu almohada y su epitafio
______________________coco___________y___________menta
________________tu regreso___________y___________nuestro jardín
________________________________inasequible.

Jonathan Vargas Lopez (Lima, Perú, 1997) Bachiller de ingeniería ambiental con una pasión por la poesía y la filosofía. Ha sido publicado en diferentes revistas, como en la última antología de poesía de la revista digital mexicana “Ibídem” y en la última antología de cuentos de la revista digital argentina “El Narratorio”. Ama el escribir. Desde su perspectiva la poesía es una de las expresiones más puras del ser real del humano, llegando a expresar con frases, versos, la historia de su vida. Tiene poemas seleccionados en las antologías “Discursos estéticos” (Liberoamérica, 2019) y en obras de la Sociedad Peruana de Poetas.

***

Eres oscuro, incluso ante la luz del sol, tu
corazón se congela al rozar los maderos
de tus recuerdos en el bosque de tu
pensamiento.
Las olas de tus aventuras azotan la costa de
tu juventud, dándote alegría y tristeza.
Observando el universo de los
pensamientos, te embriaga en su magnitud.
Te sientas en el suelo de tu pasado
meditando sobre el presente y sonriéndole al futuro.

***

Corriendo sin rumbo en el bosque del nortye,
buscándote…
En los momentos más difíciles, cuando
quiero ayudarte, desapareces.
Suspiro de vida efímera que pasa sobre mi cuerpo.
Aullando a la luna, reclamo el porqué de mi corazón.
Aullando a la luna, reclamo el porqué del esplendor.
Corriendo sin rumbo en el bosque del norte,
me encontré.

Gloria Alvitres Aliaga (Lima, 1992). Bachiller en Periodismo por la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, comunicadora social, escritora y poeta. Poemas suyos han sido publicados en la antología de poetas mujeres de la revista Insula Barataria (Lima, 2017) y en la antología Liberoamericanas: 140 poetas contemporáneas de la editorial Liberoamérica (España, 2018). Ha sido coordinadora de la Feria Alternativa del Libro ANTIFIL. Sus trabajos periodísticos versan sobre temas de memoria, ambiente, feminismo. Acaba de publicar Canción y vuelo de Santosa con la editorial Alastor (2020).

Distorsión poética

La hoja se abre como una estrella
puede que el mundo esté inclinado
hacia una rosa
como una figura ya repetida.
Resentida con los intenros de atraparla,
solo atraparla
entre papel y almidón.

Así no se atrapa una rosa
así se atrapan chiquillas
para la alcoba.
Y en la calle se atrapa colillas
Se recoge dióxido.
Nada de estética,
sin embargo.

Nada de rosas,
Nada de historia
El tiempo se ha llevado las esperanzas,
las palabras y algunos consuelos.
El verso no hace crecer la hija
crece incrustado
como un diente en el paladar
fuera de simplificaciones,
la hoja florece en el verso.

La viejita nos mira desde alguna altura

Al pie de una tumba,
no hay razones para pedir que estés sobria.
te regalamos la chicha,
Warmichay.
Yo no creo en Papá Dios
te lo dije susurrando.
Y me condenaste a ser un demonio tibio.
“muchacha de mierda
niñacha, opa”.
En el fondo eso me divierte.

“Chachay niñito,
chachay niñito
duerme y no llores”.
El niño de yeso no cierra los ojos.
Nosotros, sí.
Nos acurrucamos en una cama de paja
como un pesebre improvisado.
A veces te vas solo un rato
y nos queda ese dolor intermitente,
parecido a un pellizco
pero sin dejar moretones.
Yo te hubiera reprendido
para que comieras,
justo en enero
cuando tus ojos negros se hicieron pardos.

De vez en cuando parece que te has ido,
por eso recogemos las flores que se marchitan a tus pies
y tú las tocas tanto que se arrugan.

La viejita nos mira
desde algún extremo.

Paola Ríos Pereda (Trujillo 1997) Estudia Nutrición, poemas suyos siguen escondidos entre sus decenas de cuadernos, ha ganado algunos concursos pequeños de poesía.

Yo, por ejemplo, me considero
un poco más recatada.

