Roberto André Acuña: Poesía erosatánica

Selección de textos de «Poesía erosatánica» del escritor costarricense Roberto André Acuña:

I

Alma sexánime,
Ascensión traslúcida,
Sustancia orgásmica:
Salvación Absoluta.
Adivino
Un Ser Celestial
Olor arcángel
Hedor paloma;
Posee rostro pleno
Santísimo
Sagrado
Erecto
Resplandor Divino,
Incorpórea Esencia
Animal Fulgurante
Pletórico cántico
Es su gemido;
Serafines y querubines
Adornan su lumbre,
Andróginos y misántropos.
Su lengua
Nebulosa de lágrimas
Es humedecida por mártires.
Una luz
Total de cielos
Me atraviesa
Máculas y oscurescencias;
Incandescente
Es su deseo de Espíritu Alfa,
Coronado está de vírgenes
Y su báculo, crucifijo bendito,
Desprende copales e inciensos.
Desnuda mi ánima
Ante Dios
Ha quedado.
II
Omnipotente
Omnipresente
Alto de gozo
me ha iluminado
con su lámpara
el centro del Alma,
A su Faro Universal
Me he negado
Adoro su ira
Flecha de luz
Que penetra
Divinalmente
Soy ahora
Oveja
Cordero
Espíritu Penetrado,
Que desborda
Luminiscencia líquida y santa,
Furiosos,
Ángeles Custodios
Hartos de Deseo
Únicos y blancos
Me han expulsado
Del Firmamento,
Saeta Punzante
Rosa Espinosa
Es su Misericordia
Y me han
perdido
Angelicalmente;
Y me extravío.
III
No encuentro una lengua, sino muchas
tensadas por una saliva
que
cae
con olor azufre,
y sé
en el tacto preciso
de mi cuerpo,
que la baba
es demoníaca y satánica
la siento hervir,
trepanar huesos,
quemar nervios,
erizar aquello que imagino rojo,
rojo sangriento;
y devengo enseguida
en una disposición de la carne
ausente de Dios,
blasfema,
deseante de fuego,
un silencio se apodera de mi garganta
como un tajo de algo pesado entrando por mi boca,
y expuestas mis vértebras
descubro
por la temperatura de los fluidos
y el gemido gutural que los origina
que se trata de una orgía,
única del Infierno.
IV
Cierro los ojos
y no puedo evitar
en la oscuridad del pensamiento
mirar y desear
con un impulso caliente
la fricción que arde
de un apéndice,
cola de serpiente,
disparado
venido de lo oscuro
que me esculca
lo oculto,
el pecado
Pinga
Verga
Falo
Desconozco el nombre
del demonio que penetra
en mi conciencia abyecta
su morfología siniestra:
Amon, Amon, Amon
se marca en mi piel asustada
Dios te salve, María
llena eres de graaaaciaaaaah
Abro los ojos
y digo su nombre
y también rezo
el señor es contigooooooo, ahhhh,
Un ardor me contrae el cuerpo
y el suyo también,
Él también posee carne unida
cuerpo demoniaco que también jadea
como hombre, y se siente como uno,
Su cola fálica
me cambia la escatología del cuerpo
ano, boca, boca, ano,
y sin darnos cuenta
mi rezo motiva su fricción animal
contra mi rito encarnado,
al decir su nombre
Una sexorragia
una herida de placer demoniaco
que se esparce magmáticamente
lava de esta fiebre
con cadenas
donde mi cabeza
parece ver a mi cuerpo
retorciéndose de gritos
desde una pica vertebrada
que es la estructura propia
del pecado hecho carne,
carne de infierno.


Sobre el autor:

Roberto André Acuña Vargas (San José, 1997). Filólogo español con estudios de género. Actualmente, cursa un Posgrado en Lingüística Aplicada de Español como Segunda Lengua en la Universidad de Costa Rica; así como también, posee formación del Instituto de Estudios de la Mujer de la Universidad Nacional. Ha participado en diferentes congresos sobre género y masculinidades, tales como el I y III Congreso Internacional de Estudios de Masculinidades. Ha brindado talleres y espacios de concientización sobre el uso del lenguaje inclusivo de género, y es estudioso de la literatura feminista, y escrita por mujeres o disidencias. Escribe poesías y narrativas, algunas privadas y otras publicables, todas potencialmente herejes.

A %d blogueros les gusta esto: