La revisión de la historia nos permite reconstruir la vida de personajes que con frecuencia fueron ignorados o negados por la historia oficial. Este fue el caso de María Mancini, una mujer que padeció el destierro, la persecución y el encierro pero que pese a todo insistió en ser libre en un mundo en donde las damas solo debía limitarse a ser de alguien.
El 28 de agosto de 1639 nacía en Roma María Mancini; en francés su nombre aparece como Marie Anne Mancini, en español el mismo apellido figura con ch, Manchini. Su pertenencia a la nobleza italiana le posibilitó tener una infancia rodeada de lujos. En su juventud, tras la muerte de su padre, se mudó a Francia. Su tío, el cardenal Mazarino, gozaba de un importantísimo prestigio en la corte francesa y esto posibilitó que María y su familia adquirieran rápidamente los beneficios de una familia acomodada.
La joven italiana se adaptó con facilidad a la cultura francesa, acudió a los salones y participó de los círculos culturales. Casualmente, fue en uno de los eventos organizados por la reina Ana de Austria, donde conoció a Luis XIV, posteriormente llamado “Rey Sol”. En el ambiente de la época se rumoreaba sobre los amoríos de María con el futuro rey de Francia pero estas versiones fueron en un principio ignoradas y luego negadas por la familia del monarca. De hecho, ni lentos ni perezosos, decidieron que lo mejor sería que Luis XIV se casara con María Teresa de Austria, de España. Y así lo acordaron.
El amor por Luis XIV marcó a fuego a Mancini pero la familia intentó curar sus heridas pronto. Tras el alejamiento obligado de la corte francesa su familia acordó un matrimonio, como solía hacerse en la época. Así, en 1660, la muchacha volvió a su tierra natal y contrajo nupcias con Lorenzo Onofrio Colonna, un conde de Nápoles.
La vida conyugal en Italia alejó a María de los eventos y círculos culturales a los que se había acostumbrado en Francia. Junto a Lorenzo tuvo tres hijos pero, claro está, nada puede salir bien en un matrimonio arreglado. En 1672 ella lo acusó de envenenamiento y se fugó de su casa. Con la ayuda de su hermana, Hortensia, anduvo de país en país huyendo de él hasta que, en 1676, (¡cuatro años de huida!) se instaló en Madrid. El marido, un hombre violento, la buscó hasta encontrarla. La hizo encerrar en el monasterio de Santo Domingo y posteriormente la envió a prisión. Ella pasó los meses del invierno de 1680-1681 prisionera en el Alcázar de Segovia (un amoroso el conde).
Volviendo un poco atrás: Cuando María estuvo en Madrid recibió una publicación con unas memorias falsas que llevaban su nombre. El hecho produjo su ira y la ira devino en escritura: Tomó una pluma y comenzó a escribir el verdadero relato de su vida. La primera versión la escribió en francés, la tituló “La verité dans son jour” y después hizo su traducción al español, ambas publicadas en 1677. Sin proponérselo María escribía un libro a los 37 años. En él narraba su infancia y terminaba contando los detalles del matrimonio arreglado con Lorenzo y todo el peregrinaje de huida que emprendió desde Italia, pasando por Francia, Alemania y los Países Bajos hasta llegar a España, donde fue capturada y mantenida prisionera. El libro puede leerse en la Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid (*).
A pesar de las adversidades, la vida de esta mujer italiana fue atípica y apasionante: se libró de un matrimonio impuesto en una época en que esto no solía suceder, recorrió Europa, aprendió idiomas (francés e italiano) y terminó escribiendo un libro. No hace falta decir que sus palabras fueron más letales con el conde que el veneno que él pretendió usar para matarla. “Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia: la verdadera historia (…)” canta Litto Nebbia y la frase, podría decirse, retrata la vida de esta mujer que contó su verdad e hizo historia con su voz. María Mancini vivió hasta los 76 años.

Fuentes:
-Mancini, María (1677). La verdad en su luz o las verdaderas memorias de madama Maria Manchini, Condestablesa Colona. Madrid, Biblioteca Universidad Complutense, BH FLL 36257. Link de la publicación: http://alfama.sim.ucm.es/dioscorides/consulta_libro.asp?ref=B18943147&idioma=0
-Imagen 1: El retrato fue atribuído a Jacob-Ferdinand Voet.
-Imagen 2: La portada del libro puede apreciarse en el material publicado por la Biblioteca Universidad Complutense, citado anteriormente.