¿Es Peter Isherwell Elon Musk?

Si continuamos desarrollando nuestra tecnología sin sabiduría o prudencia, nuestro servidor se convertirá en nuestro verdugo
Omar Bradley


Entre la mayoría de escenas cómicas, dramáticas, ficticias, irónicas, absurdas, de la viral y reciente película Don´t Look Up (2021), hay una que no es gratis, y que causa escalofrío frente a una verdad (o mentira) que se ha difundido en tiempos de vacunas masivas, variantes del Covid-19 y el estreno del Metaverso de Mark Zuckerberg, a saber, la Metakynesis, o la conversión de personas en usuarios, cuyos pensamientos son los comandos para la interfaz de Internet.

Algo que no es nuevo, por supuesto, pues tiene como antecedente la realidad virtual, o innovaciones como Braingate, donde las personas tetrapléjicas puede controlar dispositivos mediante una interfaz cerebro-computadora, sin embargo, la sospecha recae en que este tipo de implementaciones materia-virtualidad, adaptados a la telefonía celular, tiene algo que ver con la vacunación, y con el hecho de que hoy se pongan  los dedos en un metabuscador cualquiera, y con solo teclear la primera letra de lo que está pensando (y buscando) aparezca el término, o que en las redes surja, a modo de publicidad, lo que se pensó o se dijo en algún momento.

Claro está, se podría alegar que el algoritmo lo hace todo, que las redes sociales trabajan con minería de datos, que ellas saben más de nosotros que nuestra propia familia, sin embargo, lo escalofriante es que se crea que Internet, o el Metaverso, termine a futuro próximo, engullendo la voluntad humana, la libertad, la capacidad de ser diferente, de estar desconectado sin dejar de sentirse persona, o que homogenice a la humanidad y la convierta lentamente en capricho de los intereses comerciales y gubernamentales. Cosa que ya está pasando, por supuesto, verbigracia Cambridge Analytica, o el monopolio de redes sociales que ostenta Mark Zuckerberg, sin posibilidad de competencia, antes bien, la visión planteada, según Jaron Lanier, sea convertir en autómatas a los futuros ciudadanos del Metaverso.  

Pero volvamos a esa escena mencionada de Don´t Look Up, específicamente a la secuencia que empieza en el minuto 24: 54, cuando presentan en un gran auditorio el nuevo celular Bash Liif 14.3, cuyas imágenes y números no son al azar, ya que el eslogan «Let Here be Liif» (Hágase la Liff), es presentado con la icónica imagen de Adán y el creador, pintado por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, alusión al Génesis, y la marca del celular y de la empresa Bash, en realidad sea una interfaz de usuarios de comandos UNIX, y lenguaje scripting, cuyo nombre obedece a  las siglas de (The bourne again shell), que en la jerga tecnológica significa: «El Meta es el nuevo intérprete». Aunque aclaremos, Shell no es concha, como se traduciría literalmente, sino que en lenguaje informático quiere decir:  intérprete de órdenes​ o intérprete de comandos, que provee una interfaz de usuario para acceder a los servicios del sistema operativo.

De igual forma, si se detalla el modelo del celular 14.3, el número tendría que ver con el pasaje del Apocalipsis preferido de las logias, los políticos y los archimillonarios, fielmente corroborado por el final de Don´t Look Up donde Meryl Streep, interpretando a Janie Orlean, la presidente de EE.UU, llama por teléfono satelital al Doctor Randall Mindy y dice: “Hola. Hay una nave. Por si nos equivocábamos. Y claramente nos equivocamos. Caben 2000 personas. Con cámaras criogénicas y programadas para encontrar el planeta similar a la tierra más cercano y habitable. Hay sitio para ti y otro más.” 2002 personas que abandonan la tierra en un cohete, y que sin mucha deducción son la nómina del poder, los banqueros, científicos, políticos, religiosos y demás, que, en esencia, incluso hoy, son el Estado y los que mantienen el control mundial.

En esa presentación bursátil de Bash se oye una voz femenina que narra: Todo empezó con una conexión. Un simple gesto que creó mucho. Muchísimas opciones. A veces, hasta puede parecer demasiado. Hasta ahora. Presentamos BASH LiiF. Que se haga la Liif. La vida, sin el estrés de vivirla.

Luego esa misma voz en off anuncia la aparición del fundador y CEO de Bash, sir Peter Isherwell, no sin entregar previamente un paquete de instrucciones a los geeks asistentes.

―Antes de presentar al fundador y CEO de BASH, recuerden evitar hacer contacto visual, movimientos bruscos, expresiones faciales negativas y toser. Por favor, denle la bienvenida a sir Peter Isherwell.

Inmediatamente el público ovaciona al líder, igual que a un Steve Jobs, un Bill Gates o un Elon Musk: ¡Te queremos, Peter!, ¡Te queremos, Peter!

Y empieza la disertación central.

―Hola, gente. Considero que todo el trabajo de mi vida fue impulsado por una inexpresable necesidad de tener un amigo que me entendiera y me calmara. Y ahora, todos esos años de trabajo dieron sus frutos con BASH LiiF.  Nuestro nuevo teléfono BASH 14,3 está totalmente integrado a cada uno de sus sentimientos y deseos sin que necesiten decir ni una palabra. Si me siento… Triste, asustado, o sola. Al ajustar la configuración de vida en el teléfono BASH 14,3, detecta mi estado de ánimo mediante la presión sanguínea, el ritmo cardíaco y… Tus signos vitales indican tristeza.

―Esto te animará, Peter. Dice una voz tipo Cortana o Siri, y emiten inmediatamente un corto video de un tierno perrito labrador cabalgando un gallo, mientras canta:  Eres mi mejor amigo, eres mi mejor amigo. Eres mi mejor amigo. Me haces feliz, mejor amigo. Es maravilloso. El auditorio estalla en risas, de la misma forma como nos destornillamos cuando vemos una rana saltar durante 10 minutos en Facebook o Twitter.

Finalmente, en la presentación, sir Peter Isherwell dice que el software del celular, al detectar su estado de ánimo, también programa una sesión de terapia con un profesional cercano para asegurar que la tristeza no regrese jamás. Lo que indica la estrecha relación entre tecnología y clínica, o la ironía que supone que en la súper-autopista de la información, donde hay toneladas de datos, videos, imágenes y demás, no sean suficientes para entretener al nadie. Y esto último es entendible de alguna manera, pues la naturaleza de Internet no es entretener, sino generar adopción o adicción, e igual que cualquier empresa, esta busca crear fidelidad basada en la obsolencia. (nuevos gadgets, nuevas experiencias sensoriales).

Ya tras bambalinas, Peter Isherwell pregunta al equipo logístico: ¿Seguro que el video del cachorro y el gallo optimiza nuestro sector de consumidores con memoria sensorial prepúber? El ave me parece amenazante. Y el staff responde al unísono: Comprobaremos los datos para estar seguros.

Así entonces, la idea de que la OMS, y los Estados sanitarios hayan hecho negocio del Covid-19 y sus variantes, y que grupos conspirativos dispersos tengan argumentos fuertes para no vacunarse, son motivos sociales para interpretar (o malinterpretar) cualquier señal como una forma de Nuevo Orden Mundial, o una mera esquizofrenia masiva. Como sea, la película Don´t Look Up, puede ser una fina ironía sobre lo que piensan o temen millones de ciudadanos, y de ahí que esta producción de Adam McKay, cause tanta sensación y escándalo en el año de la Nueva normalidad, y que algunos ya la vean como una obra de culto para entender lo que pasa en el presente o puede pasar en un futuro próximo.

Que cada uno saque sus propias conclusiones de esta bomba emitida por Netflix, lo cierto es que el abuso con el medio ambiente, el uso indefinido de los mass-media, o las mutaciones tecnológicas combinadas con la neurociencia, la lingüística, y la biotecnología, pueden crear un nuevo tipo de seres humanos (¿’homo tecnologicus’?), centrados en la Economía de la atención, no muy lejano de las utopías post-humanistas de Orwell, Huxley, o las ya pensadas y propuestas por Elon Musk y los gobiernos de avanzada. Salud.


Presentación de celular Bash 14,3 de Peter Isherwell