Mileva Marić y sus aportes a la ciencia

El 19 de diciembre se cumplen 146 años del nacimiento de Mileva Marić, una brillante física serbia de cuya carrera se conoce muy poco, aún hoy es recordada por haber sido la esposa de Albert Einstein.

Proveniente de una familia adinerada, Mileva nació en Titel, Serbia, en 1875. Desde muy temprana edad asistió a espacios que solo estaban destinados a los hombres: Fue a la escuela secundaria en Zagreb luego de que su padre obtuviera la autorización del Ministro de Educación y allí pudo tomar sus primeras clases de física, experiencia que la marcaría para siempre. Terminados sus estudios secundarios, se mudó a Novi Sad.

Desde muy temprana edad Mileva fue una apasionada de la ciencia. Conoció a Einstein mientras ambos cursaban en el Instituto Politécnico de Zúrich, en 1896, una de las pocas universidades de Europa que admitía mujeres.

En 1901 se enteró de que estaba embarazada mientras preparaba su tesis doctoral. Dos años después se casó con Einstein. Vivieron un tiempo en Berna y luego en Berlín.

Diversas biografías sugieren que en la etapa de estudiantes ambos investigaban conjuntamente aunque Mileva recibió escaso reconocimiento por sus aportes. Aún hoy se conservan 43 cartas entre ellos en las que a menudo hacían referencia a «nuestros trabajos» y «nuestra teoría del movimiento relativo» o «nuestros artículos». Posteriormente la crianza de los hijos de ambos, alejó a Mileva para siempre de la ciencia.

Durante el matrimonio, Einstein y Marić vivieron constantes separaciones que los llevaron a mantener un intercambio frecuente por correspondencia. Los escritos revelan una faceta poco conocida de Einstein: su machismo. Una de las cartas fue publicada en 1987 por el biógrafo Walter Isaacson y aunque el original no tiene fecha se presume que fue escrita en abril de 1914, poco después de que la pareja se estableciera en Berlín. En ella el físico establecía una serie de «condiciones» para permitir a Mileva el regreso a la casa marital. Allí expresaba:

“A. Te asegurarás de que:
Mi ropa y la ropa de cama estén limpios y en orden;
Yo reciba mis tres comidas de modo regular en mi cuarto;
Mi habitación y estudio estén limpios, y especialmente de que mi escritorio sea para mi uso solamente.
B. Renunciarás a toda relación personal conmigo, a menos que sea completamente necesaria por razones sociales. Específicamente, renunciarás a: Que yo esté en casa contigo;
A que salga o viaje contigo.
C. Obedecerás los siguientes puntos en tu relación conmigo: No esperarás ninguna intimidad conmigo, ni me los reprocharás de ninguna manera. Dejarás de hablarme si te lo solicito. Saldrás de mi habitación o estudio, inmediatamente y sin protestar, si te lo solicito.
D. Te comprometerás a no hacerme menos delante de nuestros hijos, ya sea a través de tus palabras o de tu comportamiento» (Walter Isaacson, 1987).

El divorcio de Marić y Einstein se formalizó en 1919 y en los acuerdos se establecía que en caso de ganar el Premio Nobel, Mileva se quedaría con el dinero del galardón.

Los últimos años de vida Marić estuvieron dedicados al cuidado de su hijo menor, Eduard, quien padecía esquizofrenia. Ella falleció en el hospital de Zúrich el 7 de agosto de 1948 de una embolia.

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