Vivir, morir… ¿repetir?: reseña de «Los cuerpos del verano» de Martín Felipe Castagnet

Publicada en 2012, Los cuerpos del verano (Factotum Ediciones) de Martín Felipe Castagnet es una novela que inquieta y alucina a la vez. En un mundo donde a los muertos se les ofrece la opción de volver a la vida, Ramiro se reencuentra con su descendencia tras permanecer casi un siglo “flotando” en un entorno virtual. Volver implica ocupar un cuerpo diferente que tiene su precio. Al no conseguir un cuerpo joven (más costoso) la familia de Ramiro permite el regreso a través del de una señora entrada en años. Afuera, mucho cambió desde que el protagonista murió por primera vez. La relación de la humanidad con la vida y la muerte es otra.

La forma en que se articula la historia con las reglas de ese mundo es uno de los aspectos más potentes de la novela. Con la opción de la vida eterna, cambian las maneras de concebir la política, el derecho, la economía, la religión, la familia, la sexualidad y, por supuesto, la intimidad. Solo unos pocos veteranos se niegan al procedimiento, al igual que la iglesia, que ve en él sin embargo una prueba de que el alma existe. El crimen no tiene sentido, pues la víctima puede volver en otro cuerpo y con una vida tal vez mejor. Ramiro es de los primeros que aprovecharon la tecnología en sus inicios, y a su vuelta comprende la necesidad de atar ciertos cabos.

Castagnet compone un mundo complejo, en el que lleva al protagonista a explorar hasta sus recovecos, para contar aún así una historia familiar. Ramiro se reencuentra con un hijo inválido viviendo junto a un nieto, su esposa y dos bisnietos, en un hogar donde la situación dista de ser ideal. Por otro lado, se enfrenta a un antiguo vínculo estropeado y a una ausencia dolorosa.

Esta opera prima (reeditada en dos ocasiones) le valió a Castagnet el VII Premio a la Joven Literatura Latinoamericana, organizado en Francia y otorgado por un jurado compuesto por Eduardo Berti, Michel Lafon, Pablo de Santis, Vlady Kociancich, Alan Pauls, Iván Salinas y Silvia Hopenhayn. Además, fue traducida al francés, inglés y hebreo, consolidándose con los años como una obra de culto en la narrativa de ciencia ficción argentina. El autor nacido en La Plata, en 1986, demuestra que las grandes obras del género, más allá del despliegue de mundos extraños —pero no por esto imposibles o lejanos— no dejan de lado los problemas comunes de todo ser humano.

Los cuerpos del verano es una novela que, con apenas cien páginas, nos envuelve por su mundo, que atrae irresistiblemente nuestra curiosidad, sus personajes, con los que resulta fácil identificarse, y los dilemas universales que la atraviesan.

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