No voy por ahí hablando
de religión o política
con cualquier hombre

Considero que,
como arañas,
ellos solo elaboran su
cortejo para evitar ser comidos
aunque el  acto de apareamiento,
comprenda en si
depositar los huevos
y huir
por un instinto de supervivencia.

Todo sobre la memoria de los peces
-miles de  peces nadan en dirección desconocida-

…luego  estamos nosotros
y ninguno entiende la capacidad que tiene un cuerpo desnudo
de sentirse solo.

Los  enormes ojos de un pez
me miran
a través de los tuyos.

Un pez cansado
desde el fondo de su pecera:
…el amor, no es más que un pequeño mamífero
que se alimenta por sí solo…

-Admiramos nuestros sexos con extrañeza-

…como una bella deformidad de la naturaleza
un impulso nervioso
eléctrico/químico
que golpea mis órganos con furia…

Entonces amar se hizo un hábito
y la acción de domesticar

un cuerpo
a un cuerpo

Como un simio que también
siente  tristeza
y se avergüenza de sí mismo.

Pez, nunca había pensado en el amor de esa manera

Poemas recuperados de Sala de disección (2018)

Alejandra Machuca (Piura, 1993). Ha publicado su trabajo en medio electrónicos como Poesía Sub 25, Cosmoanónimos, Círculo de Poesía entre otros. Además en las antologías Anónimos 2.3 (Córdoba, España, 2015); Rio Grande Review (Universidad de Texas, 2016), y Poesía Super Contemporánea de Perú y Estados Unidos (Estruendomudo, 2017). Dirigió las antologías Tres Tristes Tigres y la publicación virtual Diarios de Autor. Publica en su blog: https://lamujerdemonod.tumblr.com

Cuerpo no

Cuerpo es el lugar que toma la carne cuando se vulnera. Lo demás existe durante nueve o treinta años, pero cuerpo despierta cuando se enuncia. Cuerpo es eso que tiene sustancia cuando se nombra. Cuerpo es conflicto, es resto, cuerpo es cuerpo dentro de cuerpo dentro de cuerpo sobre una cama con los ojos hinchados dentro de cuerpo, no los ojos del cuerpo sino los ojos del cuerpo, los ojos del cuerpo. Lo otro es un fenómeno de la materia que me acompaña desde que ocupo un espacio. Pero no. Cuerpo. Cuerpo nace cuando cuerpo se rompe cuando cuerpo no gusta cuando cuerpo se estira, caduca, yace fuera de casa, ahí donde el otro cuerpo, el anterior al cuerpo no lo elige. Cuerpo no existe. Cuerpo es femenino. Lo masculino no tiene cuerpo. Lo masculino no sabe lo que es tener un cuerpo. Lo masculino nunca despierta, nunca vulnera, nunca nace un cuerpo, nunca de sí nace su propio cuerpo ni nacerá. Lo masculino. Vive. Para sí. Desde sí. Dentro de su propio cuerpo. El anterior. No nace. Si vulnera. Si no vulnera. Nunca nace. No rompe nada. Jamás rompe nada. Lo masculino surge barro, ameba, flor, mamífero, vivíparo, monarca, ventana, asilo, luz, noveno piso de edificio, cíclope, familia, aguja, pastizal, deviene todas las palabras del diccionario todas las transformaciones del inconsciente, todo-lo-que-quiera-ser. Carne nunca. Cuerpo no.

Poema recuperado de Editorial Despertar


***

el primer día de la madre voy a destapar una cerveza y a sentir pena de no ser virgen
esto mi hija va a entenderlo porque hoy en día los hijos nacen deconstruidos
y la empatía y la sororidad y todo el rollo del cuerpo vulnerado por la maternidad el amor y el tiempo
el primer día de la madre va a ser Aura quien destape una cerveza
va a mirarme y a decirme mamá yo sé
no te duele no ser virgen solamente
te duele cuando te crece el pelo o no te crece
cuando te cambias de ropa y tienes senos
cuando te huele el sexo a biología
cuando te haces el amor
cuando te tumbas sola sobre las hormigas
cuando ya no tienes doce años ni inocencia ni primeras veces
cuántas veces amaste mamá
cuántos cigarros probaste ya
cuántos pasos caminaste de la casa al centro
del centro a la madrugada
del porro al pico
del pico a mí
como cuántas veces se siente que me naciste
aunque me hayas parido una sola vez

Algo parecido a las arrugas,

Poema recuperado de Tertulia Cero

Rose Oviedo (Cuzco, 1991) es poeta y redactó sus primeros versos a los 17 años interesándose de manera especial por los escritos de Verástegui, Borges, Julio Cortázar, Mario Benedetti y Pizarnik. Además de poeta Rose es artista, pintando por hobby desde los 16 años y de vez en cuando dedicándose a la fotografía. Estudió enfermería, pedagogía y actualmente Contabilidad bancaria; no obstante, durante éste tiempo en paralelo ha continuado creando y participando esporádicamente en movimientos culturales como Poesía Embiste, con el Movimiento Días Circulares y Agujero Negro. Ella misma describe a su poesía como “romántica en la forma, pero dulce, ingenua y directa”, hablando de cosas cotidianas como el amor por los hijos, la familia y pareja, la impresión que sucesos varios ocasionan en ella o en su entorno que la inspiren. Autora del libro Pulsaciones (Freeditorial, 2020).

Tú eres orilla

Hojas derramadas.
El corazón tiembla.
Savia derramada.
El canto de la sirena.
Una ola de sal.
Tus besos dulces.
Un mar de flores secas,
Y… Tú ahí devorando el cielo,
Bailándome en los días grises.

Marchita

Todo este atardecer le parece
un delirante descanso,
mi paz es nada ante sus ojos
como si el silencio
de la luz a través de las cortinas
de pronto la fuese a pronunciar
y en un segundo a oscurecer.
Como si ese conmovedor pasaje
de un libro leído hace años o dos décadas
y la ingravidez de su memoria
le hiciese volar los anhelos,
como si la caricia nocturna de un beso de buenas noches,
de pronto quisiera oscurecer sus mejillas
y un vaivén de sensaciones
desvergonzadas e insomnes que recuerda hace años
le rodeara los ojos como flores de las que hoy se avergüenza.

Regina Garrido Álvarez (Lima, 1994) es bachiller en Literatura por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Obtuvo la primera mención honrosa en el Concurso de Poesía para Mujeres “Scriptura”, organizado por el PEN Internacional de Escritoras del Perú y el Centro Cultural de España en 2015; y la mención honrosa en la décima edición de “El Poeta Joven del Perú”, patrocinado en 2017 por la Fundación Marco Antonio Corcuera. Es directora de la revista Pedernal desde 2016 y actualmente se dedica a la investigación de la poesía peruana del siglo XX. En el 2019; ganó el XI Concurso Nacional de Poesía “Premio José Watanabe Varas”, organizado por la Asociación Peruano Japonesa por el poemario “Herencia”.

Poemas recuperados del portal de polesía peruana Verboser

Huésped invasivo

Creo que la casa se desploma a mis pies
Al pasar por el suelo que se abre
la pared mojada y la pintura casi muerta
Creo que la casa se desploma ciegamente
frente a mí que tengo los ojos abiertos
y observo y palpo
la desaparición con mis dedos
la tristeza que se cala por los huecos
Pero soy yo quien destruye la casa
quien con las manos destroza la pared
blanca −ya gris ya húmeda–
y esta cede cual araña atrapada
y yo río creyendo que la casa se desploma
junto conmigo
Pero soy yo quien destruye la casa
con ansias de que al caer
caiga la máscara

Casa de parto

Cuando nací me dieron un nombre
me llevaron a una casa ajena
y secaron mi piel al sol
Había muros amarillos
un gran taller de madera
y plantas que arremetían contra los techos
Tenía un nombre
tenía un cuerpo
y paredes desgastadas
una esquina con puerta
y un amor de niña
que traspasaba la carne
Cuando nací me dieron un nombre
me llevaron a una casa ajena
la cual transformé en patria benévola
hogar de silencio

William Siguas (Cañete, 1990) Estudió Lengua y Literatura en la Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica. Dirige la revista de literatura “Grima”. Ha publicado los libros de poesía El hombre triangular sobre una pieza de barro (2013) y Como errante que no quiere nada (2016). Ha sido antologado en diversos libros de poesía. Pertenece al Circulo Poético Arawiy de la ciudad de Ica desde el 2010. Ha transitado su vida en Cañete, Palpa, Ica, Comatrana, Villa El Salvador. Desde el 2018 radica en la ciudad de Lima.

La virgen de Chichictara

La Virgen de Chichictara
no mide más de cuatro cuartas,
tiene el rostro rosado
como el atardecer en Venecia
y su mirada se pierde
(se pierde, como siempre).
Su capilla es alumbrada con Petromax,
no se le puede mirar si vas tambaleándote
y diciendo que tu esposa es tu casa.
Mejor es huir cuando la Virgen ve la oscuridad,
se va y vuelca su perdón a sus hijos.

La he vuelto a ver después de 13 años,
se me cae la cara de vergüenza
y el cigarrillo de la boca,
entonces, madre mía, te miro a medias
y me voy como errante que no quiere nada,
te regalo un collar de Ucayali,
de pescados y hierbas.

Cómo me has dejado más de una década,
sin permiso, entre canto y canto
y ruidos espantosos, cómo.

Alquilé una casa y me escapé para verte
Ahora sí me has regalado un permiso,
dichoso, acompañado, sin mucho discurso.

Nota: Cuidaré a mis hijos en cuadros,
construiré mi casa con adobes,
mi esposa será mi esposa, no mi casa,
y la amaré como dos gatos
arrinconados en la sala.

Sobre los apellidos y abuelos

El abuelo Guillermo Siguas
llegó de Huancavelica a la costa,
era un nómade como casi todos sus hijos, nietos y yo.

Era griego con quesos y cabras
(espero no recibir esa herencia que nos ha hecho tanto mal).
En tiempo de guerra le dio amor a una joven que después
sería su esposa.
Bajó como una araña y se refugió en tiendas y carpas,
se balanceó tanto en su hamaca
que vio a sus dos hijos.
Sacrificó cabras
(la carne seca era para las sequías),
y así vivió tristemente feliz
mientras su corazón vibró todo el tiempo
abrazando a cada hijo y también a su esposa.

Zacarías Siguas introdujo en sus libros
boletos y mucha lana.
Fue brujo del sol y de la luna
para una agricultura perfecta.
Su esposa era alta y con trenzas, se llamaba Juana,
jamás la conocí (me hubiera gustado) —el gusto es mío, señora.
Solo la vi en un cuadro en blanco y negro,
tenía la mirada cansada, eso habrá sido en 1880.

Desde esa fecha, recuerdo todo por intuición.

Carlos Gabriel Montes (Cusco, 1994). Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco. Desde el 2018 Fundó y dirige el grupo literario Toque de Poesía, cuyo objetivo principal es la de abordar diferentes espacios públicos para la difusión de poesía, mediante recitales al aire libre. Ha publicado Poesía de Miércoles, Recopilación Poética, edición cartonera en  conjunto con colectivo que integra (Cusco, 2015), Lo que el cuento se llevó y Echo de menos el olvido, libro de cuento y poesía, respectivamente, premio del I  Festival Internacional de las Artes “Qosqo T´ikarinampaq” (Cusco, Perú, 2019). Forma parte de antologías: Amor, horror y otros placeres poéticos, convocatoria bajo modalidad de concurso de la editorial Poetas y Violetas (Lima, Perú, 2017), Antología editada por el Festival  de Poesía  del Sur Andino  XXII  Enero en la Palabra (Cusco-Perú, 2018), Mistura de las Artes XXI Festival Arcoíris (Cusco, Perú, 2018). Sus poemas también orbitan en plataformas y revistas digitales nacionales e internacionales. Ha obtenido los siguientes premios: Finalista en la categoría poesía  del concurso internacional XIV Concurso Literario Gonzalo Rojas Pizarro (Chile, 2017). Finalista en el Concurso Nacional de Literatura “Huauco de Oro”, categoría Cuento (Cajamarca, Perú, 2018). Primer premio en el I Concurso Internacional de Poesía Erótica “Ayesha Sexteen”  (Argentina).  Primer premio VII Concurso Literario El Búho  en la categoría poesía (Arequipa, Perú, 2018). Premio único en la categoría Poesía y Cuento en el  Concurso Literario del I  Festival Internacional de las Artes “Qosqo T´ikarinampaq” (Cusco, Perú, 2019). Ha participado con un poema sobre la sierra del proyecto audiovisual nacional “No me pidas regresar”, de la productora Kubrik, sobre la nueva normalidad en el contexto de la pandemia.

Viento angular

No tengo miedo ni esperanza
ANTONIO GAMONEDA

Uno/

No ha nacido aún quien de una piedra pueda moldear otra piedra.
Quien redibuje su corazón sin acudir a los lápices de la infancia. Quien eleve su estrella lanzándose al abismo de  sus huesos y  halle entre  las cenizas del alba una lágrima sin memoria.
Quien se arranque por los dientes los golpes del alma.
Quien confiese su usura de silencio y en fausta penitencia camine con su lengua altiva, azotándose con su palabra.

Para ellos, agua y pan  de la mano húmeda del tiempo, para ellos: 

Los que no nacen para no ser nombres que mueren sin ser escritos. Los que bajan la voz para ser oídos.
Los que juran por su vida con la muerte  en los párpados.

Yo callo y oprimo mi corazón para hablar de la esperanza, porque los latidos son ausencias  amordazadas  y mi silencio se oye a más distancia.

¿En qué orden van las lágrimas por el rostro de quien llora en primavera su flor malhadada?
Llegan las preguntas como pájaros perdidos en la próxima ciudad a la noche.

/Dos/

El extraño que me mira con su  transcrita pena humana,
lávase el reverso de  su mirada en  su silencio acuoso.
La luz  es un pájaro herido en el desierto de sus arrugas:
Ya se hacen lentas las lágrimas por su rostro. El otoño es un invitado que toca desde adentro y  ya no huye del tiempo, porque  es inútil  huir de uno mismo.

El extraño que me mira con sus ojos prestados de la muerte, tómase el pelo como quien acaricia su infancia.
Se pronuncia en hordas su perfil sediento y en la orfandad  de sus ocasos humedece un
pan  en algún recuerdo:
Cuando no era necesario subir la mirada para ver el cielo
ni hablar del acero para hablar de libertad.

Ha orado tanto sentado sobre sus años que su sombra quedó adherida a su tristeza.

/Tres/

Hoy amo lo que para odiar he llamado: Mis manos han penetrado el color oculto del alba.
Mi pecho se ha  desprendido en  hojas como sacudido por un otoño fantasma y es mi mirada una antología incompleta  de la muerte.
He arrancado de mis ojos  la semilla negra del grito.
Mi sombra se ha quitado su  mordaza y habla del secuestro de las transparencias. Aún creo que la palabra es  la raíz del corazón y  la memoria  una habitación  de luces desveladas.

Vi madres enterrando sus sonrisas.
Escribiendo interminables  oraciones  sobre sus  hambres: saciándolas.
Quemando sus cabellos entorno a fogatas amnésicas.
Vi la deserción del crepúsculo, la calcificación de la música. Vi la resignación  de los que  pretendían disfrazar su vejez  mas fueron descubiertos por su acento.

Si con retroceder se puede ir lejos y con  irse volver, vuelvo a mi origen primitivo de luz a través  del pájaro que canta  desde  la oscuridad.

Así es el amor por las cosas que se llaman para odiar.

/Cuatro/

Como el viento que tropieza con  la piedra ajena, he irrumpido   en mi  memoria como un animal extraño.
He bajado de mi paso solo para abrigar el frío de los desconocidos. Para curar al pájaro de   fuego de la mordedura de las cenizas. Para atestiguar la repatriación del alba a sus senos minerales.

Desciende de cruz el día y duelen las raíces, duele  la fronda   de los años: Nuestro exilio de  estrella  que  es caer   como  pluma y el peso de una espada.
A ninguna hora están tan  trasnochados los dientes, ni son tan lejanas las manos a la boca, ni son tan flacas las orejas del prójimo, ni están tan cansados los panes; como cuando las plegarias desabridas son el plato principal  de la mesa.
Con el corazón  demorando el paso, descubro que no todas las piedras con las que tropecé me pertenecen.

(Cinco)

Como quien no quiere avivar la herida, el viento pasa por sobre la hoguera. Son las veces en que las rosas se duelen su no suerte de estrella.
Lloran los que caen del altor de sus pies, los que tienen que elegir entre la luz o los ojos, llora el hombre y se enjuga con otro hombre.
Y como quien ama  se arma el  hombre contra el hombre.
Como quien abraza, ahorca. Como  quien  besa, muerde.
Como quien alberga, acecha. Como quien da la mano, empuja. Como quien calla, grita.        

Hace frío al final de cada palabra de despedida. El mar se abriga en su recuerdo de agua dulce. Una canción alumbra al mundo.
Un hombre ha caído a sus adentros, se agrieta el aire. Nadie sabe lo que pisa hasta que alguien calla.

La eternidad se ha mudado a otro silencio. Desciendo de la cima de mi voz.
Y como quien abrazo, ahorco. Como quien beso, muerdo. Como quien albergo, acecho. Como quien doy la mano, empujo. Como quien callo, grito. 
Como quien no quiere avivar la hoguera, el viento pasa por sobre la herida.

/Seis/

A veces veo al dolor como un pájaro sin esperanza:
Espejo alado,  captura  de perfil  mis fantasmas.
Sueño con la pobreza lamiéndome el rostro y paisajes invisibles creciendo en tus manos. Ya nadie duda que la noche tiene la apariencia de una promesa no cumplida. Solo hay perfección en lo desconocido.
Voy descalzo hacia  mi vejez y no sé si me pesan más las preguntas o las respuestas que no he hallado. Soy el que da forma al alba en el pecho, el que habla de la muerte como de una vieja amiga.

Quién  aligera  de mi corazón el acero del olvido y las lágrimas de las madres  que asisten al funeral de sus  hijos desde el otro lado  de la frontera. 
¡Alguien! 
¡Quien sea!
El que habla con las flores sobre las espinas de los hombres. El que habla con las serpientes  sobre los brazos  de los hombres. El que habla al mundo mirándose a los ojos.

Alguien que oiga su voz en el silencio de mi palabra, que me preste su mano para estrechar a la mía.

Voyme pues  hacia el dulce desengaño de las arrugas,  entre la ebriedad de los cuchillos de la memoria.
Voyme con el rostro de mi madre como único equipaje,
ardiendo como la última lluvia del atardecer.
Voyme angular, cantando de arriba hacia abajo con mi coro de sombras entrando hacia afuera.

/Siete/

Aborrezco  a los que auscultan su pájaro agorero en el árbol que jamás conoció la noche porque cayó del pensamiento entre la luz y las lágrimas.

Ya solo existo en el frío que se anticipa al olvido.
La estrella más alta ha caído por el seno roído de una madre: nadie se sirve de su  carne apagada.
La vejez del hombre es el júbilo del tiempo. A cierta edad es preciso cuidarse la espalda de los ojos, de la voz nocturna de los huesos y del  filo de la lluvia sobre las telas viejas del corazón.
Con los años el paisaje se hace diferente hasta de la misma altura.
Otro dice eso que callo. Otro es al que callo como al invierno  de los adioses comparado
solo a los adioses en  invierno. 
Los pájaros descubren que son la ciudad y la noche.
El extraño prescinde de los ojos de la muerte.
Las madres hablan de cosechas infecundas.
Los vientos optaron por vagar bajo el subsuelo de  los sueños.
Alguien recuerda una vieja canción y es más bien una forma del olvido. Sigue la perfección en lo desconocido.

Todos  toman una piedra y moldean su imagen, una lágrima, un pájaro, un astro, un corazón, un instrumento de medida para  el silencio y la memoria, un poema.

Menos una piedra.

A %d blogueros les gusta esto: